<p>Marzo, junio o septiembre. La fecha de las <a href=»https://www.elmundo.es/elecciones/elecciones-andalucia.html»>elecciones andaluzas </a>sigue siendo un asunto que genera mucho debate interno en el seno del Gobierno andaluz, dadas las incertidumbres del <strong>calendario electoral de 2026</strong>, con varias convocatorias en ciernes que podrían alterar de alguna forma los planes iniciales de <a href=»https://www.elmundo.es/e/ju/juan-manuel-moreno-bonilla.html»>Juanma Moreno</a> de celebrar los comicios «cuando tocan», que es en el mes de junio de 2026.</p>
La Ley andaluza impide celebrar comicios en julio y agosto, lo que limita el calendario
Marzo, junio o septiembre. La fecha de las elecciones andaluzas sigue siendo un asunto que genera mucho debate interno en el seno del Gobierno andaluz, dadas las incertidumbres del calendario electoral de 2026, con varias convocatorias en ciernes que podrían alterar de alguna forma los planes iniciales de Juanma Moreno de celebrar los comicios «cuando tocan», que es en el mes de junio de 2026.
En el entorno del presidente hay voces que han defendido que «agotar la legislatura» no significa que las elecciones tengan que celebrarse necesariamente en el mes de junio (como sucedió en 2022), sino que sería perfectamente legítimo valorar una horquilla temporal más amplia que se abra en el mes de marzo (para hacerlas coincidir con las elecciones de Castilla y León) y se cierre en el mes de septiembre, dado que la Ley Electoral de Andalucía (LEA) impide fijar la fecha de las elecciones autonómicas en los meses de julio y agosto.
La celebración en el mes de marzo se consideraría un «adelanto técnico» sin consecuencias relevantes para los grandes proyectos de la legislatura, una vez que se aprueben en el mes de diciembre los presupuestos de la Junta para 2026. Eso significaría que la legislatura se daría prácticamente por terminada cuando concluya el presente periodo de sesiones, ya que deben mediar 54 días entre la convocatoria y la fecha de los comicios.
La segunda opción (la de llevarse las urnas al mes de septiembre) ha llegado a ser objeto incluso de un análisis jurídico informal para valorar todas las opciones legales antes de tomar una decisión definitiva, si bien el presidente andaluz ya la habría descartado porque sería muy «difícil» de defender políticamente y alargaría innecesariamente la campaña electoral durante todo el verano, para mayor desgaste de los políticos y de los ciudadanos. Hoy por hoy, insisten fuentes bien informadas, esa alternativa no está sobre la mesa. Aunque se han llegado a intercambiar argumentos políticos y jurídicos a favor y en contra de esa opción.
Son tres los textos legales que regulan la celebración de comicios en Andalucía: la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), la Ley Electoral de Andalucía (LEA) y el Estatuto de Andalucía. A priori, las legislaturas duran como máximo cuatro años, que empiezan a contar desde la fecha de la celebración de las elecciones, según la LOREG. Es decir, si el presidente de la Junta no convoca elecciones antes del 19 de junio de 2026, el Parlamento quedará disuelto automáticamente ese mismo día. Las elecciones tendrían que celebrarse en torno al 13 de agosto. Pero, dado que la Ley Electoral de Andalucía impide celebrar elecciones autonómicas en los meses de julio y agosto, habría que posponer la cita con las urnas hasta el primero de septiembre. EL MUNDO ha consultado con algunos juristas que interpretan que eso sería un alargamiento poco ortodoxo de la legislatura y, más allá de reconocer que existe una «incongruencia legal», consideran que supondría un incumplimiento flagrante de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
Descartado un estiramiento de las fechas por las dudas jurídicas y políticas que plantea, el adelanto «técnico» sí sería posible y políticamente defendible. Juanma Moreno viene sosteniendo que sólo adelantaría elecciones si Pedro Sánchez convoca las Generales antes de junio, con la excusa de no someter a los andaluces a un doble proceso en un plazo breve de tiempo.
Esa coartada no valdría para justificar unas elecciones conjuntas con las autonómicas de Castilla y León (y también muy probablemente otras comunidades), que sí están ya fijadas para el mes de marzo. Pero podrían explicarse por la necesidad de contar con un nuevo equipo formado y a pleno rendimiento antes del parón del verano.
El principal interés del PP andaluz es, en cualquier caso, alejar las elecciones andaluzas de una hipotética mala resaca electoral fuera de Andalucía. Un resultado insuficiente de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, que obligara a incorporar a Vox a su gobierno, podría contaminar el debate y crear un clima político adverso del que Moreno pretende distanciarse.
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