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Alphabet – la dueña de, entre otros activos. El buscador Google, la red social de vídeos YouTube, y el navegador Chrome – se dejó ayer 100.000 millones de euros en Bolsa después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos solicitara que se deshaga de su navegador Chrome y que introduzca una serie de cambios en sus operaciones que, de llevarse a cabo, tendrían un claro impacto material en la línea de negocio que genera entre el 80% y el 85% de los beneficios del gigante de Mountain View: las búsquedas en Internet.
Otra medida solicitada por el Departamento de Justicia es que Alphabet deje de dar acceso preferente a Google a todos los dispositivos que usan el software Android, que fabrica esa empresa. Eso significa que los aproximadamente 3.000 millones de teléfonos móviles y tabletas que funcionan con Android, y que suponen cerca de las tres cuartas partes del total mundial, no podrían favorecer el empleo de Google en sus búsquedas, sino que este buscador debería ser ofrecido en igualdad de condiciones al Bing, de Microsoft, o DuckDuckGo, una empresa independiente.
La tercera demanda de Washington afecta no solo a Alphabet, sino, también, a la segunda empresa más valiosa del mundo, Apple. Se trata de la prohibición de que cualquier navegador – incluyendo Chrome – utilice como buscador primario, y ya instalado cuando el usuario se descarga el producto, a Google. Solo en el caso de Apple, Alphabet paga a esa empresa 18.000 millones de dólares (más de 17.000 millones de euros) para que Google sea motor de su buscador Safari. Si el juez del caso, Amit Mehta, accede a ello, el navegador de Apple, Safari, deberá presentar a los usuarios un menú de opciones de búsqueda o desarrollar su propio buscador, algo en lo que la empresa de Mountain Valley ha mostrado muy poco inbterñes hasta la fecha.
Finalmente, la última petición del Departamento de Justicia impacta en lo que es el futuro de las búsquedas online, la Inteligencia Artificial (IA), al exigir a Alphabet que pague a los editores por usar sus textos para desarrollar sus modelos de IA.
Todos estos factores han creado una considerable incertidumbre alrededor del líder mundial de las búsquedas online, que tiene una posición de virtual monopolio en todo el mundo con la excepción de China y algunos otros regímenes totalitarios en los que internet está sometido a una censura muy estricta y efectiva. La media llega, además, cuando el control del mercado de búsquedas por Google está cuestionado debido al auge de la IA, en la que modelos de lenguaje como ChatGPT, Copilot (de Microsoft, para su buscador Bing) o Perplexity ofrecen servicios comparables y más accesibles que los de Google, aunque su fiabilidad es menor.
En todo caso, la caída del valor de mercado de Google equivale aproximadamente a la capitalización bursátil de Banco Santander y Repsol juntas, pero sólo supone poco más del 5% de la de Alphabet. En todo caso, en una empresa que vale, incluso después de la sangría bursátil de ayer, dos billones de euros, el descenso es moderado. El valor de Chrome podría rondar los 20.000 millones de dólares (19.000 millones de euros), una cifra algo inferior al 1% de todo Alphabet, pero lo que está en juego es, en realidad, el control de Google del mercado búsquedas, que es donde gana dinero. En todo caso, el proceso judicial no estará visto para sentencia hasta abril, y aun así, entonces se abrirá un largo proceso de apelación. Si se suma a ello la llegada del nuevo Gobierno de Donald Trump, pueden pasar años antes de que el juicio termine.
Actualidad Económica