<p>Por primera vez, este año, en todas las carpas de la mayor fiesta cervera del mundo, la <strong>Oktoberfest</strong> de Múnich, ya se podía brindar <i><strong>’prost!'</strong> (‘</i>salud’ en alemán) con cerveza sin alcohol. El año pasado todas las carpas, excepto dos, ya servían ‘sin’.</p>
Tras su paso por ciudades como Madrid, Barcelona y Gijón, Paulaner clausura su celebración de la Oktoberfest en España en Alicante, desde el pasado viernes 24 de octubre hasta el 9 de noviembre
Por primera vez, este año, en todas las carpas de la mayor fiesta cervera del mundo, la Oktoberfest de Múnich, ya se podía brindar ‘prost!’ (‘salud’ en alemán) con cerveza sin alcohol. El año pasado todas las carpas, excepto dos, ya servían ‘sin’.
Luis Blasco, periodista especializado en cerveza y que ha visitado la feria de Múnich hasta en tres ocasiones, nos confirma que la sin alcohol ya es habitual en sus visitas al Oktoberfest: «Las últimas rondas siempre las pedimos sin». Confiesa que están «muy conseguidas, pero no es lo mismo». La cerveza es el reclamo principal, pero «la experiencia completa no es sólo beber, también es la comida típica bávara, el ambiente, la feria o los trajes tradicionales».
En Alemania, cuna y templo de la cerveza, su alternativa sin alcohol representa aproximadamente el 9% de la producción y el consumo de cerveza del país. «En los próximos meses se espera que esa cifra alcance los dos dígitos», apunta Holger Eichele, secretario general de la Asociación Alemana de Cerveceros.
La versión no alcohólica también cumple la Ley de pureza (‘Reinheitsgebot’) de 1516, que exige que la cerveza sólo conste de cuatro ingredientes: agua, malta, lúpulo y levadura. Lo que garantiza una cerveza honesta, sin aditivos y fiel a la tradición cervecera bávara.
El auge de la cerveza sin alcohol llega en un momento delicado para las cerveceras alemanas. El consumo general de cerveza en Alemania lleva años en descenso. Las cerveceras sufren menores márgenes de beneficio a medida que suben los costes, mientras que los precios de la cerveza se mantienen estables. Sin embargo, la cerveza sin alcohol se ha convertido en un posible salvavidas.
Jörg Biebernick, CEO de Paulaner, aporta datos sobre esta nueva tendencia. La compañía superó por primera vez en su historia los mil millones de euros en ventas, pese a las dificultades que atraviesa el mercado de la cerveza. Aún así, saca pecho de los resultados de Paulaner frente a una competencia que «lo está pasando mal». Destaca una subida de ventas de la cerveza con alcohol, un 9% a nivel nacional, mientras que a nivel internacional el crecimiento fue del 17,7%.
Un hito que cobra aún más valor si se tiene en cuenta el contexto. El consumo de la cerveza cae en Alemania, pero Paulaner mantiene su crecimiento gracias a la diversificación de sus productos, su apuesta por la cerveza sin alcohol y una fuerte presencia internacional.
Paulaner, en 1986, fue la pionera en lanzar la primera cerveza de trigo sin alcohol, y también lideró el desarrollo de la lager pale sin alcohol. Desde entonces la compañía ha continuado invirtiendo en calidad, tecnología expansión de su portfolio sin alcohol, consolidándose como referente en el sector.
Señala además que la cerveza ‘sin’ sigue siendo un segmento en expansión, con un aumento constante durante los últimos diez años, actualmente con una cuota de mercado de aproximadamente el 10%.
Pero Paulaner va más allá de la sin alcohol. En los últimos años ha reconfigurado su mercado con nuevos productos como Spezi, un refresco que mezcla cola y naranja y que se ha convertido en una bebida de culto en Alemania, especialmente entre los más jóvenes. Sólo en 2024, su crecimiento fue del 25%. Es una bebida carbonatada con un packaging que simula el de un botellín de cerveza.
En España, donde Paulaner es distribuida por Heineken, crece este año un 6%, siendo nuestro país el quinto mayor mercado fuera de Alemania. La compañía trata de acercar a los españoles la tradición cervecera con su popular Oktoberfest celebrada fuera de sus fronteras. Ha organizando durante más de 10 años la Paulaner Oktoberfest en España, un calco, a pequeña escala, de la feria original de Múnich.
En 2025, ha pasado ya por Barcelona, Madrid, Gijón y Murcia. Y clausura esta celebración con la última feria en Alicante, que comenzó el pasado viernes 24 de octubre y durará hasta el 9 de noviembre.
En paralelo a lo que ocurre en Alemania, el consumo de cerveza en España ha registrado también una caída del 0,2% en 2024, por segundo año consecutivo descienden las ventas, algo que no sucedía desde la crisis financiera de 2008. Así lo registra el Informe Socioeconómico del Sector de la Cerveza en España 2024, elaborado por Cerveceros de España en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
El avance de la cerveza sin alcohol en España es indiscutible. En 2024 creció un 4% y supone ya un 14% de las ventas totales.
España no solo lidera la producción y el consumo, sino que marca tendencia a nivel internacional. En España se consume ya más cerveza sin alcohol que en toda Latinoamérica, alcanzando hasta el 25% de todo el consumo europeo.
Según Jacobo Olalla Marañón, director general de Cerveceros de España, «La cerveza sigue siendo un motor económico, un símbolo cultural y un reflejo de lo que somos como sociedad. Pero también es una aspiración: a una sociedad que comparta, que se encuentre, que disfrute de lo cotidiano. Es en el consumo responsable donde la cerveza española realmente se diferencia por sus pautas: con algo de comer, de forma moderada y donde el peso de la sin nos define».
El éxito de la ‘sin’ es también la respuesta de una sociedad que quiere disfrutar con responsabilidad, y el reflejo de un sector que evoluciona sin perder su esencia. No se trata de una alternativa marginal o de nicho: el 90% de quienes la consumen también consumen (o consumían) cerveza tradicional.
Hay una creciente conciencia de los efectos adversos del alcohol y las bebidas azucaradas para la salud. Por ello, aunque todavía se bebe alcohol, se hace de una forma más responsable. Y se elige, en muchas ocasiones, su versión sin alcohol.
Gracias a estos nuevos hábitos de consumo, la industria cervecera tiene una oportunidad de sobrevivir. El consumo ‘sin’ es ya un estilo de vida.
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