<p><strong>Glovo </strong>comienza este martes a operar con su nuevo modelo para empleados y lo hace con el ‘sí’ de 14.000 de sus <i>riders</i> a establecer una relación laboral con la empresa, según han trasladado a EL MUNDO fuentes próximas a la compañía. </p>
El grupo recurrirá a flotas para completar su operativa
Glovo comienza este martes a operar con su nuevo modelo para empleados y lo hace con el ‘sí’ de 14.000 de sus riders a establecer una relación laboral con la empresa, según han trasladado a EL MUNDO fuentes próximas a la compañía.
El nuevo modelo llega tras siete meses de negociación con los sindicatos tras su anuncio y supone la aceptación de la oferta de trabajo del 40% de los 34.000 trabajadores a los que se le había hecho en un primer momento, entre ellos los 20.000 riders dados de alta en la Seguridad Social tras la Inspección de Trabajo.
Ahora bien, la entrada en vigor del nuevo modelo supondrá un test a la capacidad de la empresa de mantener su actividad habitual. Glovo contaba con entre 15.000 y 20.000 repartidores antes del giro en materia de empleo, así que es de esperar que la compañía recurra a flotas de repartidores, como ya hace su competencia, para completar la oferta.
Asimismo, aunque 14.000 repartidores hayan aceptado la oferta de la empresa, se da por hecho en el entorno que la cifra aún sufrirá algunas variaciones derivadas de repartidores que hayan aceptado inicialmente y dén marcha atrás o que sufran otras complicaciones burocráticas.
En el proceso de transición, uno de los elementos de tensión con los sindicatos han sido las escasas horas ofrecidas por la compañía a buena parte de los repartidores, si bien la compañía ha permitido solicitar más horas a los empleados, que cobrarán el salario mínimo interprofesional (SMI), ya que el sector está regido por el convenio de mensajería, un texto laboral casi olvidado hasta que las flotas empezaron a recurrir a él y que lleva sin renovarse desde 2007.
La compañía de reparto decidió finalmente cambiar su modelo laboral basado en autónomo tras las recurrentes sanciones gubernamentales en las que se acusaba a la compañía de ocultar una relación laboral y operar con falsos autónomos y que han terminado en juicio contra su fundador.
Sin ir más lejos, el pasado jueves, el Juzgado de lo Social 11 de Barcelona daba la razón a la Inspección en un juicio que afectaba a la laboralidad de 3.572 trabajadores de la empresa entre 2015 y 2018, si bien la inmensa mayoría ya no continua en la compañía. Además, la empresa se enfrenta a otra demanda de JustEat por competencia desleal.
Su rival le exige 295 millones de euros, pero Glovo se defiende y en la última sesión del juicio su vicepresidente internacional, Arnau Cortés, aseguró que los costes no se alterarían significativamente y la empresa esperaba pasar de un coste de pedido de 4,5 euros a 5,12 euros, una vez consiga estabilizar el modelo, con un techo de 6,38 euros en el periodo intermedio entre ambos proyectos.
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