<p class=»ue-c-article__paragraph»>La receta que los operadores de telecomunicaciones iban a pedir a Europa en el <strong>Mobile World Congress</strong> estaba clara antes del evento. El sector quiere menos regulación y más fusiones para competir con Estados Unidos y la Unión Europea parce dispuesta a concederlo. Sin embargo, algo se comenzó a torcer en la tarde del pasado lunes que terminó encendiendo el ambiente.</p>
La Comisión Europea pasa sin pena ni gloria por un evento en que se esperaba algo más que palabras en el sector
La receta que los operadores de telecomunicaciones iban a pedir a Europa en el Mobile World Congress estaba clara antes del evento. El sector quiere menos regulación y más fusiones para competir con Estados Unidos y la Unión Europea parce dispuesta a concederlo. Sin embargo, algo se comenzó a torcer en la tarde del pasado lunes que terminó encendiendo el ambiente.
«Tenemos 270 reguladores. De ciberseguridad, de privacidad, nacional, local. No es un mercado único. Europa necesita un DOGE», señaló Tim Höttges, CEO de Deutsche Telekom (DT) en referencia al polémico programa para reducir el tamaño del Gobierno que lidera Elon Musk en Estados Unidos.
La declaración se trata de un ataque frontal sin precedentes a la muy criticada política europea que se da en un momento particularmente delicado y que además es protagonizado por el CEO de una empresa cuyo máximo accionista es el propio estado alemán.
Con todo, lo que está haciendo rico a Höttges es la presencia de DT en Estados Unidos a través de T-Mobile, lo que ha convertido a la entidad alemana en el verdadero gigante a las tecnológicas europeas. Solo tenemos que copiar lo de Estados Unidos. Europa sigue como siempre», señaló el directivo.
El evento había arrancado con otra fuerte llamada a la acción de Marc Murtra, que debutaba como presidente de Telefónica en el mayor evento tecnológico de su ciudad. «El exceso de regulación en el sector tecnológico y la insuficiente rentabilidad del sector han lastrado a Europa, que se ha quedado rezagada tecnológicamente», diagnosticaba el directivo que ya justificó la semana pasada la necesidad de una «revisión estratégica» de Telefónica por el contexto europeo pro consolidación.
«Las calamidades son inevitables, la decadencia no. El tiempo no espera a nadie, ni tampoco la tecnología»; subrayó Murtra en el cierre de su discurso inaugural, una postura que luego mantuvo en la sesión que compartió con el CEO de Deutsche Telekom (y en la que se preocupó de mostrar una visión más moderada que su competidor y decir que sería suficiente con «dar un giro al sistema»).
«Tenemos que cambiar la forma en la que hacemos cosas. El riesgo tiene un retorno futuro, pero también unas consecuencias. Yo creo que tenemos que tomar riesgos», aseguró el presidente de Telefónica, que destacó que el mercado de las telecomunicaciones europeo tiene todos los ingredientes para crear un sistema tecnológico.
La mesa de los CEO de la grandes tecnológicas europeas llegó después de uno de los que se presuponían platos fuertes: el debate entre Henna Virkunnen, comisaria de Soberanía Tecnológica, y Brendan Carr, director de la Agencia Federal de Comunicaciones de Estados Unidos.
Lo que se presuponía que podía ser un fuerte choque terminó en prácticamente falta de comparecencia, ya que mientras Carr advertía de que el Gobierno de Trump estaba en contacto con las grandes tecnológicas para documentar cualquier daño a la «libertad de discurso» que les hubieran ocasionados los reglamentos europeos, a los que tildó de perfeccionista, Virkunnen firmó una intervención que podría haber hecho perfectamente Thierry Breton, su antecesor en el cargo.
La comisaria finlandesa prometió que llegaría la desregulación prometida, pero no concretó plazos y se limito a recoger propuestas heredadas como la nueva directiva de redes para afrontar el déficit de 200.000 millones de euros de inversión en infraestructura digital que azota el continente y el refuerzo de la regulación de ciberseguridad. Promesas que se han quedado cortas para lo que se podía esperar antes del evento y han condicionado la reunión de primeros espadas del sector que se produjo a continuación.
«Aquí estamos los campeones de la conectividad europea. Conectamos 300 millones de personas e invertimos cada año 20.000 millones de euros. Si hablamos de una carrera global, es justo decir que no vamos ganando», resumió e cuadro de la situación la CEO de Vodafone, Margherita della Valle.
«El 5G puro solo está disponible en el 2% de Europa. Estamos detrás de cada vez más países con bajos y medios ingresos», advirtió la directiva italiana para ilustrar que ya no es solo una competición contra Estados Unidos y China.
Como ejemplo para Europa puso las condiciones bajas impuestas para la fusión entre Vodafone y Three de Reino Unido, que se limitan a compromisos de inversión y de mantención de tarifas baratas.
«Han entendido que es mejor más inversión y tres redes, que menos inversión y cuatro redes», señaló en alusión a la política de incentivar la existencia de cuatro operadores para mantener bajos los precios que impera en la UE.
En esa línea, la CEO de Orange, Christel Heydemann, defendió el papel que los operadores pueden jugar en el mundo de la inteligencia artificial como elemento intermedio entre la nube y los dispositivos que usan los usuarios. «Podemos combinar lo mejor de los dos mundos», apuntó.
Actualidad Económica