<p class=»ue-c-article__paragraph»>Uno de los signos más acabados de la agonía política de <strong>Sánchez </strong>es lo rematadamente mal que le están saliendo todas sus torticeras maniobras para descargar sobre espaldas ajenas la responsabilidad de sus errores. Esta es una actitud universal, pero que tiene una muestra insuperable en la inquina que el chulo de La Moncloa tiene hacia la Comunidad de Madrid y personalmente contra su presidenta.</p>
Sánchez va a dejarse los dientes contra la acera por persona interpuesta, en este caso, Óscar López
Uno de los signos más acabados de la agonía política de Sánchez es lo rematadamente mal que le están saliendo todas sus torticeras maniobras para descargar sobre espaldas ajenas la responsabilidad de sus errores. Esta es una actitud universal, pero que tiene una muestra insuperable en la inquina que el chulo de La Moncloa tiene hacia la Comunidad de Madrid y personalmente contra su presidenta.
Dice la encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO que Isabel Díaz Ayuso reforzaría su mayoría absoluta con 73 escaños. El PSOE también aumentaría su bancada en 2-3 escaños a costa de los 6-7 que pierde Más Madrid -ay, Errejón-. En la derecha, Vox mejora en uno. O sea, que el efecto vasos comunicantes que podíamos observar dentro de cada bloque viene ahora corregido: la derecha en su conjunto aumenta en 3-4 escaños mientras la izquierda sumaría tres diputados menos que en las elecciones de 2023. El trabajo de campo se realizó entre el 23 y el 27 de abril, pero el apagón no se produjo hasta el 28, o sea, que el PSOE obtendría peores resultados en el común de las encuestas. No en todas, ojo, el manazas Tezanos interpretará que Sánchez tras el apagón aumentará su ventaja sobre el PP en 7 puntos, que sumados a los tres o cuatro que mejoraría Más Madrid tras la demostración del zangolotino Errejón de lo mucho que puede el genio de la raza, pondrían a la izquierda en mayoría absoluta.
Ayuso se revela imbatible por tercera vez, desde aquellos comicios en los que fumigó a Pablo Iglesias el 4 de mayo de 2021. Lo más relevante esta vez es que de nuevo Pedro Sánchez va a dejarse los dientes contra la acera por persona interpuesta, en este caso, Óscar López Águeda. Recuerde el lector que al anterior candidato socialista lo liquidaron por decente. No debe mirarse la decencia de Lobato en términos absolutos, sino en comparación con los estándares en los que se mueven sus compañeros. Fue al notario a registrar que no estaba del todo bien la orden de usar contra Ayuso una información que le habían pasado desde La Moncloa, facilitada muy probablemente por la Fiscalía.
Óscar López fracasa como lo demuestra el hecho de que entre todos los candidatos él es que peores resultados obtiene en la encuesta entre los votantes de su propio partido y que en la valoración de líderes, que encabeza Ayuso, la única que aprueba, Óscar López es superado por Manuela Bergerot. Manuela Bergerot, madre mía.
Es difícil saber lo que esperaba Sánchez de esta acémila que ya había dado muestras de lo que se podía esperar de él electoralmente hablando, desde que el secretario general del PSOE lo ungió como candidato a las elecciones autonómicas de Castilla y León, en las que se estrelló contra el carisma perfectamente mejorable del candidato del PP. 22 puntos le sacó Juan Vicente Herrera.
La encuesta en Navarra muestra que María Chivite debería pactar con Bildu el próximo Gobierno, camino del sorpasso. Ya eligió el sanchismo a Bildu para la Alcaldía de Pamplona. Ahora la va a elegir para la vicepresidencia. Recordemos a aquellas almas pías que se cabrearon con el «que te vote Txapote». Alguna razón sí tenían: es Pedro Sánchez el que vota a Txapote.
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