<p>Las renovables se han rebelado contra Red Eléctrica por su último intento de ganar tiempo para controlar los <a href=»https://www.elmundo.es/economia/empresas/2025/10/06/68e3c73fe85ece90748b4594.html»>vaivenes de tensión</a> que han vuelto a situar a España en riesgo inminente de apagón. Ayer trascendió que la empresa que preside Beatriz Corredor había solicitado a la CNMC reformas urgentes de varios de sus protocolos para reforzar el control de esos picos de tensión. Pero los generadores llevaban días en alerta, a raíz del correo del Centro de Control de Energías Renovables (Cecre) del operador que, el pasado 1 de octubre, ordenó a las eólicas y fotovoltaicas de todo el país poner sus equipos al ralentí para asegurar la estabilidad de la red. La medida ha<strong> cabreado a todo el sector, tanto por el fondo como por las formas</strong>.</p>
El riesgo inminente para el suministro empuja a Red Eléctrica a poner al ralentí todas las eólicas y fotovoltaicas del país, una instrucción que amenaza los ingresos de un sector en crisis
Las renovables se han rebelado contra Red Eléctrica por su último intento de ganar tiempo para controlar los vaivenes de tensión que han vuelto a situar a España en riesgo inminente de apagón. Ayer trascendió que la empresa que preside Beatriz Corredor había solicitado a la CNMC reformas urgentes de varios de sus protocolos para reforzar el control de esos picos de tensión. Pero los generadores llevaban días en alerta, a raíz del correo del Centro de Control de Energías Renovables (Cecre) del operador que, el pasado 1 de octubre, ordenó a las eólicas y fotovoltaicas de todo el país poner sus equipos al ralentí para asegurar la estabilidad de la red. La medida ha cabreado a todo el sector, tanto por el fondo como por las formas.
«Brusca», «desproporcionada», «incomprensible» son algunos de los adjetivos que repiten empresas y asociaciones. Todas coinciden en que «da la última estocada al sector» y que causará «un parón bestial de inversiones en España». ¿En qué consiste el viraje? Lo que Red Eléctrica ha ordenado es que las renovables ralenticen sus rampas -el tiempo que pasa su producción de cero a 100-, de los dos minutos actuales a 15. Esto supone directamente una pérdida de ingresos para los parques, que ya se encuentran asfixiados por el aumento de horas a precios negativos en el mercado. Durante esos 15 minutos, generarán energía, pero no la cobrarán. Indirectamente, la nueva fórmula también expulsa a las renovables de algunos mercados de ajuste (los que emplea el operador para reequilibrar el sistema), donde solar y eólica aventajaban al gas, precisamente, por su rapidez. «Al imponernos un tiempo de 15 minutos, Red Eléctrica nos iguala al gas y eso encarecerá la factura de los consumidores», afirma otra fuente.
«La medida perjudica al sector en un momento especialmente complejo e impactará en la factura de los consumidores. Hay otras formas de hacerlo. En lugar de cambiar las rampas, tendrían que habilitar el control de tensión de las renovables, algo en lo que España va tarde y que ya existe en muchos países de Europa, y que aplacaría esas oscilaciones. Además, urge desbloquear el despliegue de baterías, que también aportan flexibilidad y estabilidad a la red, y que hoy en España solo tienen un freno: el regulatorio», reflexiona Luis Venero, CEO del gigante renovable Bruc Energy.
La percepción en el sector es que la medida es demasiado repentina y agresiva para la magnitud de las oscilaciones de tensión que se han detectado a finales de septiembre. Lo cierto es que el nerviosismo se ha instalado en la plantilla de Red Eléctrica, como demuestran la reciente petición a la CNMC y el contenido del citado correo a las renovables. Resuena en el operador la reciente declaración del secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, quien a principios de octubre enfatizó que «el apagón no debe volver a ocurrir».
«Están matando moscas a cañonazos», reflexionan en el flanco renovable, donde ven en la última barrera a su actividad un parche del operador estatal para compensar la obsolescencia de sus propios protocolos y de unos marcos regulatorios que dependen de un Gobierno inmovilizado por la actual parálisis parlamentaria. «Unos y otros están obsoletos porque no se han actualizado en línea con los cambios que ha vivido el sector eléctrico desde que, a partir de 2018, despegó la generación renovable». El apagón del pasado abril, aseguran, puso en evidencia esta realidad.
El golpe a las renovables es doble. Los servicios de ajuste se han convertido en una suerte de «respiración asistida» para un sector que está herido, sobre todo para la fotovoltaica, pues la energía que los parques entregan por esa vía se cobra por encima de los precios de mercado. Con el desplome de precios en horas de sol, este ingreso estaba ayudando a los promotores a capear la tormenta.
Red Eléctrica dio una semana al sector para acometer la reforma, que entró en vigor ayer. Aquellos generadores que no hayan logrado adaptarse a tiempo tendrán que entregar informes justificativos al operador. «No tiene en cuenta que los promotores no dan a un botón y cambian su programación, tienen subcontratas que ahora mismo están desbordadas de peticiones», asegura una de las empresas afectadas. La orden del operador es obligatoria para todos los parques conectados a la red de transporte de más de 5 megavatios, es decir, para prácticamente todas las eólicas y fotovoltaicas que operan en España.
La compañía que capitanea Corredor, además, ha solicitado «la implementación de este requisito de manera voluntaria» a aquellos miniparques por debajo de esa capacidad. Tanto Red Eléctrica como el Gobierno insisten en que el apagón de abril no se puede relacionar con una excesiva exposición del sistema eléctrico a las renovables variables, pero, una vez más, una de las medidas más drásticas implementadas desde aquel 28 de abril conlleva minimizar el peso de estas tecnologías en un sistema que sigue dando muestras de inestabilidad, a pesar de que continúa operándose en modo reforzado.
Appa, la asociación de empresas de renovables, fue la primera en reaccionar a este ajuste. El miércoles 1 recibieron el correo, el jueves 2 se citaron con Red Eléctrica en busca de respuestas, y el viernes 3 convocaron a sus asociados para explicar y redactar un documento de propuestas para llegar a un punto de encuentro con el operador. Según fuentes conocedoras, desde entonces han estado intentando alargar la medida y flexibilizarla. La respuesta es que no hay flexibilización y que lo primero es «asegurar el suministro».
«Esos 15 minutos son excesivos y limitarán los ingresos de dos tercios de las plantas fotovoltaicas de España. Consideramos que 5 minutos sería suficiente para dar margen a Red Eléctrica», afirma Héctor de Lama, director técnico de UNEF, la patronal fotovoltaica, quien apunta que el operador estatal «ya ha dado señales de que podría rebajarlo, específicamente para aquellas instalaciones que entren en el mercado de control de tensión». Se trata del famoso Procedimiento de Operación 7.4, que se aprobó por fin tras el apagón y que, previsiblemente, permitirá a las renovables participar en el control de tensión a partir de 2026.
Actualidad Económica