<p>El Ministerio del Interior ha quebrantado las bases del manual de seguridad para el control de masas en <strong>Torre Pacheco</strong> por falta de presupuesto. La conclusión es de los guardias civiles que integran la única unidad antidisturbios enviada por<strong> Fernando Grande-Marlaska</strong> a un escenario complicado para el que, destacan los agentes, un sólo pelotón «se ha quedado corto» para abordar la situación.</p>
En esta crisis el Ministerio ha quebrantado las bases del manual de seguridad para el control de masas
El Ministerio del Interior ha quebrantado las bases del manual de seguridad para el control de masas en Torre Pacheco por falta de presupuesto. La conclusión es de los guardias civiles que integran la única unidad antidisturbios enviada por Fernando Grande-Marlaska a un escenario complicado para el que, destacan los agentes, un sólo pelotón «se ha quedado corto» para abordar la situación.
La ausencia de fondos que arrastra Interior desde hace meses para cubrir el trabajo de los antidisturbios -dietas y pernoctas- ha impedido el desplazamiento de más grupos al municipio murciano para contener la guerra callejera desatada entre grupos ultra y ciudadanos migrantes por la paliza a un hombre de 68 años la semana pasada.
La posible presencia en el municipio, en la jornada de hoy, de Daniel Esteve, propietario de la empresa Desokupa, ha puesto en alerta a los agentes que están trabajando sobre el terreno. Esteve ha anunciado su intención de alentar entre los vecinos una manifestación «con o sin la autorización» de la Delegación del Gobierno en Murcia. «El dispositivo de control y orden público que se ha destinado contraviene los manuales de reserva y seguridad. Es una vergüenza lo que está pasando aquí sobre todo sabiendo lo que había y lo que viene», indica a este periódico uno de los agentes desplazado a Torre Pacheco. «Somos un único pelotón y, tal como está y ha estado la situación, harían falta tres», añade.
Según razona, en un contexto tan delicado como el que están enfrentando, la presencia inicial de antidisturbios habría sido «esencial» para disuadir a quienes, al calor de grupos ultra, han llegado al pueblo desde el fin de semana para, principalmente, ponerse al frente de altercados nocturnos. En lugar de eso, Interior decidió echar mano de agentes de unidades de seguridad ciudadana de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia, a quienes no es necesario pagar ni dietas ni desplazamiento pero cuya presencia no es tan «intimidatoria».
A pesar de que Interior inyectó in extremis20 millones de euros a las cajas de fondos para garantizar y cubrir el desplazamiento de las unidades itinerantes del Instituto Armado y la Policía Nacional, esta cantidad no ha logrado paliar las carencias crónicas que sufren estos equipos especializados. «Intentan movilizarnos lo menos posible», zanja el agente.
La Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia murciana fue la primera unidad, junto a la Policía Local de Torre Pacheco, que se puso al frente de los altercados para reprimir las embestidas más duras, las que se produjeron la noche posterior a la agresión del hombre.
Cuando la situación comenzó a agravarse y quedó constatada la batalla entre los grupos ultra y ciudadanos migrantes o de segunda generación de marroquíes nacidos en España, se movilizó al Grupo de Intervención Rápida -los antidirsturbios- de Sevilla para apaciguar los enfrentamientos. Fuentes de la Guardia Civil detallan que los antidisturbios de Valencia no se unieron al dispositivo de seguridad porque se encuentran trabajando en Ibiza «en la temporada de verano».
En el Instituto Armado se ha extendido la sensación de que Grande-Marlaska incurrió en un error de cálculo sobre la magnitud de la situación en Torre Pacheco. «Una coyuntura así no se aborda, y menos desde el principio, con agentes de Seguridad Ciudadana». «Para un tema como éste, mínimo debería haber aquí una Unidad Básica de Actuación (UBA), que integra a tres unidades», añade. Los agentes que trabajan sobre el terreno insisten en la necesidad de que se movilicen más unidades de antidisturbios. Lo hacen con conocimiento de causa puesto que, según la información que manejan, hay altas probabilidades de que las circunstancias se agraven, sobre todo, ante la llegada del propietario de Desokupa. En paralelo, la Guardia Civil está recabando información para presentarla ante la Fiscalía de Delitos de Odio.
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