<p class=»ue-c-article__paragraph»>Veranear en España cada vez se parece más a un lujo. La subidas de precios no se quedan el día a día y llegan al coste de los billetes de avión, el menú en el chiringuito de la playa o la habitación de hotel. En total, organizar las vacaciones este verano en algún lugar de España, con billete de avión, hotel y presupuesto para comidas y cenas, cuesta más porque <strong>los precios han subido en todo.</strong> Es algo que no impide que nuestro país aspire a cerrar este 2025 con un hito histórico: el de superar los 100 millones de turistas.</p>
Los precios siguen subiendo, especialmente en el transporte. De media, una noche de hotel supera los 130 euros
Veranear en España cada vez se parece más a un lujo. La subidas de precios no se quedan el día a día y llegan al coste de los billetes de avión, el menú en el chiringuito de la playa o la habitación de hotel. En total, organizar las vacaciones este verano en algún lugar de España, con billete de avión, hotel y presupuesto para comidas y cenas, cuesta más porque los precios han subido en todo. Es algo que no impide que nuestro país aspire a cerrar este 2025 con un hito histórico: el de superar los 100 millones de turistas.
Los billetes de avión son el elemento que más ha subido en los últimos doce meses. Según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio incrementó un 12% y encadena ya cuatro veranos consecutivos de alzas. Ya en junio de 2024 el precio de un trayecto en avión subió otro 12,3%, impactado por el alza de los carburantes y de las presiones inflacionistas. Presiones, que, no obstante, tardaron en reflejarse en este sector, lastrado en su capacidad para pedir esfuerzos al consumidor en el parón que supuso el coronavirus. Así, en el primer empuje de la inflación no llegó hasta ese 2024, motivado por el alza de combustibles de la guerra de Ucrania. Hasta entonces, ningún año había registrado unas subidas de cara al verano mayor del 2%, con las aerolíneas concentradas en recuperar su cuota de pasajeros.
El caso de los trenes es similar. Este año repuntaron un 5,5% frente al verano pasado, después de mantenerse planos o hasta deflacionistas, en un contexto altamente subvencionado por el Estado, mientras que, en cambio, los paquetes turísticos se mantienen relativamente estables después de protagonizar un repunte del 20% los dos veranos previos.
Las subidas también se producen en el transporte marítimo, que se encareció un 7,4% en estos 12 meses, alejado del 26,9% del verano pasado, pero todavía una subida alta. La escalada de los precios viajes por mar comenzó en 2020 y no se detiene.
Por otro lado, para aquellos que viajan por carretera, el descenso del precio de la gasolina y del diésel trae consigo un soplo de alivio para el bolsillo de los viajeros por coche, cuyos viajeros alcanzarán los 100 millones de desplazamientos entre julio y agosto, según la Dirección General de Tráfico. La gasolina descendió de media un 8,2% y el diésel hizo lo mismo con un 4,6% de retroceso.
Hoy, la gasolina se encuentra alrededor de los 1,491 euros (unos 13 céntimos menos que hace un año), mientras el gasóleo A, generalmente más económico, ha bajado unos cinco céntimos y hoy se puede repostar un diésel a 1,43 euros el litro. Sin embargo, a pesar de este descenso, la Asociación de Carreteras Españolas asegura que las carreteras en mal estado, que representan el 52% de la red del Estado, obligan a usar marchas más cortas y a realizar frenadas y acelerones más frecuentes, y esto perjudica hasta en un 12% el consumo de combustible.
El coste medio de una habitación en un hotel en nuestro país superó los 130 euros por primera vez desde que hay registros, esto es un 5% más que en el verano de 2024. Y lo que es más llamativo aún, están un 39% por encima de lo que costaba dormir en un hotel en 2019, el año previo al estallido del Covid, cuando se pagaban unos 93 euros de media por noche. Los hoteles que más incrementaron sus precios son los de más alta gama. Alojarse hoy en un establecimiento cinco estrellas cuesta, de media, 308 euros por noche, lo que supone un 48% más que antes de la pandemia. En los hoteles de 3 y 4 estrellas, el precio por noche ha subido un 34% de media en estos cinco años, y supera el umbral de los 100 euros.
Salir de fiesta o comer en un restaurante también sigue una tendencia alcista. Su precio es un 4% superior este verano. Lo mismo ocurre con otros planes de ocio y culturales, cuyo coste repunta un 2,4% con respecto a junio del año pasado y ya son cinco veranos consecutivos hacia arriba. Y el escenario no pinta que vaya a cambiar pronto con nuevas tensiones añadidas por al guerra arancelaria desatada por Donald Trump y la inquietud sobre el impacto que tendrán en los precios de miles de productos los aranceles, que apuntan a ser un 15% entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Todo ello ha provocado que los españoles cada vez nos gastemos más, a pesar de que nuestros días de vacaciones se hayan reducido para tratar de compensar el gasto. De media, a cierre de marzo (últimos datos comparables) el turista patrio invierte algo más de 321 euros en sus vacaciones, un 61% más que hace cinco años, para estancias medias que no van mucho más allá de los tres días. El caso de los internacionales es otra historia. Su gasto medio es cuatro veces superior, con 1.382 euros, y este ha aumentado un 26% desde antes de la pandemia.
Pedir un préstamo para irse de vacaciones continúa también en aumento. Según datos de ASNEF, la financiación para viajes aumentó un 16% en España en 2024 nuevamente, y es una tendencia que se ha mantenido. Eso sí, dos de cada diez trabajadores dice no poder asumir el coste de irse de vacaciones en nuestro país, no solo por salarios que no compensa la subida de los precios, sino también porque el coste del alquiler o de comprar una vivienda se ha disparado y limita el ahorro.
Si se compara el gasto por turista y día, los extranjeros duplican el dinero que consumen los españoles. En mayo rebasaron por primera vez los 200 euros de gasto diario.
Con datos a junio, de entre nuestros vecinos europeos, quienes realizan un mayor gasto en nuestro país son los nórdicos. De media, un turista procedente del norte de Europa se gasta en su viaje en España unos 1.387 euros, seguido de los alemanes y los británicos, por encima de los 1.100 euros, y mientras que franceses e italianos rondan los 800 euros de gasto medio.
Actualidad Económica