<p>La multinacional lusa <strong>Altri</strong> rebate la controversia generada en torno a la planta de producción de la fibra textil lyocell que proyecta en <strong>Galicia</strong>, que supone una inversión próxima a los 1.000 millones y la generación de 500 empleos directos y 2.000 indirectos. «Estamos tranquilos en cuanto a los impactos ambientales», defiende <strong>Pedro Baptista</strong>, director de Operaciones de Altri en España, que cita estudios recientes que calculan que, cuando esté en marcha, aportará más de 300 millones de euros al año al PIB gallego. </p>
La tramitación de la planta de producción de la fibra textil está pendiente de informes ambientales, 24 de ellos ya en manos de la Xunta
La multinacional lusa Altri rebate la controversia generada en torno a la planta de producción de la fibra textil lyocell que proyecta en Galicia, que supone una inversión próxima a los 1.000 millones y la generación de 500 empleos directos y 2.000 indirectos. «Estamos tranquilos en cuanto a los impactos ambientales», defiende Pedro Baptista, director de Operaciones de Altri en España, que cita estudios recientes que calculan que, cuando esté en marcha, aportará más de 300 millones de euros al año al PIB gallego.
Es uno de los proyectos estratégicos del futuro industrial en Galicia y como tal se presentó en el Foro ‘La España vertebrada’, organizado por EL MUNDO en Santiago de Compostela. Una mesa de debate analizó algunos de los sectores prioritarios para el desarrollo de la comunidad, sentando las bases para afianzar su crecimiento económico sostenido, que el año pasado se fijó en un «robustísimo» 2,8%, tal y como destacó Francisco Pascual, adjunto al director de EL MUNDO y director de Actualidad Económica.
Junto a Baptista, Carmen Lence, CEO de Lence, uno de los mayores grupos lácteos del país y situada entre las Top 100 Mujeres Líderes en España; Iván Alonso-Jáudenes, presidente de Anfaco-Cecopesca; y Pilar Múgica, directora médica de HM Hospitales en Galicia, pusieron sobre la mesa proyectos que van de lo local a lo global, del sector primario a las exportaciones y la salud, todas las aristas de una economía poliédrica que cerró 2024 con una tasa de paro al 8,6 %, dos puntos por debajo de la media estatal.
El proyecto de Altri, que opera en Galicia bajo la sociedad Greenfeber, ha tenido contestación social desde su presentación. El director de operaciones de la pastera lusa contextualiza las críticas en la desinformación, convencido de que lo único que tienen en sus manos es «la verdad», que quieren hacer desde Palas de Rei (Lugo) «algo único en el mundo» a partir de las plantaciones de eucalipto que ya existen en Galicia: «será la primera vez en el mundo que se produce toda la cadena entre la madera y el lyocell». Se hará «de forma integrada» y «con conceptos de sostenbilidad».
El impacto será «significativo» y Pedro Baptista insiste en que lo hará sin tener costes ambientales ni sociales para la población. La tramitación de la planta está pendiente de informes ambientales, 24 de ellos ya en manos del Gobierno gallego, y el responsable de la pastera asegura que «no es verdad» que su implantación en Lugo exija más plantaciones de eucalipto -«Galicia ya está produciendo la cantidad que vamos a necesitar»- o vaya a afectar a la producción de leche o al sabor de los quesos. «Tenemos experiencia en convivir con actividad agrogandera», zanjó.
Es una planta que no será ajena al futuro de la industria textil, que pasa por las fibras recicladas. «Nuestra planta está alineada con estos objetivos» y con las normativas europeas, pues la industria fast fashion sola «es responsable de más emisiones de CO2 que todos los vuelos y transporte marítimo de todo el año», un impacto que solo podrá reducirse con más reciclaje.
