<p>Una relación de pareja, «que no es perfecta», en la que uno de los miembros de vez en cuando se toma unos días para pensar y amaga con irse de casa. «Nosotros queremos que la relación siga, pero es <a href=»https://www.elmundo.es/e/ju/junts-per-catalunya.html»>Junts</a> quien tiene que decidir si elige soltería o seguir». Así definen miembros del Gobierno cómo viven la reunión de la dirección del partido de <strong>Carles Puigdemont</strong> que decidirá <a href=»https://www.elmundo.es/cataluna/2025/10/23/68fa60cae85ece29328b45d2.html»>si rompen o no</a> con el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> o qué decisiones toman. «Con <a href=»https://www.elmundo.es/e/pp/pp-partido-popular.html»>PP</a> y <a href=»https://www.elmundo.es/e/vo/vox.html»>Vox</a> no nos van a engañar», añaden. En el Ejecutivo siguen descartando la participación de los independentistas en una moción de censura, pero sí asimilan un escenario de ruptura, frente al que trasladan «tranquilidad».</p>
En el Gobierno desdramatizan un posible cambio de escenario porque el partido de Puigdemont ya no era un socio estable
Una relación de pareja, «que no es perfecta», en la que uno de los miembros de vez en cuando se toma unos días para pensar y amaga con irse de casa. «Nosotros queremos que la relación siga, pero es Junts quien tiene que decidir si elige soltería o seguir». Así definen miembros del Gobierno cómo viven la reunión de la dirección del partido de Carles Puigdemont que decidirá si rompen o no con el PSOE o qué decisiones toman. «Con PP y Vox no nos van a engañar», añaden. En el Ejecutivo siguen descartando la participación de los independentistas en una moción de censura, pero sí asimilan un escenario de ruptura, frente al que trasladan «tranquilidad».
«¿Qué va a romper Junts? En el acuerdo de Bruselas no se comprometieron a nada. Eran compromisos del Gobierno, no de ellos», exponen fuentes gubernamentales. Ese pacto, sellado hace dos años, recoge hitos como la Ley de Amnistía, avanzar en el reconocimiento nacional de Cataluña, la cesión del 100% de los tributos o la participación directa de esta comunidad en las instituciones europeas… asuntos todos ellos en manos del Ejecutivo y no de Junts. «Era un acuerdo de investidura, no de gobierno. Con nosotros puede romper Sumar, que es nuestro socio de coalición, no ellos», es la reflexión que trasladan miembros del Ejecutivo.
A finales de la semana pasada, desde el Gobierno se pusieron en contacto con Junts para anunciarles que había un acuerdo con Alemania para que este país admitiera el debate sobre la cuestión de la oficialidad del catalán en la UE. Desde la cancillería apuntillaron horas después que no habían cambiado de posición y seguían rechazando esta opción -Alemania lidera el bloque de países del no y la cuestión requiere de unanimidad-, pero el comunicado no expresaba un giro de su posición, sólo que admitían que hubiera debate, nada más.
«Es un gesto», señalan las fuentes consultadas. «Era el momento. El presidente coincidía con Merz en el Consejo Europeo y estaba la posición de Junts». Ambos líderes hablaron porque en el complejo presidencial vieron la oportunidad. «Algunos en Junts hubieran preferido que no existiera ese comunicado. Les hace más difícil romper, porque nosotros trasladamos que trabajamos para cumplir». Eso sí, es sabido que en Europa todo gesto supone contrapartidas, que no se han hecho públicas.
En La Moncloa saben que Puigdemont «está enfadado» y que necesita «marcar perfil», pero un escenario de ruptura no creen que cambie su día a día. «Si llevamos cosas al Congreso que son beneficiosas para Cataluña las apoyarán. Habrá que negociar cosa a cosa, como hemos venido haciendo». Junts, como Podemos, tiene ese estatus de que «no son un socio de Gobierno estándar».
Hasta ahora, la orden siempre ha sido guante blanco, en la medida de lo posible con Junts, poniendo el foco en el PP, pero no en ellos. Buen trato. Evitar el choque. Pero si Puigdemont apuesta por un bloqueo total y votar a todo no, incluso medidas que beneficien a su comunidad, La Moncloa está dispuesta a hacer uso de su maquinaria, con presencia en Cataluña para denunciar de manera pública esa actitud, algo que creen podría tener gran perjuicio para Junts.
A escasas horas de que se conociera la decisión de Junts, Pedro Sánchez llegó este domingo un acto del PSOE en León aparentemente tranquilo y, como es su costumbre en estos casos, se hizo muchas fotos muy sonriente con los militantes que habían asistido al Palacio de Congresos. Ya sobre el escenario, hilvanó un discurso de casi 18 minutos en el que no hizo ninguna alusión ni directa ni velada a los independentistas, informa Marta Belver.
El único mensaje que dejó en referencia implícita a Cataluña fue el de reivindicar a su partido como el único capaz de garantizar «la cohesión territorial» en contraste con el PP, al que el presidente del Gobierno ha culpabilizado en múltiples ocasiones al crecimiento del independentismo que desembocó en el referéndum ilegal del 1-O. Entre los dirigentes socialistas presentes el sentimiento mayoritario era más de resignación que de preocupación ante una eventual ruptura por parte de los de Puigdemont.
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