<p class=»ue-c-article__paragraph»>Hace seis meses que los madrileños se mueven con hidrógeno verde con <strong>sello andaluz</strong>. Las casi dos decenas de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, la EMT, que funcionan con esta tecnología se alimentan de combustible producido por uno de los electrolizadores fabricados por H2B2, una empresa sevillana que, en solo nueve años, se ha colocado en una posición de salida ante lo que se augura que será una revolución energética con una protagonista, la electrólisis.</p>
Fundada hace nueve años por ex directivos de Abengoa, esta empresa sevillana se ha colocado en posiciones de salida ante la carrera energética de las renovables que se avecina, con la vista puesta en EEUU y Europa y un pie en la India
Hace seis meses que los madrileños se mueven con hidrógeno verde con sello andaluz. Las casi dos decenas de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, la EMT, que funcionan con esta tecnología se alimentan de combustible producido por uno de los electrolizadores fabricados por H2B2, una empresa sevillana que, en solo nueve años, se ha colocado en una posición de salida ante lo que se augura que será una revolución energética con una protagonista, la electrólisis.
De sus instalaciones en el Polígono La Isla, en Dos Hermanas, no solo ha salido el electrolizador que surte a los buses urbanos madrileños. Sus proyectos se multiplican desde hace unos años y en España se pueden encontrar en Vigo (en el puerto), en Soria (para Redexis) o en Illescas (Toledo), para FM Logistics. Pero, sobre todo, H2B2 ha crecido a partir de sus desarrollos en el extranjero. Estados Unidos, Colombia, Países Bajos, Alemania, Finlandia y, algo más lejos, en la India, donde se ha instalado de la mano de un partner local para abrirse la puerta del mega mercado asiático.
Hace apenas nueve años que un grupo de ex directivos de la multinacional Abengoa (hoy desaparecida y absorbidos sus activos por otras empresas) dieron el salto para seguir haciendo lo que sabían hacer, básicamente ingeniería de primer nivel, bajo el paraguas de una nueva compañía que ellos mismos crearon. Entre ellos estaban el ex director de Abengoa Hidrógeno, Javier Brey, y el ex presidente del grupo Abengoa, Felipe Benjumea, que están entre los principales accionistas de H2B2 y que, además, están a los mandos, como CTO (Chief Technology Officer) y como presidente, respectivamente.
Se daban, explica Anselmo Andrade, el CEO de H2B2, dos circunstancias que propiciaron aquella aventura. Por un lado, la situación «difícil» de Abengoa, que atravesó una larga crisis que derivó en su desaparición, y, por otra parte, que el hidrógeno, como fuente de energía, «empezaba a despegar».
Fueron una veintena los ex Abengoa que salieron, amigablemente, de la multinacional de la mano de Brey y todos siguen siendo, a día de hoy, accionistas de H2B2, cuyo capital se reparten en un 57,3% esos fundadores, un 21,4% la empresa de componentes industriales Onatrium y el otro 21,2% en manos de minoritarios. Eran, en 2016, toda la plantilla de una empresa todavía por desarrollarse, pero en estos nueve años de aquellos 20 trabajadores originarios se ha pasado a alrededor de 80, ingenieros en su inmensa mayoría y con una media de edad que ha bajado notablemente hasta los 35 años, combinándose la experiencia de los fundadores con la juventud de los que se han incorporado después.
La propia tecnología desarrollada por la compañía sevillana ha evolucionado a la par y de fabricar, en un principio, solo electrolizadores, ha pasado a ofrecer una amplia cartera de productos que incluyen, además, la construcción de plantas enteras, llave en mano, el mantenimiento de las mismas o la instalación de plantas propias que suministran directamente el hidrógeno, que «siempre», insiste el CEO de H2B2, es «verde». Es decir, producido a partir de energías renovables.
Su primer encargo, recuerda, fue una «pequeña unidad» para Moeve (la antigua Cepsa) en sus instalaciones de pruebas en Alcalá de Henares. Aunque si hay un proyecto que marcó los principios de la empresa ése fue la planta que construyó y mantiene en California, donde produce 54 kilogramos por hora de hidrógeno verde con el que se mueven autobuses o camiones. SoHyCal, que así se llama, fue también una declaración de intenciones de una compañía que nació ya con vocación internacional y el foco puesto, en gran medida, en el mercado estadounidense, entonces floreciente sobre todo en California aunque hoy, admite Andrade, «atascado» por el frenazo impuesto a toda la energía renovable por la Administración Trump.
