<p class=»ue-c-article__paragraph»>La <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/09/10/68c1aca9fdddffde388b458d.html»>derrota parlamentaria</a> sufrida por el proyecto estrella de la ministra de Trabajo -el texto que regulaba la reducción de la jornada laboral le fue devuelto al Gobierno- ha puesto el foco sobre la gestión y el liderazgo de <strong>Yolanda Díaz</strong> en el espacio político a la izquierda del <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> que, de momento, permanece en un limbo. <a href=»https://www.elmundo.es/espana/sumar.html»>Sumar</a>, la marca electoral que encabezó Díaz, ya no existe, ni tampoco hay señales de una candidatura de unidad para las generales del 27, si es que no se adelantan.</p>
La derrota parlamentaria ha sido un baño de realidad para la vicepresidenta, según el PSOE y los partidos que formaron parte de Sumar
La derrota parlamentaria sufrida por el proyecto estrella de la ministra de Trabajo -el texto que regulaba la reducción de la jornada laboral le fue devuelto al Gobierno- ha puesto el foco sobre la gestión y el liderazgo de Yolanda Díaz en el espacio político a la izquierda del PSOE que, de momento, permanece en un limbo. Sumar, la marca electoral que encabezó Díaz, ya no existe, ni tampoco hay señales de una candidatura de unidad para las generales del 27, si es que no se adelantan.
Las fuentes consultadas, tanto en las organizaciones que integraron la marca Sumar como en el PSOE, indican que Yolanda Díaz quiere seguir liderando ese espacio con la visibilidad que le da la cartera de Trabajo y su condición de vicepresidenta a pesar de que su capital político ha ido mermando a ojos de todos menos de ella misma.
«Nos dijo a todos los que hablamos con ella, al grupo parlamentario de Sumar, al PSOE y a los ministros del Gobierno que Puigdemont le iba a votar seguro, que tenía una buena relación con él desde que fue a verle a Waterloo. Estaba realmente convencida de que Puigdemont le iba a dar a ella un balón de oxígeno. De nada sirvió que se le advirtiera por parte de todo el mundo de que Junts no votaría nada que no quisieran los empresarios catalanes. Ella no escuchó a nadie. Y al final se ha dado de bruces con la realidad. Vive en la política de Disney, fuera de la realidad», señalan fuentes de los partidos que integraron la coalición de Sumar.
La realidad de la que hablan estos interlocutores se puede testar en los sondeos de intención de voto. El espacio a la izquierda del PSOE aparece fragmentado en muchos pedazos y no existe en el horizonte una alternativa verosímil para llegar a una candidatura de unidad. La última propuesta de Gabriel Rufián para una lista electoral de todos los partidos de izquierdas nacionalistas e independentistas agitó las aguas, pero todos los actores la ven difícil.
Y todas las fuentes consultadas en los partidos del espacio confederal, con más o menos intensidad, indican que la voluntad de Yolanda Díaz de seguir liderando ese espacio está condicionando un posible futuro de unidad. Aparte de los colaboradores más fieles que la acompañan en el Ministerio de Trabajo, ni Más Madrid, ni Compromís, ni los Comunes, ni Izquierda Unida, ni el resto de las formaciones de lo que fue Sumar ven en la vicepresidenta segunda una opción de futuro. Podemos ya ha decidido ir por libre con sus propios candidatos a las elecciones.
La derrota parlamentaria de la reducción de la jornada laboral, un asunto que es bandera de toda la izquierda y lo seguirá siendo, ha sido un golpe importante para las aspiraciones de Yolanda Díaz de continuar liderando el proyecto de reconstrucción de la izquierda. La sentida -su padre acababa de morir– y contundente intervención en el pleno del Congreso del pasado mes de julio donde compareció el presidente del Gobierno para dar cuenta de los casos de corrupción en el PSOE fue interpretada por todos como una forma de restaurar el liderazgo que tenía en la anterior legislatura, gracias al cual logró los escaños necesarios para que Sánchez reeditara el Gobierno de coalición.
«Aunque ella no lo crea, la derrota parlamentaria de la reducción de la jornada laboral paraliza ese plan de volver a ser la cabeza de la lista a las generales», señala uno de sus aliados de las elecciones del 23-J. En opinión de los partidos que intentan impulsar una alternativa para no llegar al 27 por separado, la vicepresidenta no da señales de querer dar un paso al lado para permitir la reconstrucción de ese espacio. El Ministerio de Trabajo es una formidable plataforma de visibilidad que no puede ni soñar ningún otro, u otra, posibles aspirantes a liderar la alternativa de izquierdas.
En este sentido, los dirigentes de algunos partidos que forman parte del grupo parlamentario señalan que Díaz «no admite que nadie le haga sombra ni está dispuesta a ceder el testigo del futuro a otras personas». La dispersión del espacio y sus muchos actores dificultan la tarea de poner en pie un proyecto alternativo a la izquierda del PSOE. Y favorecen, de hecho, el interés y la voluntad de la vicepresidenta de continuar en la cúspide.
El PSOE asiste como espectador a la realidad del socio minoritario del Gobierno de coalición. Fuentes de Moncloa restan importancia a la inquietud suscitada por la dura intervención de Díaz en la tribuna contra Junts. «Sabíamos que Junts no iba a pasar por este aro como pretendía Yolanda Díaz sin ningún dato real que le permitiera pensar que la negativa que transmitía Nogueras era la de Puigdemont. Era la crónica de un fracaso anunciado. Dejamos que ella negociara y que ella explicara el fracaso. Esperamos que pueda emerger una alternativa en su espacio antes de las generales», indican los colaboradores del presidente.
Las derrotas parlamentarias, a fuerza de repetidas, cada vez hacen menos mella en el ánimo de Pedro Sánchez y del Gobierno. Y también en el impacto que tienen en la opinión pública. Así lo reconocen en el equipo de confianza del presidente en Moncloa. «La política va muy deprisa y el impacto político de los reveses en las votaciones de las iniciativas del Gobierno cada vez es menor, tanto de cara al interior del Gobierno como en el exterior», señalan los colaboradores de Sánchez.
En este sentido, añaden que el fiasco de la reducción de la jornada laboral -con el voto en contra de Junts, PP y Vox- no ha sido una noticia agradable para el PSOE, pero tampoco grave porque la oposición más bien ha perdido también de cara a la opinión pública. Las encuestas indican que una mayoría de los ciudadanos está a favor de la medida, incluso entre los votantes de los partidos que la han tumbado. Los socialistas han huido de la crítica contra la vicepresidenta.
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