<p class=»ue-c-article__paragraph»>La <strong>Agencia Tributaria</strong> ha recaudado 107.177 millones de enero a abril, lo que supone casi <strong>10.000 millones de euros más</strong> que lo que ingresó por impuestos en el mismo periodo del año pasado, según el Informe de Recaudación publicado este viernes.</p>
El Impuesto sobre la renta aporta un 9,2% más por la subida del tipo efectivo y pese a que los salarios ya no crecen al mismo ritmo que el año pasado
La Agencia Tributaria ha recaudado 107.177 millones de enero a abril, lo que supone casi 10.000 millones de euros más que lo que ingresó por impuestos en el mismo periodo del año pasado, según el Informe de Recaudación publicado este viernes.
En concreto, los ingresos fiscales de los primeros cuatro meses del año han subido un 10,2% interanual (9.838 millones de euros más), de los que prácticamente la mitad proceden del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Este tributo roza ya los 50.000 millones de euros de recaudación en sólo cuatro meses (49.773) y ha elevado su contribución a las arcas públicas un 9,2% respecto al mismo periodo del año anterior, lo que supone 4.627 millones más de ingresos.
Este aumento se explica por las mayores retenciones del trabajo, fruto de que hay más empleados en España y de que sus sueldos suben, y sobre todo por el aumento del tipo efectivo que aplica Hacienda -el porcentaje real que supone el impuesto sobre los ingresos-.
Según explica la Agencia Tributaria, en las grandes empresas, las retenciones han crecido un 10,4% en los primeros cuatro meses del año, igual que en 2024, «aunque en este año con un peso creciente del tipo efectivo y una cierta desaceleración de la masa salarial debido a las menores subidas de la retribución media«. Esto supone que los sueldos ya no se elevan con tanta intensidad y que lo que sube es el tipo efectivo que cobra Hacienda. En concreto, en las grandes empresas la retribución media se ha elevado un 3,3% en el primer trimestre frente al 3,8% de media de 2024.
En las pymes, las retenciones crecieron un 7% debido a la mejora del empleo que podría estar relacionada con el calendario de la Semana Santa, apuntan. También han crecido los ingresos por retenciones de trabajadores públicos de la Administración, un 8%, pese a que la parte salarial «arrastra una tendencia de moderación por la ausencia de subidas de este año»; así como los ingresos por IRPF aplicado a las pensiones (+10,3%).
El IRPF es uno de los tributos en los que más se ha disparado la recaudación en los últimos años, no sólo por el dinamismo del empleo y los salarios, sino principalmente por la llamada «progresividad en frío«, es decir, por el efecto de la inflación. Dado que el Gobierno no ha querido indexar el impuesto y sus componentes -mínimo exento, retenciones, deducciones, la tarifa…- a la inflación, las alzas salariales que se han producido para evitar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores se han traducido en muchos casos en una mayor contribución a la Agencia Tributaria, con lo que la subida de sueldo ha quedado diluida y los ciudadanos han acabado perdiendo poder de compra.
El tributo que más ha incrementado la recaudación en los primeros cuatro meses del año ha sido el Impuesto de Sociedades (un 11,3% interanual) hasta los 4.225 millones de euros, debido entre otras cosas al aumento de beneficios que han experimentado los grupos empresariales, del 23% interanual, y que contrasta con un crecimiento de sólo el 5% en el beneficio de las grandes empresas.
Ha espoleado también la recaudación por Sociedades el repunte de ingresos de las pymes, del 16,1% en comparación con el 12,6% del pago anterior, un repunte que la AEAT interpreta «como resultado de un aumento de las empresas declarantes».
La recaudación por IVA ha crecido un 8,9% y aporta 3.000 millones de los 10.000 millones extra ingresados por Hacienda, algo a lo que ha contribuido la reversión de algunas medidas que habían entrado en vigor con la pandemia y ante la crisis inflacionaria. «En el conjunto del año supone un crecimiento más de dos puntos superior al del año pasado, aunque toda la diferencia se explica por la normalización de los tipos en los productos energéticos y alimenticios», admiten.
Es el caso de la subida del IVA de los alimentos, con la que Hacienda espera ingresar 615 millones de euros este año; la subida del IVA en la electricidad (que reportará 235 millones en total); y en el gas natural, madera y pellets (129 millones).
Los impuestos especiales, por su parte, han elevado su recaudación un 7,7%, debido principalmente a los ingresos adicionales por la subida del tipo en el Impuesto sobre la Electricidad -una medida con la que la AEAT prevé ingresar 348 millones extra este año- y a los mayores ingresos por el Impuesto en las Labores del Tabaco, debido a los ajustes forales aplicados.
El incremento de los ingresos públicos podría ser utilizado por el Ejecutivo para reconducir su nivel de déficit público y evitar que la ratio de deuda siga engordando. Sin embargo, los datos publicados este viernes por el Ministerio de Hacienda demuestran que el agujero fiscal sigue ensanchándose.
En el primer trimestre del año -periodo para el que hay datos del conjunto de las Administraciones Públicas- el desfase presupuestario sin contar a las corporaciones locales fue de 5.039 millones de euros, un 23,1% más que en el mismo periodo de 2024 y el equivalente a tres décimas de PIB, debido sobre todo al impacto de las medidas desplegadas tras la DANA en Valencia.
En ausencia de estas medidas, el déficit público habría sido de 2.353 millones hasta marzo, un 42,5% menos que hace un año, lo que demuestra la necesidad de consolidar las cuentas públicas dejando margen de maniobra ante circunstancias inesperadas.
Actualidad Económica