<p class=»ue-c-article__paragraph»>Aunque sobre el papel aún faltan dos años para que las urnas vuelvan a abrirse en unas elecciones generales, en el terreno político las placas tectónicas ya están comenzando a moverse. La llegada de un nuevo ciclo electoral, que como tarde echará a andar en el <strong>primer trimestre de 2026</strong> con los comicios en Castilla y León, está haciendo que los partidos empiecen a tomar posiciones, en busca de iniciar la carrera en las mejores condiciones. En la derecha ya se oye hablar de mayorías absolutas y posibles pactos. Y en la izquierda, hoy en desventaja en las encuestas, nadie es ajeno a que, cuantas más siglas se reúnan, mejor será el punto de partida. Por eso hay movimientos.</p>
En vista de los últimos comicios el beneficio se dispara si Sumar entra en la ecuación
Aunque sobre el papel aún faltan dos años para que las urnas vuelvan a abrirse en unas elecciones generales, en el terreno político las placas tectónicas ya están comenzando a moverse. La llegada de un nuevo ciclo electoral, que como tarde echará a andar en el primer trimestre de 2026 con los comicios en Castilla y León, está haciendo que los partidos empiecen a tomar posiciones, en busca de iniciar la carrera en las mejores condiciones. En la derecha ya se oye hablar de mayorías absolutas y posibles pactos. Y en la izquierda, hoy en desventaja en las encuestas, nadie es ajeno a que, cuantas más siglas se reúnan, mejor será el punto de partida. Por eso hay movimientos.
Y, por primera vez desde que Sumar y Podemos iniciaran su particular batalla por el espacio más allá del PSOE, en la ecuación ya no solo están ellos. EL MUNDO contó esta semana que ERC había entablado contactos con Compromís, BNG, Bildu y Adelante Andalucía con el objetivo de aglutinar un frente común de la izquierda plurinacional, al que después intentaría atraer a la formación morada. Podemos, y también Sumar, alejan la posibilidad de que una coalición de esas características vaya a producirse y, sin aparente reconciliación entre ellos, concentran sus esfuerzos en poner a IU de su lado.
Pero lo cierto es que el espacio de la izquierda saldría ganando si va unido. Y, cuanto más unido, mejor. Es una tesis vox populi, pero sustentada en los datos: la diferencia entre ir juntos o separados podría escalar hasta los 15 escaños, en vista del veredicto que salió de las urnas la última vez que los españoles votaron, en las elecciones europeas de 2024. Coincide que en aquellos comicios, al ser de circunscripción única, cualquier ciudadano podía votar a cualquier partido -un madrileño a ERC, un leonés a Bildu…-, con lo que los resultados sirven para hacer una simulación de qué pasaría si se constituye un frente progresista plurinacional que los aglutine a todos ellos. Aplicando el método D’Hondt, que rige el reparto de escaños en unas elecciones generales, ELMUNDO ha extrapolado los datos de los comicios europeos para analizar cuánto, cómo y dónde beneficiaría a la izquierda presentarse bajo las mismas siglas.
Si los partidos de ese espacio concurren independientemente, con las papeletas depositadas en la última cita con las urnas, la izquierda más allá del PSOE aglutinaría, en total, 23 escaños. Sumar, que entonces fue en coalición con IU y Compromís, obtendría cuatro diputados y, Podemos, dos. ERC tendría ocho, siete Bildu y, el BNG, dos. Sin embargo, si todas estas fuerzas se presentasen en un mismo frente, el saldo total para la izquierda plurinacional sería de 38 parlamentarios, 15 más que si no hay unidad.
El contador electoral de este espacio se dispara cuando hay un paraguas que aglutina a todas las siglas, pues esto evita que se vean perjudicadas por el sistema electoral. Los escaños se obtienen por provincia, con lo que la fragmentación dificulta que ningún partido pueda llegar al umbral necesario para apuntarse un asiento. Así, con los datos de las elecciones europeas y según la simulación efectuada, si la izquierda concurre unida lograría representación en siete circunscripciones donde, de lo contrario, se queda a cero: Asturias, Alicante, Baleares, Sevilla, Cádiz, Málaga y Las Palmas. Además, en otras ocho provincias aumenta su marcador. Pasa de uno a dos escaños en La Coruña, Pontevedra, Gerona, Tarragona y Valencia; de dos a tres en Vizcaya; de tres a cuatro en Madrid; y de siete a ocho en Barcelona. En total, 15 diputados más que si concurre cada partido por su lado. No cambia el resultado si la izquierda se presenta junta o separada en cuatro territorios: Navarra, Lérida y Álava -donde igualmente el espacio obtiene un solo escaño- y Guipúzcoa -donde saca tres-. Y tampoco cambia su contador en las 31 provincias donde las siglas más progresistas que el PSOE se mantienen a cero.
Hay que tener en cuenta que en las últimas elecciones europeas parte de la izquierda ya concurrió unida: ERC, Bildu y BNG por un lado -bajo la marca Ahora Repúblicas- y Sumar con Compromís e IU. Si bien lo primero no influye demasiado en la simulación -se reparten los votos entre los partidos en función del territorio donde los reciben: los de Barcelona a ERC y los de Vizcaya a Bildu-, que Compromís e IU fueran con Sumar sí es relevante, pues evita que el resultado fuera aún menor en el escenario de la izquierda fragmentada. Otro apunte: Adelante Andalucía no se presentó a aquellos comicios, pero podría jugar un papel importante si concurre en coalición con otras fuerzas plurinacionales.
No todo es positivo para el espacio de la izquierda si se constituye un frente común. La cara b de esa unión está en a quién se le arrebatan los escaños ganados: de los 15 asientos extra que tendrían los partidos más allá del PSOE si se presentan juntos, ocho se los quitan, precisamente, a los socialistas. Cuatro perdería el PP, uno Vox, otro Junts y, el último, Se Acabó La Fiesta. Aunque con los datos de aquellas europeas los números le bastarían a Pedro Sánchez para revalidar su mayoría, en el último año las encuestas han ido empeorando el pronóstico de la izquierda, con lo que es posible que ya no le saliera la ecuación. Pero, en cualquier caso, las opciones serían mayores si hay unidad.
Los movimientos que ha puesto en marcha el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, para avanzar en ese frente común de la izquierda no incluyen, por ahora, a Sumar. Fuentes del partido señalaron a EL MUNDO que el republicano ha contactado con Bildu, Compromís, BNG y Adelante Andalucía, y que pretende hacerlo con Podemos, pero nada se dice de la formación de Yolanda Díaz. Sin embargo, si este partido no entra en la ecuación, la rentabilidad de una candidatura conjunta cae en picado.
Extrapolando los datos de las pasadas elecciones europeas bajo los mismos parámetros que en la simulación anterior, se observa que una coalición de la izquierda que integre a Podemos, ERC, Bildu y BNG obtendría 26 escaños, solo tres más que si todos van por separado. Se añadiría un asiento por La Coruña, Barcelona y Tarragona, pero el marcador seguiría a cero en 38 de las 50 provincias. Sin Sumar e IU, las cuentas no salen.
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