<p class=»ue-c-article__paragraph»>La operación Hispasat cuenta con un fleco pendiente de importancia capital para Indra que se deberá cerrar en los próximos días y semanas: <strong>la compra de al menos un 1% más de Hisdesat</strong> para que la tecnológica tome el control de esta compañía de accionariado público y privado.</p>
El mercado castiga la operación, pero la empresa aspira a hacerla rentable capturando seis de cada diez euros públicos destinados al espacio en España y contratos europeos
La operación Hispasat cuenta con un fleco pendiente de importancia capital para Indra que se deberá cerrar en los próximos días y semanas: la compra de al menos un 1% más de Hisdesat para que la tecnológica tome el control de esta compañía de accionariado público y privado.
Esta compañía, especializada en el ámbito de la defensa y las comunicaciones seguras, es la principal razón que ha llevado a Indra a decidirse a abonar más de 700 millones de euros por Hispasat y su control es capital de cara a la estrategia futura de la compañía. En la actualidad, Indra controlaría el 50% de la sociedad, frente al 30% del Ministerio de Defensa a través de Isdefe, el 15% de Airbus y el 5% de Sener. «Estamos hablando con Sener, Airbus y Defensa», aseguró el CEO de la firma, José Vicente de los Mozos, que señaló que la conversación «se va a traducir en una mayoría de Indra en Hisdesat». De hecho, está previsto que esta semana la ministra de Defensa, Margarita Robles, visite la sede de la compañía.
¿Por qué es tan importante Hisdesat? Hace menos de una semana, la empresa puso en órbita el SPAINSAT NG I, el mayor satélite que ha lanzado al espacio España. Este satélite de comunicaciones seguras es clave en la estrategia de soberanía nacional del Gobierno y en los planes de Indra, que se verán reforzados cuando a finales de año se lance su satélite gemelo, el SPAINSAT NG II.
Se trata de un ambicioso plan de inversión de 2.000 millones de euros, aunque la empresa que ya cuenta con una cartera de contratos milmillonaria para amortizarlo. En la recámara también prepara el relevo de su satélite PAZ de observación terrestre con PAZ 2, en un proyecto que ya ha avanzado sus primeros pasos.
En total, Indra prevé invertir 400 millones de euros en infraestructuras buena parte en la construcción de este satélite y dos más para reemplazar la flota civil de Hispasat, a la que espera dar un giro completo de su negocio en la línea que ha emprendido la dirección actual, que no descarta conservar.
«Tenemos que empezar a visitar Hisdesat e Hispasat y, a partir de ahí, hacernos una opinión. Es un partido nuevo y tenemos que hacer la alineación. Contamos con toda la plantilla porque pensamos que tenemos buenos jugadores», aseguró De los Mozos
El objetivo de la empresa es que los ingresos procedentes del Gobierno pasen del 20 al 28% en 2030, donde también tendrá un peso significativo Iris2, la alternativa europea para las comunicaciones seguras por satélite a Elon Musk que colidera Hispasat y que lanzará al espacio hasta 290 satélites si el proyecto llega a buen puerto. En esas circunstancias, esta red llegaría a suponer el 18% de los ingresos de la nueva Indra Espacio.
Por contra, disminuirá el peso de negocios tradicionales como las señales de vídeo, uno de los núcleos fundacionales de la empresa, que en seis años pasarían de representar un 20% de la facturación a menos de un 5%.
En total, el grupo espera que en 2026 las dos empresas adquiridas aporten 400 millones de euros en ingresos a Indra Espacio, una división creada con el nuevo plan estratégico que tiene como objetivo llegar a los 1.000 millones de euros en 2030, algo que De los Mozos cree que es una estimación «muy conservadora».
Parte importante de la estrategia, se basa en captar el creciente gasto público en programas como la Constelación Atlántica, cuya licitación se producirá pronto, o el futuro sistema Seot de imágenes infrarroja, hasta el punto de que los fondos públicos e institucionales supongan un 63% de sus ingresos en 2030.
Par apuntalar esta predicción, la compañía calcula que el gasto de España pasará del 0,5% del PIB en 2023 a entre el 1,5 y el 1,7% y su objetivo es que el 60% vaya a las cuentas de la cotizada. A esto se suman las oportunidades que la empresa espera materializar en América, Oriente Medio y sobre todo Europa en un contexto de alza de gastos que podría incluso acelerarse si prosperan las demandas de Donald Trump a sus aliados.
En ese sentido, el presidente de la empresa, Ángel Escribano, aseguró que el nuevo tamaño acerca a Indra a seguir captando fondos europeos y presumió de aplicar las tesis del Informe Draghi. «Nos creemos el Informe Draghi porque es el camino hacia donde hay que ir. Y perdona que lo diga así, pero puede que nosotros seamos los primeros o por lo menos los más aplicados de la clase», remarcó al final de la rueda de prensa.
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