<p>Un testimonio demoledor. Sin titubeos y que apunta directamente a la autoría de <strong>Álvaro García Ortiz</strong> en la presunta revelación de secretos del empresario <strong>Alberto González Amador. </strong>La fiscal superior de Madrid, <strong>Almudena Lastra,</strong> ha señalado este lunes en el juicio al fiscal general del Estado que horas después de que se filtrara el correo de la confesión del novio de Ayuso a la<i> Cadena Ser, </i>ella en una llamada telefónica a las 9:10 horas de 14 de marzo de 2024, en la que no dio ni los buenos días a García Ortiz, le dijo: «¡Has filtrado los correos!», en claro tono de reproche.</p>
La fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, sospechó en todo momento del fiscal general del Estado.
Un testimonio demoledor. Sin titubeos y que apunta directamente a la autoría de Álvaro García Ortiz en la presunta revelación de secretos del empresario Alberto González Amador. La fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, ha señalado este lunes en el juicio al fiscal general del Estado que horas después de que se filtrara el correo de la confesión del novio de Ayuso a la Cadena Ser, ella en una llamada telefónica a las 9:10 horas de 14 de marzo de 2024, en la que no dio ni los buenos días a García Ortiz, le dijo: «¡Has filtrado los correos!», en claro tono de reproche.
El fiscal general le respondió: «Eso ahora no importa, hay que sacar la nota cuanto antes». «A mí sí me importaba. Eso [en referencia a la respuesta de García Ortiz] se me quedó clavado en el alma», ha indicado en el Tribunal Supremo la fiscal superior de Madrid.
Lastra que se opuso a las prisas que guiaron al fiscal general la noche de la filtración, ha señalado también que pidió a la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, no hacer nada hasta examinar la cadena de correos electrónicos con calma el día 14 de marzo y esperar a ver cómo evolucionaba el asunto. Ella optó por enviarle los correos del letrado Carlos Neira con el fiscal Julián Salto al fiscal general la noche anterior.
También ha indicado que ella entendió que «la prudencia» debía imperar en esos momentos de confusión y que, además, estaba en contra de proporcionar a los medios de comunicación cualquier información que desvelase la estrategia de un investigado en un procedimiento penal como era el caso del empresario Alberto González Amador.
Asimismo, ha señalado que a la hora de elaborar notas de prensa, su gabinete de comunicación siempre diferencia entre el personaje público y su entorno familiar, ya que no se hacen notas de prensa cuando afectan al entorno familiar.
Por su parte, la fiscal jefe Pilar Rodríguez ha explicado que Lastra se mostró «muy enfadada» cuando en marzo del año pasado se filtró la investigación por delito fiscal a la pareja de Isabel Díaz Ayuso. «Se expresó muy enfadada. Dijo ‘esos lo han filtrado’ y cuando se refiere a esos de forma tan despectiva se refiere a los que trabajan en la Fiscalía General del Estado», ha indicado, recordando una conversación con Lastra. «El enfado era mayúsculo».
Rodríguez ha comparecido como testigo, pero a punto estuvo de hacerlo como investigada. El juez instructor propuso llevarla a juicio, teniendo en cuenta que fue ella quien proporcionó directamente al fiscal general el correo en que la defensa de González Amador reconocía dos fraudes a Hacienda. Finalmente, la Sala Penal estimó su recurso y la sacó del banquillo, indicando que cumplió órdenes legítimas de Álvaro García Ortiz, al margen de que este pudiera cometer luego un delito de revelación de secretos.
La testigo ha justificado que desde la Fiscalía General se contactara con ella y no con la fiscal superior para obtener una copia de todo el expediente fiscal una semana antes de la filtración, un expediente que también se acabó difundiendo. «El asunto era de la Fiscalía Provincial, no de la Superior», ha declarado. El propio acusado ha dicho en el Supremo que la relación con la fiscal superior es mala. También la de la fiscal jefe con la fiscal superior. Hoy la testigo ha dicho que desde la filtración no han vuelto a hablar por el móvil, tan solo «dos veces» por una línea fija.
Los mensajes hallados en el móvil de la entonces investigada Rodríguez han sido clave para reconstruir al menos parte de lo sucedido. A diferencia del fiscal general, ella no borró su teléfono ni su correo. Así se conocen varios mensajes por los que la han preguntado. Uno de ellos daba el visto bueno a la nota de prensa que quería sacar el fiscal general sobre el asunto y en la que Rodríguez lamentó que no hubiera algo de «cianuro». Este lunes lo ha justificado en que desde el entorno de Ayuso se estaba haciendo una campaña cuestionando su profesionalidad desde el momento que se supo que había una denuncia contra su pareja.
En un mensaje enviado a otra fiscal, Rodríguez explicó que había enviado toda la información del caso a la secretaría Técnica de la fiscalía, añadiendo. «imagino que después se ha dado publicidad por FGE [Fiscalía General del Estado]», escribió. El abogado de González Amador, Gabriel Rodríguez-Ramos, ha querido saber si, puesto que en ese momento solo había una noticia filtrada, estaba afirmando que era la Fiscalía General la que había filtrado. La testigo ha sostenido que pensaba, erróneamente, que ya había una nota de prensa porque siempre las había en asuntos de repercusión pública. En ese momento no la había.
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