<p>Este miércoles es un día donde todos los focos apuntarán a <a href=»https://www.elmundo.es/e/po/podemos.html»>Podemos</a>. Convertido en protagonista estrella del <a href=»https://www.elmundo.es/e/co/congreso-de-los-diputados.html»>Congreso</a> por haber dado la vuelta al calcetín y haber pasado de convertirse en socio de investidura de <strong>Pedro Sánchez</strong> a su mayor amenaza en la Cámara. El partido <i>morado </i>ha dejado en vilo el decreto de embargo de armas a Israel y, a la vez, también amenaza con tumbar la Ley de Movilidad Sostenible. Esto sería un golpe, otro más, demoledor para la imagen de estabilidad del Gobierno.</p>
El partido ‘morado’ también ha dejado en vilo el decreto de embargo de armas a Israel que se vota este miércoles
Este miércoles es un día donde todos los focos apuntarán a Podemos. Convertido en protagonista estrella del Congreso por haber dado la vuelta al calcetín y haber pasado de convertirse en socio de investidura de Pedro Sánchez a su mayor amenaza en la Cámara. El partido morado ha dejado en vilo el decreto de embargo de armas a Israel y, a la vez, también amenaza con tumbar la Ley de Movilidad Sostenible. Esto sería un golpe, otro más, demoledor para la imagen de estabilidad del Gobierno.
Podemos, pues, se convierte en el gran animador de las dos votaciones de la jornada de este miércoles. Es cierto que con el embargo está sufriendo fortísimas presiones de sectores de la sociedad civil pro Palestina para no llevar el pulso por este tema hasta el límite, y para permitir -aunque sea con la abstención- que se convalide el decreto. Y, por tanto, dejar que siga en vigor el embargo de armas.
En cambio con la Ley de Movilidad Sostenible, Podemos está algo más liberado de las presiones que le importan de su entorno social y puede llevar el choque con el Gobierno al máximo nivel. Hasta hacerlo caer. Los de Ione Belarra están atrincherados en votar en contra de la propuesta y esto significa sumar sus votos a PP, Vox y UPN, para alcanzar la mágica cifra de 175 diputados. Con esta mayoría de la derecha y los morados, la ley quedaría bloqueada y, después de tres votaciones, el Congreso la daría por rechazada.
Las exigencias de Podemos para dejar pasar la ley son del todo imposibles para el Gobierno. Belarra reclama paralizar las ampliaciones del Puerto de Valencia y del Aeropuerto de El Prat (Barcelona), es decir, detener dos de los proyectos estrella en el desarrollo de infraestructuras de transportes estratégicas. La justificación de los morados es que no se puede aprobar una ley que tiene que ver con la emergencia climática y actuar en contra de ésta, y con total «incoherencia», con el impulso de desarrollos que aumentarán el tráfico marítimo y ferroviario.
El Gobierno trató de reaccionar para frenar la que sería una dura derrota parlamentaria. Tal y como comentó Belarra, el ministro de Transportes, Óscar Puente, se había puesto en contacto con ella y le había manifestado su inquietud y la voluntad de negociar a lo largo del martes para buscar un entendimiento. Sin embargo, las posiciones de máximos de Podemos complican un acuerdo en los términos que plantean.
Si bien la posición de los morados es tumbar la Ley de Movilidad Sostenible, ya ha ocurrido otras veces durante la legislatura que Podemos acaba pactando in extremis con el Gobierno otras contrapartidas que nada tienen que ver con el contenido que se vota para salvar al Ejecutivo. De hecho, las propias exigencias del Puerto de Valencia o el Aeropuerto de El Prat ni siquiera son aspectos de la ley, que habla de suprimir vuelos cortos o desarrollar los trenes nocturnos.
Pero igual que Podemos ha propiciado acuerdos agónicos, también ha ejecutado su amenaza en otras ocasiones. Todavía escuece en el PSOE que hace unas semanas tumbara el pacto migratorio entre socialistas y Junts o que le pregunten a Yolanda Díaz cuando Podemos le tumbó un decreto y le forzó a traer uno nuevo pero rectificado.
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