<p>No pesan los años, pesa la discriminación. Los más jóvenes no reconocerán el spot publicitario en el que está basada esta frase. Los que ya tenemos una edad, sí… Como tantas otras cosas, empezando por los kilos de edadismo que nos lastran cada vez más aspectos de nuestra vida. Uno especialmente acuciante es el de la carrera profesional. ¿Sobramos? ¿No nos queda otra que dejar paso (y sueldos) a los más jóvenes y dedicarnos a alimentar a las palomas? La <strong>Asociación de Profesionales Sénior del Seguro (APSS),</strong> con la colaboración de <strong>Reale Seguros</strong> y<strong> Actualidad Económica,</strong> organizó el pasado 26 de septiembre un debate sobre la gestión del talento en un sector tan estratégico como el de los seguros.</p>
La Asociación de Profesionales Sénior del Seguro (APSS) analizó los retos del talento senior en un debate organizado con la colaboración de Reale Seguros y Actualidad Económica.
No pesan los años, pesa la discriminación. Los más jóvenes no reconocerán el spot publicitario en el que está basada esta frase. Los que ya tenemos una edad, sí… Como tantas otras cosas, empezando por los kilos de edadismo que nos lastran cada vez más aspectos de nuestra vida. Uno especialmente acuciante es el de la carrera profesional. ¿Sobramos? ¿No nos queda otra que dejar paso (y sueldos) a los más jóvenes y dedicarnos a alimentar a las palomas? La Asociación de Profesionales Sénior del Seguro (APSS), con la colaboración de Reale Seguros y Actualidad Económica, organizó el pasado 26 de septiembre un debate sobre la gestión del talento en un sector tan estratégico como el de los seguros.
Francisco Pascual, adjunto al director de El Mundo y responsable de Actualidad Económica, moderó el encuentro, que bajo el título «Talento y Edad: cómo el Seguro está reinventando la relación con los seniors» reunió a Ana Matarranz, autora del libro El factor edad; Pilar Suarez-Inclán, directora de Relaciones Institucionales de Reale Seguros, y Luis San Juan y Ana de Gregorio, presidente y vocal de la APSS, respectivamente.
Abrió el debate San Juan, que aprovechó para presentar en sociedad la APSS, cuyo objetivo consiste en «cambiar el paradigma del edadismo, que lleva a plantear la gestión del talento senior como un problema de coste-beneficio. Mucha gente piensa que las personas de mayor edad en las organizaciones no aportan lo suficiente para justificar sus altos salarios y pueden ser sustituidas por gente más joven que cobra menos». Contra eso, la asociación propone «las tres ‘C’: conocer, concienciar y capacitar, que se aplican tanto a los empleados como a las empresas para alargar las etapas activas de las personas».
Pascual centró la cuestión con un dato demoledor. «En Japón, las personas mayores de 65 años aportan un 30% del total al mercado laboral. Eso no es sano, es demasiado. La media de la OCDE está en un 15,5%, pero es que España está en un 3,3%… Estas cifras son insostenibles desde un punto de vista moral, por el edadismo, pero también de sostenibilidad». Además, Matarranz situó el problema en un contexto más que complejo: «En España, la natalidad es muy baja -el nivel de reemplazo poblacional es de 2,1 hijos, y estamos en 1,2-, la esperanza de vida está alrededor de los 80 años, y la tasa de desempleo es la más alta de la Unión Europea, lo que quiere decir que tenemos menos cotizantes que otros… mientras crece el gasto de las pensiones, que además subimos dos dígitos. Nos encontramos en la tormenta y necesitamos un sistema laboral mucho más flexible con otro concepto de carrera profesional».
Respecto al contexto concreto elegido para trata el tema, Suarez-Inclán recordó que el de los seguros «es un sector que muy de confianza, y la transmisión de esa confianza es fundamental. Nosotros tenemos mucho que aprender de la gente joven, muchísimo, pero creo que la gente joven puede aprender mucho también de la gente mayor». De Gregorio matizó que también los seniors tienen que cambiar la mentalidad: «Hay muchas veces que nos cuesta salir del círculo de confort. Aparte de lo que la organización haga al respecto, tenemos que hacer el ejercicio de ver dónde y hasta dónde podemos aportar. La autoconcienciación es básica».
Pero también es necesario un cambio global. San Juan afirmó que «uno de los objetivos de la APSS es conseguir que las políticas de diversidad e inclusión de las empresas amplíen su espectro y no solo hablen de género y de sexo, sino también de edad». En busca de soluciones concretas, Pascual preguntó por la posibilidad de instaurar Mesas de Edad. Matarranz se mostró a favor, pero recordó que, «mientras ya hay una normativa de diversidad de género, la ley 3/2007, no hay una equivalente sobre diversidad generacional. Podemos impulsarla y, mientras, desarrollar nuestras propias medidas dentro de las organizaciones».
Entre estas medidas, Suárez-Inclán sugirió un cambio en «la gestión de las áreas de recursos humanos para que, en vez de obcecarse en las carreras laborales ascendentes, fomenten la flexibilidad». Y De Gregorio insistió en que la reivindicación de una evolución en la gestión del talento en las empresas está en el origen de la nueva asociación: «A partir de ahí surge todo lo demás, y por eso también estamos tratando de organizar mesas de trabajo con los departamentos de recursos humanos de distintas empresas para ver qué están haciendo y recopilar las mejores prácticas y ponerlas en común».
Pese a todo, hay que asumir que la juventud siempre empuja. Pascual puso sobre la palestra los «casos de trabajadores valiosos que, cuando llegan trabajadores más jóvenes, se sienten abrumados por su habilidad con las nuevas tecnologías, su creatividad, su energía… Y tienden a apartarse un poco ellos mismos». San Juan reconoció que hay una parte de seniors «que todavía están en el viejo paradigma, y simplemente, dejan pasar el tiempo». Pero también reivindicó la «adaptabilidad» de los seniors actuales: «La mayoría de los que estamos en esta sala hemos hecho toda la transformación digital. ¿Cómo eran nuestras compañías cuando entramos a trabajar hace 30 años? ¿Por qué nos dicen que no somos capaces de adaptarnos si lo hemos hecho a velocidad de vértigo. Otro de los mitos a destruir…»
La mejor forma de destruir ciertos mitos perniciosos es a través del conocimiento mutuo. Suárez-Inclán incidió en una herramienta muy útil al respecto: «Con el mentoring inverso, los jóvenes nos pueden ayudar a descubrir en qué podemos mejorar». Y, por el otro lado, «los seniors tiene mucho que aportar en la comunicación dentro de las organizaciones; por ejemplo, ¿quién mejor que ellos, que se conocen la compañía de arriba y abajo, para los onboardings de los jóvenes?»
En definitiva, una línea bidireccional de entendimiento que simboliza un proyecto de la APSS revelado por San Juan: una colaboración con la Asociación de Jóvenes Profesionales del Seguro (AJPS) para crear un sistema de mentoring directo inverso.
Actualidad Económica