La autora valenciana convierte su experiencia personal en un libro de autoayuda lleno de optimismo, consejos prácticos y reflexiones profundas, con el objetivo de dar visibilidad y comprensión a dos enfermedades invisibles.
Un viaje literario que comenzó en confinamiento
En marzo de 2020, durante el confinamiento por la COVID-19, Enriqueta Climent del Valle, natural de Llombai (Valencia), encontró en la escritura un refugio y una herramienta para transformar su experiencia con la fibromialgia y la fatiga crónica.
De aquel impulso nació Mis Compañeras de viaje, un libro de autoayuda que refleja su vida con estas enfermedades, a las que describe como “una pesada maleta” que la acompaña en cada paso.
“Me inspiró mi propio sufrimiento, la incomprensión de la gente y la necesidad de dar a conocer estas enfermedades, tan desconocidas y mal entendidas”, explica la autora.
Fibromialgia y fatiga crónica: enfermedades invisibles
El ensayo parte de una premisa sencilla y poderosa: dar voz a quienes padecen enfermedades invisibles que, a pesar de afectar profundamente a la vida cotidiana, siguen siendo cuestionadas por la falta de información y empatía.
Enriqueta Climent comparte su diagnóstico, las dificultades del día a día y la lucha contra el dolor y el cansancio, pero lo hace desde un enfoque positivo, evitando el victimismo y apostando por la esperanza.
“Escribí desde lo más profundo de mí misma, con más sombras que luces, pero siempre con optimismo. No quería que fuera un libro para dar lástima, sino un testimonio honesto que sirviera de apoyo a quienes atraviesan cualquier situación difícil”, afirma.
Un libro cercano, ameno y lleno de sabiduría
Mis Compañeras de viaje no es un manual médico, sino un relato vital cargado de humanidad. Está escrito en un estilo sencillo y accesible, con frases llenas de sabiduría, cuentos espirituales y ejemplos de vida, que se combinan con consejos prácticos aplicables a distintas enfermedades y momentos de dificultad.
El tono es ameno, fácil de leer, con un toque de humor que equilibra la dureza del testimonio. “A veces te hace reír y otras llorar, pero nunca te deja indiferente”, han señalado los primeros lectores.
La importancia de la red de apoyo
Aunque la protagonista es la propia autora, en el libro también aparecen aquellas personas que la han acompañado en el camino: familiares, amigos y profesionales que han aportado comprensión y ayuda en los momentos más difíciles.
“Son personas que se han caracterizado por su esfuerzo y dedicación. Sin su apoyo, el viaje habría sido mucho más duro”, reconoce Climent.
Una experiencia de publicación enriquecedora
Mis Compañeras de viaje no es el primer libro de Enriqueta Climent. La autora ya había publicado tres obras anteriormente, aunque esta tiene un carácter especialmente íntimo y testimonial.
La experiencia, asegura, ha sido “fantástica” y la motiva a seguir escribiendo. “Ya me han dicho: ‘No dejes de escribir porque tu estilo es fresco y personal. Vales para escribir’. Y eso me anima a continuar”, confiesa.
Un mensaje para pacientes, familiares y profesionales de la salud
Las expectativas de la autora no se limitan a cifras de ventas. Su objetivo es que el libro llegue al mayor número de personas posible, no solo a quienes padecen fibromialgia o fatiga crónica, sino también a sus familiares, amigos y al personal sanitario.
“Quiero que este libro sirva para comprender mejor estas enfermedades y, por consiguiente, a quienes las sufrimos. Todos tenemos cerca a alguien que puede estar viviendo esto, aunque no lo sepamos”, afirma Climent.
Opiniones de los lectores
Las primeras reacciones han sido muy positivas. Los lectores destacan la cercanía del estilo, la autenticidad de su voz y la capacidad del libro para conmover y, al mismo tiempo, aportar esperanza.
“Me he sentido totalmente identificada”, “Es un libro que me gustó muchísimo, aunque muestre una vida muy dura”, o “Estoy esperando el siguiente” son algunos de los comentarios más repetidos.
Una contribución valiosa a la literatura de autoayuda
Con Mis Compañeras de viaje, Enriqueta Climent del Valle ofrece mucho más que un testimonio personal: entrega un mensaje de resiliencia, esperanza y visibilidad para quienes conviven con enfermedades invisibles.
“Todos llevamos alguna maleta en nuestro viaje vital, más o menos pesada. Lo importante es aprender a llevarla con serenidad, optimismo y, siempre que sea posible, con una sonrisa”, concluye la autora.