<p><a href=»https://www.elmundo.es/espana/diana-morant.html»>Diana Morant</a> no llega a tiempo. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, y secretaria general del <strong>PSPV-PSOE</strong> desde marzo de 2024, ha tenido que afrontar, desde su condición de líder de los socialistas valencianos, dos graves <strong>crisis</strong>: la primera, de dramáticas consecuencias, el pasado mes de octubre cuando la dana arrasó la comarca de la Huerta Sur y parte del Campo de Turia y Utiel-Requena en la Comunidad Valenciana y, la segunda, esta misma semana tras publicar EL MUNDO que el comisionado del Gobierno para la dana, <a href=»https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2025/07/29/6887b70ae85ece56318b456d.html»>José María Ángel Batalla</a>, nombrado presidente del PSPV por la propia <strong>Morant</strong>, ha ejercido durante años como funcionario con nivel A2 tras haber falseado su currículo con un título universitario que no tiene.</p>
Los críticos le dan una tregua pero afean que «otra vez no se supo nada de ella»
Diana Morant no llega a tiempo. La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, y secretaria general del PSPV-PSOE desde marzo de 2024, ha tenido que afrontar, desde su condición de líder de los socialistas valencianos, dos graves crisis: la primera, de dramáticas consecuencias, el pasado mes de octubre cuando la dana arrasó la comarca de la Huerta Sur y parte del Campo de Turia y Utiel-Requena en la Comunidad Valenciana y, la segunda, esta misma semana tras publicar EL MUNDO que el comisionado del Gobierno para la dana, José María Ángel Batalla, nombrado presidente del PSPV por la propia Morant, ha ejercido durante años como funcionario con nivel A2 tras haber falseado su currículo con un título universitario que no tiene.
En ambos casos, la ministra y futura candidata socialista a la presidencia de la Generalitat valenciana ha reaccionado tarde e incluso mal -los dos grandes reproches a Mazón por la dana- provocando un movimiento soterrado que mina la credibilidad y la solidez de su liderazgo.
En las filas del socialismo valenciano, a menudo azotadas por las rivalidades internas, prefieren mantener el malestar bajo cuerda, conscientes, explican, de que «el primero» de sus empeños ha de ser «la reconstrucción» de las poblaciones afectadas por la riada y la «batalla para ganar a Mazón y lograr que se vaya».
En estas condiciones, los críticos optan por dar una tregua a la secretaria general apuntando que el partido está «razonablemente tras ella» y dando por hecho que Pedro Sánchez seguirá sosteniéndola como candidata a arrebatar al PP el sillón de la Generalitat.
Igualmente apuntan, sin género de duda, que la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, pujará por la Alcaldía de Valencia. Todas las fuentes consultadas opinan que Bernabé, por más que su presencia y su implicación en la post dana haya sido mucho mayor que la de Morant, no la reemplazará en el último momento como aspirante a la presidencia. De momento, afirman, «no se pone en entredicho la candidatura de Morant», aunque en la provincia de Valencia y también en la de Alicante hay voces que recuerdan su duro fracaso al tratar de imponer como secretario general en la primera de estas provincias a su candidato Robert Raga frente al alcalde de Mislata, Carlos Bielsa.
También admiten que tras la catástrofe de la riada, Morant sólo se trasladó a Valencia para acompañar a Pedro Sánchez en una visita al CECOPI junto a Carlos Mazón y Pilar Bernabé. «No se supo nada de ella, más allá de sus mensajes en X, hasta el 31 de octubre», recuerdan.
Después, la ministra sí acudió a los comités de crisis y se embarcó en una suerte de roadshow mediático para potenciar su figura como candidata, incluyendo responder en el Congreso a una pregunta -de las consideradas «alfombra»- de una diputada de su propio partido, en la sesión de control al Gobierno, dándole pie a hablar de la gestión del Ejecutivo tras la dana.
Ahora, las mismas fuentes señalan la tardanza de Morant «otra vez» en pronunciarse sobre el caso de Ángel, el hombre al que ella misma aupó como presidente de los socialistas valencianos, un cargo no ejecutivo pero «sí honorífico». Y dudan de que en esta ocasión tampoco haya acertado «ni en el momento, ni en el tono, ni en el fondo».
Los críticos no se sienten representados por el discurso de Morant cuando asegura que el partido «estará al lado» de quien ha tenido que dimitir por falsificar un título y acceder fraudulentamente a un puesto de funcionario, como denunció la Agencia Antifraude y considera acreditado la Fiscalía. Tampoco cuando insiste en que no se arrepiente de haberlo nombrado presidente del PSPV y asegura que «no» va «a renunciar a él». Palabras estas que muchos ven incompatibles con las pronunciadas por la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, para quien «la ejemplaridad es exigible» a todos los que desempeñan un cargo público y, en consecuencia, es positivo que Ángel haya dado «un paso atrás». Una reacción que los consultados ven «lógica» tras los últimos descalabros que ha sufrido el partido con sus dos ex secretarios de Organización, José Luis Ábalos y Santos Cerdán.
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