<p>En el cuartel general de <strong>Huawei </strong>en Shenzhen, la capital tecnológica de China, en una sala rodeada por enormes ventanales, apareció sonriente el ex soldado del Ejército Popular de Liberación que terminó montando un <strong>imperio de las telecomunicaciones. </strong>Ren Zhengfei (80 años), fundador de Huawei, recibió hace seis años a un reducido grupo de periodistas de medios españoles, entre ellos a <strong>EL MUNDO</strong>, para responder entonces a cuestiones relacionadas con la cruzada que había lanzado la primera administración de Donald Trump contra su empresa y sus vínculos con el régimen de Pekín. </p>
Desde Interior han defendido que el acuerdo con la empresa asiática no supone ningún riesgo para la seguridad nacional
En el cuartel general de Huawei en Shenzhen, la capital tecnológica de China, en una sala rodeada por enormes ventanales, apareció sonriente el ex soldado del Ejército Popular de Liberación que terminó montando un imperio de las telecomunicaciones. Ren Zhengfei (80 años), fundador de Huawei, recibió hace seis años a un reducido grupo de periodistas de medios españoles, entre ellos a EL MUNDO, para responder entonces a cuestiones relacionadas con la cruzada que había lanzado la primera administración de Donald Trump contra su empresa y sus vínculos con el régimen de Pekín.
-¿Cómo despejar las sospechas de que el Gobierno chino está detrás de Huawei?
-Huawei es una empresa nacida en China y tiene que cumplir con las leyes de este país. Pero también, como empresa internacional, debe respetar las leyes de los países en los que opera. Por eso puedo decir que Huawei es una compañía que cumple todas las leyes de los países donde está presente.
-¿Puede una empresa china ser totalmente independiente del gobernante Partido Comunista (PCCh)?
-Sí. En China podemos ser absolutamente independientes. La ley China nos ha dado este estatus.
La realidad sobre el papel es que, debido a las leyes de espionaje y seguridad nacional de China, si el Gobierno de Xi Jinping lo demandara, Huawei no tendría más remedio que compartir los datos requeridos. «No existe ninguna puerta trasera secreta, como se ha dicho tantas veces desde Estados Unidos, por la que Huawei canalice la información en los países en los que opera y la ponga a disposición del Gobierno chino. Ni los funcionarios de Pekín nos han pedido nunca datos de clientes, ni la empresa se los facilitaría de ser así», aseguran fuentes del gigante tecnológico chino. «Incluso si la ley china nos lo exigiera, lo rechazaríamos rotundamente», ha insistido Ren.
El foco mediático se ha vuelto a colocar estos últimos días en las conexiones entre Huawei y Pekín después de que transcendiera el polémico contrato adjudicado en España a la empresa china para el almacenamiento de escuchas telefónicas judiciales. Esto hizo saltar las alarmas en la comunidad de inteligencia, especialmente entre agentes del CNI que conocen bien China, quienes han presentado en más de una ocasión al Ministerio del Interior informes sobre los vínculos de las grandes empresas tecnológicas chinas con el PCCh y los departamentos del partido que «operan como vigilantes» dentro de estas compañías. Las empresas del país asiático, tanto públicas como privadas, si cuentan en su plantilla con tres o más trabajadores con el carnet del PCCh, deben de establecer una «célula» de partido, una especie de sucursal.
En la propia Comisión Europea también se alerta del «alto riesgo» que supone contratar a la compañía china para un asunto tan sensible. En Bruselas existe preocupación por la decisión del Gobierno de España, y recuerdan que «la falta de una acción rápida expone a la Unión Europea en su conjunto a un riesgo claro». Esto es, que el riesgo de contratar a Huawei va más allá de España. Los avisos desde Bruselas han sido muy claros. En el lenguaje, muchas veces contenido de la Comisión, se invita a los países miembros a que apliquen las medidas que ya señaló en 2019 en términos de ciberseguridad y entre las que ya se alertaba del riesgo de Huawei. En otras palabras: que no se firman contratos con esta compañía.
«Es un riesgo firmar contratos tan delicados con Huawei», señalan las fuentes de inteligencia consultadas, que destacan que las empresas chinas están atadas al Gobierno especialmente por dos leyes: la Ley de Inteligencia Nacional de 2017 y la Ley de Contraespionaje de 2014. El artículo 7 de la primera establece que «toda organización o ciudadano apoyará, asistirá y cooperará con las labores de inteligencia del Estado», el cual «protegerá a toda persona y organización que colabore». La segunda subraya que «cuando el órgano de seguridad del Estado investigue y comprenda una situación de espionaje y recopile pruebas pertinentes, las organizaciones y los individuos pertinentes deberán colaborar y no podrán negarse«.
Después de que The Objective adelantara que Huawei había ganado un contrato de 12,3 millones de euros de Interior para almacenar las escuchas telefónicas autorizadas judicialmente del país utilizadas tanto por las fuerzas del orden como por los servicios de espionaje, la polémica se desató cuando, desde EEUU, varios legisladores criticaron este contrato, calificándolo como un «gran error», y cuestionando la continuidad de los intercambios de inteligencia entre Washington y Madrid.
El lunes, los principales medios estatales chinos también trataron este asunto, pero para recoger el comunicado publicado por la embajada de China en Madrid, que cargaba contra el «acto típico de bullying» por parte de EEUU en su ataque contra los productos de Huawei a cuenta del contrato en España. «Desde hace tiempo, EEUU ha estado involucrado en una campaña global para difamar, restringir y atacar a las empresas chinas. Esto se ha convertido en una flagrante herramienta de manipulación en la política antichina. El ataque a los productos de Huawei es un ejemplo más de cómo EEUU generaliza el concepto de seguridad nacional, politiza los asuntos económicos y comerciales, y bloquea y reprime maliciosamente a las empresas chinas», señalaba el escrito.
Desde Interior han defendido que el acuerdo con Huawei no supone ningún riesgo para la seguridad nacional. Pero desde la sede de la Unión Europea en Pekín, también hay algunos funcionarios que piden cautela porque la compañía china es considerada un «proveedor de alto riesgo». En el corazón de la UE no es ningún secreto la amplia nómina de lobistas que Huawei tiene en Bruselas con el fin de tener más influencia. Hace unos meses, estalló un nuevo escándalo con una veintena de registros en Bélgica y en Portugal. Hubo varios arrestos de personas sospechosas de tratar de beneficiar a Huawei dentro del Parlamento Europeo.
Actualidad Económica