<p>Todos los oficiales del a Armada miraban al cielo en busca de vientos. Pero el levante que tanto beneficia al Juan Sebastián Elcano en su salida del puerto de Cádiz, apenas soplaba desde el viernes. Es por ello que una niebla trataba de envolver los cuatro palos del crucero más emblemático de la Armada que este sábado, el primero tras la Pascua Militar, y como siempre desde casi un siglo, iniciaba su XCVII crucero de <strong>instrucción con 76 guardiamarinas a bordo</strong> y más de 100 personas de dotación. Entre ellos, la <a href=»https://www.elmundo.es/e/pr/princesa-leonor.html» target=»_blank»>Princesa de Asturias</a>, la guardiamarina Borbón y Ortiz.</p>
Don Felipe y Doña Letizia despiden a su hija al igual que los padres y otros familiares de los 75 guardiamarinas que inician la travesía del 97 crucero de instrucción
Todos los oficiales del a Armada miraban al cielo en busca de vientos. Pero el levante que tanto beneficia al Juan Sebastián Elcano en su salida del puerto de Cádiz, apenas soplaba desde el viernes. Es por ello que una niebla trataba de envolver los cuatro palos del crucero más emblemático de la Armada que este sábado, el primero tras la Pascua Militar, y como siempre desde casi un siglo, iniciaba su XCVII crucero de instrucción con 76 guardiamarinas a bordo y más de 100 personas de dotación. Entre ellos, la Princesa de Asturias, la guardiamarina Borbón y Ortiz.
A las nueve de la mañana, los aspirantes a oficiales de la Armada llegaron en formación al convento de Santa Cruz. Allí el pater del velero, el capitán Checa, concelebró la misa en la que los oficiales se encomendaron a la virgen del Rosario, la Galeona, patrona de Cádiz para que les amparara y concediera buena mar para la travesía.
Estaba expuesta una talla de la virgen en el altar. Los guardiamarinas, tras una eucaristía que terminó con los acordes de la Salve marinera, colocaron la pieza tallada en madera en un paso y la llevaron a pie hasta el puerto para embarcarla.
Más de 1.500 familiares estaban dispuestos en el muelle para despedir a la dotación de Elcano. A bordo, mientras llegaban los futuros Oficiales, suboficiales movían cabos, profesores departían entre ellos y algún marino barría la cubierta. Tres minutos antes de las 10, sonó la sirena del velero, que anunciaba la llegada de los guardiamarinas.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha llegado después de los Reyes. La niebla impidió el aterrizaje de su avión en Jerez y tuvo que tomar tierra en la base de Morón y llegar en vehículo. Cuando ha subido al barco, los familiares de los guardiamarinas han abucheado a la responsable de Defensa coreando: «Fuera, fuera».
A paso lento marcado por la marcha que interpretaba la unidad de música, los guardiamarinas con el uniforme de 14 botones formaron frente a Elcano. Mandaron firmes y se embarcó el comandante Carreras-Presas y el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Piñeiro. Y cuatro guardiamarinas embarcaron a la Galeona antes de que entrarán el resto de guardiamarinas, la Princesa despertó aplausos y piropos, al grito de: «guapa» y saludó a la bandera, izada en la popa del barco.
Prepararon a continuación el barco para rendir honores al Rey. Parte de la dotación subió a los palos para cubrir las jarcias mientras la unidad de música interpretaba un paso doble y se embarcaba el presidente de la junta, Juanma Moreno.
A las once en punto llegaron los Reyes. Don Felipe con uniforme de la Armada y Doña Letizia con traje azul. Les dedicaron siete vivas a España, 21 salvas de honor y la unidad de música interpretó el himno de España. El sol ganó paso a la niebla y despejó en el puerto de Cádiz.
Los guardiamarinas han desembarcado de Elcano para despedirse de sus familiares. Todos menos uno. La Princesa de Asturias se ha quedado a bordo con sus padres, de los que se despide en el camarote del comandante.
Tras el momento más emotivo de despedida a las familias, los guardiamarinas se han embarcado de nuevo y han comenzó a colocarse en los tranvías del barco. La princesa en el tercer tranvía ha visto descender a los Reyes.
Tras despedir a su hija, los Reyes se han embarcado en el vigía para presenciar desde alta mar la salida de Elcano. La Reina Letizia ha estado muy emocionada durante toda la despedida: «Ahí hay muchas madres llorando,», ha compartido ante la prensa, antes de reflexionar: «Son muchos meses sin verla». El Rey también ha dicho que ha sido «muy emotivo».
«La Reina y yo queremos desearos buena mar, buenos vientos, pero sobre todo que aprovechéis esta etapa de vuestra formación como marinos, como militares y también en vuestra proyección en el mundo como españoles», ha dicho el Rey Felipe a los 76 guardiamarinas del crucero de instrucción antes de zarpar rumbo a Nueva York, en una travesía de casi seis meses.
«Representáis una Armada con un legado de siglos que debéis honrar y respetar y también representáis a una Armada del siglo XXI, la Armada española, que volverá a recorrer con Elcano mares y océanos. Recordad siempre que lleváis el prestigio y la imagen de España sobre vuestros hombros. Y también recordad que sois guardiamarinas de la Armada española», ha enfatizado el monarca, que hizo este crucero de instrucción en 1987, en sus palabras.
«Os deseamos la Reina y yo que lo disfrutéis y que dejéis el pabellón bien alto en los mares y por los puertos a los que arribéis», ha concluido.
Leonor de Borbón desembarcará en Nueva York para volar a España y permanecer un mes a bordo de una fragata, antes de volver a unirse a sus compañeros, en el último tramo del crucero, en Gijón, el 7 de julio.
Tras partir de Cádiz, el buque Juan Sebastián de Elcano llegará la próxima semana a Canarias. El recorrido, de seis meses, incluirá además Uruguay, Chile, Perú, Panamá, Colombia, República Dominicana, Estados Unidos y, de vuelta a España, Gijón y Ferrol antes de su llegada a la Escuela Naval Militar en Marín, el 14 de julio y su posterior regreso a Cádiz.
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