El director Klaus Mäkelä (Helsinki, 29 años) tiene la capacidad de transformar cada debut con una nueva orquesta en algo similar a un flechazo sentimental. Le sucedió con 22 años al frente de la Filarmónica de Oslo, un año más tarde con la Orquesta de París, y ambas lo convirtieron en su director titular poco después. Los amores a primera vista del finlandés han proseguido en 2022 y 2023 con dos de las principales formaciones sinfónicas del mundo: la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam y la Sinfónica de Chicago. Pero aquí dos y dos no suman cuatro, sino que las dos prestigiosas formaciones que han llegado más tarde han preferido esperar hasta 2027 sin director titular para tenerlo a él. Una decisión insólita, que ha elevado la fascinación y la suspicacia hacia este joven mago del podio, que además es un consumado violonchelista y un brillante programador.
El joven y prestigioso músico finlandés, que se presenta en Barcelona, Oviedo y Madrid al frente de la Royal Concertgebouw de Ámsterdam, comenta en una entrevista exclusiva con EL PAÍS el meteórico ascenso que lo ha convertido en el maestro del futuro
El director Klaus Mäkelä (Helsinki, 29 años) tiene la capacidad de transformar cada debut con una nueva orquesta en algo similar a un flechazo sentimental. Le sucedió con 22 años al frente de la Filarmónica de Oslo, un año más tarde con la Orquesta de París, y ambas lo convirtieron en su director titular poco después. Los amores a primera vista del finlandés han proseguido en 2022 y 2023 con dos de las principales formaciones sinfónicas del mundo: la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam y la Sinfónica de Chicago. Pero aquí dos y dos no suman cuatro, sino que las dos prestigiosas formaciones que han llegado más tarde han preferido esperar hasta 2027 sin director titular para tenerlo a él. Una decisión insólita, que ha elevado la fascinación y la suspicacia hacia este joven mago del podio, que además es un consumado violonchelista y un brillante programador.
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