<p>José Luis Ábalos ha reclamado al Tribunal Supremo «la expulsión de los partidos políticos personados» como acusación popular en el <i>caso Koldo</i>. Se trata de la primera iniciativa presentada ante el magistrado instructor <strong>Leopoldo Puente</strong> por el nuevo abogado del ex ministro de Transportes, el ex fiscal de la Audiencia Nacional <strong>Carlos Bautista</strong>.</p>
El ex fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista afirma que sus objetivos son «extraprocesales»
José Luis Ábalos ha reclamado al Tribunal Supremo «la expulsión de los partidos políticos personados» como acusación popular en el caso Koldo. Se trata de la primera iniciativa presentada ante el magistrado instructor Leopoldo Puente por el nuevo abogado del ex ministro de Transportes, el ex fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista.
La solicitud afecta a una larga lista de formaciones personadas: Partido Popular, Vox, Ciudadanos, Unión del Pueblo Navarro, Catalunya en Comú y Iustitia Europa. Todos ellos ejercen la acusación bajo la coordinación del PP, que fue la primera acusación en personarse. Para agilizar la causa, es la única parte que puede intervenir en las diligencias y debe encauzar las peticiones del resto. Si fueran expulsados los partidos -algo que los antecedentes de peticiones similares presentan como muy improbable-, en la causa quedarían como acusación popular las asociaciones Hazte Oír, Liberum y Adade.
«El ejercicio por los partidos políticos de la acción popular acaba fagocitando la iniciativa ciudadana y arrinconando el ejercicio por los particulares de la acción popular, que se convierte en instrumento de combate de los partidos políticos, los cuales pueden llegar a extraer de las causas penales informaciones y argumentos que utilizar en el debate político», afirma el escrito tras repasar la figura de la acusación popular en la ley y la jurisprudencia.
«Los partidos acaban teniendo presencia en los procesos con finalidades últimas extraprocesales, sirviéndose de la difusión que los medios de comunicación proporcionan a las acciones penales, y la fácil penetración de éstas en el receptor colectivo de la comunicación, lo que proporciona altos dividendos en términos de erosión de la figura controvertida del partido adversario. Se trata de ganar, en el proceso penal, el juicio de la opinión pública que, como se ha dicho, equivale siempre a una condena», añade la defensa del ex número tres del PSOE.
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