<p>Se esperaba que <strong>Carlos Mazón</strong> hiciera autocrítica y la ha hecho. El presidente de la <strong>Generalitat </strong>ha comparecido este viernes por primera vez en las <strong>Cortes Valencianas</strong> para dar explicaciones sobre lo que ocurrió el fatídico 29 de octubre, el día que una <strong>DANA </strong>arrasó con buena parte de la provincia de Valencia como nunca antes había hecho una catástrofe natural en España. Con un balance todavía provisional de 216 víctimas mortales, Mazón ha reconocido errores: «Se pudo hacer mejor».</p>
El presidente de la Generalitat anuncia una nueva Vicepresidencia para la reconstrucción y una Consejería de Emergencias e Interior
Se esperaba que Carlos Mazón hiciera autocrítica y la ha hecho. El presidente de la Generalitat ha comparecido este viernes por primera vez en las Cortes Valencianas para dar explicaciones sobre lo que ocurrió el fatídico 29 de octubre, el día que una DANA arrasó con buena parte de la provincia de Valencia como nunca antes había hecho una catástrofe natural en España. Con un balance todavía provisional de 216 víctimas mortales, Mazón ha reconocido errores: «Se pudo hacer mejor».
«La respuesta no fue todo lo eficaz que se necesitaba y hay que pedir disculpas», ha insistido Mazón, que no sólo no ha hecho ninguna referencia a una hipotética dimisión sino que ha avanzado una remodelación del Ejecutivo autonómico. El «Consell de la recuperación», según sus propias palabras, contará con una nueva Vicepresidencia para la recuperación y una Consejería de Emergencias e Interior. «Marcará un hito histórico», ha asegurado.
Mazón, que no ha evitado el ataque directo a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por «no avisar» del desbordamiento del barranco del Poyo el 29 de octubre, ha anunciado también que se revisará el protocolo de actuación frente a las emergencias. Eso sí, la Generalitat pedirá también que el Gobierno de España cambie el protocolo de alertas masivas a la población.
El presidente valenciano llegaba a esta cita clave con un objetivo: esbozar un proyecto de futuro que le permita esquivar la dimisión que le exigió una multitudinaria manifestación en Valencia. Mazón era consciente de que tenía que despejar cualquier duda sobre su futuro al frente de la Generalitat, tras haber visto su imagen comprometida y cuestionada dentro y fuera de su propio partido.
Por varios motivos: por una alerta que llegó tarde a la población, por su comida aquel 29 de octubre para negociar la dirección de la radiotelevisión pública À Punt y que le mantuvo ausente durante horas y por la gestión caótica de la persona que puso al frente de la Consejería de Interior y de Emergencias, Salomé Pradas.
De ahí que Mazón haya comenzado a hilvanar el relato de la reconstrucción. Una reconstrucción que pretende liderar y que, para que sea creíble, busca cimentar sobre un nuevo Consell. Aun así, no ha cargado ni mucho menos contra Pradas, a la que se ha visto en su escaño con un semblante muy serio. Es más, Mazón ha justificado su agenda de aquel día porque era la consejera la que estaba al mando de todo: «Mantuve mi agenda sabiendo que la consejera se había desplazado a las zonas afectadas». Si él llegó tarde a la reunión en el Centro de Coordinación de Emergencias fue, según ha dicho, por culpa del tráfico, a pesar de que regresó al Palau de la Generalitat tras la comida a las 18 horas.
Y, a pesar de la alerta tardía a la población, que se envío a las 20.11 horas de aquel martes cuando miles de personas ya estaban atrapadas en carreteras y los pueblos inundados, Mazón ha subrayado: fue «una decisión acertada de la dirección de emergencias». En este sentido, mantiene que el sistema ES-Alert, que la consejera admitió desconocer, no forma parte de ningún protocolo. Y ello a pesar de que la propia Generalitat reconoció hace un año que el sistema estaba operativo en la Comunidad Valenciana e integrado en la Red de Alerta Nacional.
Aun así, Mazón ha cargado duramente contra la Confederación Hidrográfica del Júcar, que «ni avisa ni alerta a Emergencias de la Generalitat del riesgo de desbordamiento del barranco del Poyo». Ha reiterado que el primer correo electrónico de alerta se recibe a las 18.43 horas, cuando el caudal del Poyo ya era cuatro veces el del Ebro. Según Mazón, hubo un «apagón informativo» entre las 16.13 y las 18.43 horas. Y ello a pesar de que en el Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI) estaban los representantes de la CHJ, incluido su presidente, Miguel Polo. «No contamos con información suficiente y a tiempo», según Mazón.
«La catástrofe superó nuestros protocolos», ha reconocido en todo caso Mazón, que ha destacado que las previsiones de Aemet en la mañana del día 29 no se cumplieron: «No es lo mismo un episodio de lluvias torrenciales, que era para lo que estaba previsto todo, que una barrancada que superó las previsiones de Aemet».
El presidente valenciano, que ha deslizado que la ayuda del Gobierno de Pedro Sánchez llegó tarde, ha afirmado que la Generalitat no tiene capacidad para afrontar por sí sola la recuperación económica y social de Valencia: «El peso de esta tarea monumental no debe recaer únicamente sobre los hombros de la Generalitat». «El pueblo valenciano no pide favores sino justicia», ha sentenciado, para recordar que la Generalitat ha puesto sobre la mesa la necesidad de 31.000 millones de euros.
«Hemos aprendido de esta tragedia y esa lección es el motor para avanzar», ha concluido Mazón, que se ha mostrado incluso convencido de que la catástrofe marcará un antes y un después en la historia de la Comunidad Valenciana para propiciar su «renacimiento».
La comparecencia de Mazón, que se ha alargado más de dos horas, ha sido aplaudida por los diputados del PP, a los que el presidente ha acabado pidiendo silencio. El presidente ha estado acompañado por el Consell en pleno, de luto riguroso, a pesar de que en las próximas horas anunciará los cambios en su Ejecutivo.
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