Una pata más de la economía gallega del futuro que se abordó en esta mesa financiada por Grupo Lence, Ecoener, GreenFiber y Hm Hospitales y que no puede entenderse sin el sector primario. Es una rama de actividad muchas veces denostada en la que Carmen Lence quiere romper con todos los tópicos, pues las ganaderías con las que trabaja son son «empresas tecnológicas realmente punteras» que nada tienen que ver con imágenes asentadas en el imaginario colectivo desde siglos pasados, y acabar con los sesgos de género.
Como empresa, Lence ha decidido poner en marcha una plataforma para «visibilizar un rural diferente», actual, de «empresarias formadas y con éxito», de I+D+I, que atraiga a mujeres y jóvenes y haga frente el éxodo del campo a la ciudad que sigue manteniéndose en el año 2025 y que siente las bases para un futuro global, pues en una actividad local con impacto local. «El futuro del rural es el futuro de todo porque es el futuro de nuestra soberanía alimentaria», defiende Lence.
Con ejemplos muy gráficos, describió de qué forma influye lo que ocurre en su factoría de Lugo en la población. Echó la vista atrás a la pandemia: «ha sido muy difícil sobrevivir sin los chips, pero va a ser mucho más difícil sobrevivir sin la comida». Y por eso llama a la necesidad de poner en valor el sector de la alimentación, hacer compras coherentes y, por parte las empresas, seguir apostando por la innovación y adaptarse a las tendencias del mercado, que, en el sector lácteo, pasan ahora por los productos con proteína.
No depender del exterior en la alimentación es uno de los retos que debe marcarse la economía española y es una estrategia que tiene clara Anfaco-Cecopesca, organización nacional que agrupa a 260 empresas pertenecientes a todos los eslabones del complejo mar-industria, que en los últimos tiempos ha alertado sobre el impacto «tremendamente negativo» para el sector en España de los acuerdos de libre comercio actualmente en proceso con los países asiáticos, especialmente, Tailandia.
La competencia del sudeste asiático supone un «riesgo muy serio» para este sector y demandan una política europea que les permita «competir en igualdad de condiciones». Hacen especial mención a los productos a base de atún, de los que Tailandia es el principal productor mundial con cerca de 518.000 toneladas anuales, más del doble de las 223.000 que produce España, y piden que esos acuerdos de libre comercial excluyan el atún «por el impacto negativo que puede tener» en una industria que genera 15.000 empleos directos en Galicia.
Entre el 50 y el 60% de la facturación de las conserveras depende del atún, de ahí que, para garantizarse un futuro, en este sector tengan una dependencia directa de esta materia prima y han puesto el foco en los contingentes arancelarios, las partidas que las autoridades europeas autorizan a importar con arancel cero de países sin tratados de libre comercio. Mirando hacia Europa de nuevo, llevan tiempo solicitando ampliar el límite máximo de lomos de atún importados en esta partida de 35.000 a 55.000 toneladas.
«Si no tenemos esa materia prima, va a ser muy difícil mantener la industria y poco a poco iremos muriendo frente a Tailandia y el resto de países de Asia», alertó en este foro en el Hotel Monumento San Francisco Iván Alonso-Jáudenes.
El grupo HM Hospitales puso el ojo en Galicia como su primera expansión fuera de Madrid en 2014. Ahora que ha cumplido diez años en la comunidad, destaca que esta fase gallega ha contribuido, sin duda, a su crecimiento posterior hacia otros territorios españoles, como una «primera experiencia exitosa» en la que ya tienen cuatro hospitales, todos ellos en la provincia de A Coruña. «No podemos estar más contentos», asegura Pilar Múgica.
En esta expansión, ha resultado clave la innovación y el talento. «No entendemos la sanidad si no va unida a la docencia e investigación, que es una de nuestras señas de identidad», destaca la directora médica de HM Hospitales en Galicia, convencida de que la salud es uno de los polos de innovación que hay que impulsar.
Esa apuesta se ve reflejada en que años atrás fueron el primer hospital privado gallego en adoptar el Robot Davinci y ahora acaban de convertirse en el primero en implantar el Robot Mako, inversiones que destaca que se realizan dentro de su filosofía de poner al paciente «siempre en el centro».
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