<p class=»ue-c-article__paragraph»>Poco después de reconocer que podía llegar una recesión, algo que hizo que el lunes la bolsa estadounidense experimentase <a href=»https://www.elmundo.es/economia/dinero-inversion/2025/03/10/67ced9aafdddff84608b4585.html» target=»_blank»>uno de sus peores días en los últimos años</a>, el presidente del país, <strong>Donald Trump</strong>, salió en defensa de una de las empresas que más han caído desde que llegó a la Casa Blanca: <a href=»https://www.elmundo.es/motor/2025/03/11/67d00402e4d4d8423f8b457d.html» target=»_blank»>Tesla</a>. Lo hizo con un mensaje en su red social -no en X- en el que pedía a los ciudadanos conservadores adquirir los vehículos de Elon Musk, que también dirige la agencia para la eficiencia gubernamental.</p>
El presidente aseguró que se compraría uno de estos coches, cuyas ventas se han desplomado en Europa en lo que va de año
Poco después de reconocer que podía llegar una recesión, algo que hizo que el lunes la bolsa estadounidense experimentase uno de sus peores días en los últimos años, el presidente del país, Donald Trump, salió en defensa de una de las empresas que más han caído desde que llegó a la Casa Blanca: Tesla. Lo hizo con un mensaje en su red social -no en X- en el que pedía a los ciudadanos conservadores adquirir los vehículos de Elon Musk, que también dirige la agencia para la eficiencia gubernamental.
En la jornada del lunes, las acciones de Tesla cayeron un 15%, lo que supone que ya han perdido casi la mitad de su valor en lo que va de año (han pasado de los 417 dólares que valían el 30 de diciembre a los 215 dólares en los que cerraron el 10 de marzo). En ese periodo se han desplomado las ventas de los automóviles de la empresa.
En enero, según datos de ACEA, Tesla vendió 7.157 coches en toda Europa, un 50,3% menos que en el mismo mes de 2024. En febrero, si bien aún no hay datos globales, cayeron las ventas en Alemania (-76%), Países Bajos (-24%), Suecia (-42%), Noruega y Dinamarca (-48%), Francia (-45%) Italia (-55%), España (-10%) y Portugal (-53%). También en Estados Unidos se ha notado una bajada, aunque más moderada, según Ward Intelligence: un 7% menos de ventas en 2024 y un bajón del 2% en los dos primeros meses de 2025. Todo ello, sin que se haya detectado una depresión en las ventas de otros competidores eléctricos (en Alemania, por ejemplo, el segmento creció más de un 50%).
En este contexto se enmarca un mensaje que Trump dirigió «a los republicanos, conservadores y todos los grandes estadounidenses». Elon Musk, argumentó, «se la está jugando» para ayudar al país y «los lunáticos de la izquierda radical» están tratando de «boicotear Tesla -«el bebé de Elon», que tiene 14 hijos– de forma ilegal y conspirativa» para «hacer daño a Elon y todo lo que representa». Él, aseguró, iba a comprar un Tesla nuevo el mismo martes «como muestra de confianza y apoyo» al directivo.
En Estados Unidos hay varias voces que relacionan la caída en las ventas con la imagen de un Musk cada vez más vinculado al Gobierno estadounidense y con frecuencia envuelto en polémicas. En foros como Reddit, los Tesla han comenzado a ser rebautizados como swastikar o Model SS, dos juegos de palabras que relacionan el nazismo con la marca, cuyo fundador hizo algo, como poco, parecido a un saludo nazi en un mitin de Trump.
Poco después de este gesto, la cantante Sheryl Crow compartió en su redes sociales el proceso de venta de su Tesla, algo que también han documentado otros propietarios. Si bien el impacto real de estas acciones en los resultados de la empresa parece más limitado, su impacto reputacional sí se antoja cada vez mayor. En 2024, de hecho, se registró una caída considerable del 12% en las ventas en la tradicionalmente demócrata California, que ha sido uno de sus principales mercados en Estados Unidos.
Sin embargo, Eduardo Arcos, director de Hipertextual y experto en movilidad eléctrica, no cree que a Europa haya llegado de forma tan contundente este rechazo a Tesla y Musk. En su opinión, la caída en las ventas tiene más que ver con el lanzamiento de un nuevo Model Y, que hasta este año había sido el eléctrico más vendido en el continente: «Más de la mitad de ventas en Europa son de Model Y, la fábrica de Tesla en Berlín solo fabrica este coche porque es lo que más se compra». A lo largo del mes de marzo comenzarán a entregarse las primeras unidades del nuevo Model Y, algo que Arcos cree que se reflejará más adelante en las matriculaciones.
«Si ha ocurrido en Europa, debe ser algo muy anecdótico», explica el experto. «Esto es algo subjetivo, pero por mi parte nunca he sentido que por conducir un Tesla haya algún tipo de rechazo y tampoco he escuchado comentarios de la comunidad». En su opinión, la polémica «nos toca un pelín lejos» y, si bien reconoce que hay gente que no comparte los mensajes de Musk, cree que «al estar en Europa y no tener Elon Musk tan cerca, no hay el mismo efecto que hay en Estados Unidos».
En este sentido, Arcos plantea una diferenciación relevante entre el usuario de Tesla de Estados Unidos y el europeo. En el país norteamericano, al menos en sus primeros años, la marca -y los vehículos eléctricos en general- estaba más asociada a los votantes demócratas, que recurrían a coches no contaminantes en un país muy dependiente de los desplazamientos particulares. Mientras, en el Viejo Continente, si bien hay un factor de ahorro en combustible, la firma de Musk se asocia más a la alta gama.
«Si miras el perfil del comprador tipo de un coche eléctrico en la actualidad, tiende hacia la derecha un poco por segmento de precio», contextualiza Arcos. «El segmento económico en el cual está un coche eléctrico tiende hacia un comprador que está más cerca de los 50 que de los 40 familias, tal vez directivo…», incide. Y, si bien hay quien acude a esta opción por motivos medioambientales -él mismo, reconoce-, en su contacto con la comunidad ve que «mucha gente lo hace por lo que representa la marca en términos de lujo».
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