Hay quien sostiene que la vida debería vivirse al revés, de tal manera que las personas llegarían al último tramo en plenitud física y la cantidad perfecta de experiencia y conocimiento para disfrutarla. De haber sido así, un joven —pero viejo— Jacinto Elá Eyene de 19 años quizás hubiera contado hasta tres frente al ventanal de la cocina de su casa en Southampton. Lo hubiera hecho antes de sacarse los billetes que compraba para escaparse hasta Barcelona durante alguno de los fines de semana en los que no iba convocado con su equipo. Eran, en realidad, todos los fines de semana. Pero él, en aquel momento, necesitaba volver a casa para estar con su gente. Y tenía dinero suficiente para comprarse los vuelos.
El exfutbolista Jacinto Elá Eyene recoge en ‘Fútbol B’ su experiencia como gran promesa mundial y la vuelta a la vida civil
Hay quien sostiene que la vida debería vivirse al revés, de tal manera que las personas llegarían al último tramo en plenitud física y la cantidad perfecta de experiencia y conocimiento para disfrutarla. De haber sido así, un joven —pero viejo— Jacinto Elá Eyene de 19 años quizás hubiera contado hasta tres frente al ventanal de la cocina de su casa en Southampton. Lo hubiera hecho antes de sacarse los billetes que compraba para escaparse hasta Barcelona durante alguno de los fines de semana en los que no iba convocado con su equipo. Eran, en realidad, todos los fines de semana. Pero él, en aquel momento, necesitaba volver a casa para estar con su gente. Y tenía dinero suficiente para comprarse los vuelos.
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