El estado dorado lo era también por aquel entonces para las energías renovables, era líder en estas tecnologías «y tenía estructura», apunta su CEO. La producción y el consumo de hidrógeno verde era una realidad cuando en muchos otros puntos ni asomaba y existía una regulación que exigía, al menos, un tercio de esta energía en el mix. Una subvención de cuatro millones del gobierno estatal, además, facilitó mucho más las cosas.
SoHyCal, que sigue hoy activa, en proceso de mejora y con capacidad de crecimiento, «sirvió de aprendizaje» para todo lo que vendría después.
El otro hito internacional de H2B2 es su presencia en el subcontinente indio, donde es socio, al 50% con una empresa local, de una joint venture, Green H Electrolysis, que produce hidrógeno verde para aquel país pero que pretende ser, explica el CEO, la plataforma desde la que expandir sus proyectos por toda Asia.
Desde 2016, relata, el sector ha experimentado altos y bajos por expectativas demasiado elevadas que luego no se cumplían. Por eso, la prudencia está presente en las grandes decisiones de la empresa andaluza y la consigna es no crecer demasiado hasta que el mercado esté maduro, pero estar preparados para hacerlo en cuanto llegue el momento en que se consuma de forma masiva este combustible eco.
Porque, hace hincapié Andrade, si por algo se caracteriza el sector del hidrógeno verde es por la incertidumbre acerca de cuándo llegará ese momento. Aunque, precisa, «nadie duda de que va a ser grande», de que es «un sector emergente» y de que el hidrógeno verde es, o será, «nuestro petróleo».
Y es que, abunda, uno de los puntos de inflexión fue, precisamente, la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Ya no se trataba solo de la necesidad de caminar hacia la descarbonización, sino, sobre todo y por encima de todo, «de la seguridad en el suministro energético».
Hay un freno que subraya el CEO de H2B2 que está ralentizando ese consumo masivo, que retrasa el momento del hidrógeno verde y es el coste, sensiblemente superior al del hidrógeno fósil. En ese sentido, Andrade tiene claro que una «buena regulación» es esencial: o se impone el uso del hidrógeno verde o se incentiva reduciendo o eliminando la diferencia de precio existente con el fósil.
Es lo que está sucediendo en Alemania, un país en el que la compañía sevillana de electrolizadores tiene puestas muchas de sus expectativas. Allí, el gobierno federal está organizando subastas de suministro de hidrógeno verde que luego vende al mismo precio que el fósil, asumiendo la diferencia de coste.
No es casualidad, pues, que en las instalaciones de Dos Hermanas estén ahora mismo rematando cinco electrolizadores que tienen como destino el país germano, la empresa GP Jule.
La prudencia también impera a la hora de adelantar previsiones de negocio, pero el equipo de H2B2 espera cerrar este ejercicio con una cifra de negocio de en torno a diez millones de euros, el doble de los cinco millones de 2024. Pero las cifras, advierte Andrade, pueden multiplicarse, es solo cuestión de tiempo.
Para ser exactos, en el último ejercicio, el del año anterior, la compañía sevillana cerró con unas ventas de 4,5 millones de euros, frente a los 13,3 millones del año anterior, 2023, o los 3,4 millones de 2022. La notable diferencia entre la facturación de 2023 y la de 2024 sirve para visualizar el gran hándicap del sector, los altos y bajos que encadena, la incertidumbre acerca de cuándo, realmente, va a despegar el consumo de hidrógeno verde.
Ahora mismo la capacidad de producción de electrolizadores es de 200 megavatios al año, pero para asegurarse la posibilidad rápida de crecer la compañía ya tiene terrenos en el Puerto de Sevilla que le permitirían multiplicar esa capacidad. Asimismo, H2B2 está inmersa en un proceso de ampliación de capital que prevé alcanzar los 30 millones en 2027, exclusivamente para financiar sus nuevas tecnologías, más eficientes, más baratas y buscando el momento de cotizar en el Nasdaq americano.
Hacerse un hueco en el selectivo americano tecnológico es un viejo sueño de la empresa, que ya lo intentó una vez, aunque «no era el momento». Por eso, la idea, señala Andrade, es hacerlo «cuando llegue ese momento». «No es una cuestión de necesidad, pero sí de oportunidad», subraya apuntando a las fuentes de financiación adicionales que reportaría el Nasdaq, la seguridad que otorga y los beneficios para los propios clientes.
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