<p class=»ue-c-article__paragraph»><strong>Jesús Navarro </strong>y <strong>Carlos Baño</strong> montaron en la pandemia <strong>Alicante Gastronómica Solidaria</strong>, una ONG dependiente de la<strong> Cámara de Comercio</strong> que se dedicó a cocinar y repartir menús a las personas que se quedaron sin recursos. Empresario del sector de alimentación el primero (<strong>La Carmencita</strong>) y de la industria culinaria el segundo (<strong>Tescoma</strong>), reactivaron al día siguiente de la DANA el dispositivo de los tiempos del Covid para abastecer a los pueblos valencianos afectados por las inundaciones. En su primer viaje llevaron 65.000 bocadillos en tres furgonetas. Esta semana ya están repartiendo 20.000 menús calientes en 30 puntos distintos y el Ejército les ha facilitado una nave cerca de la feria de Valencia donde organizar la distribución de la comida. Trescientas cocinas operan a todo trapo para elaborarla. <br>Una patrulla de la <strong>Guardia Civil</strong> les esperó a la entrada de Catarroja en el trayecto inaugural de su caravana. El vehículo policial les condujo por los únicos accesos posibles a través de montones de chatarra y polígonos inundados. Cuando llegaron hasta el punto de encuentro con la población vieron cómo la reacción inicial de los habitantes del municipio, demacrados y cubiertos de barro, no fue acudir a por la comida y el agua que no habían probado durante decenas de horas, sino abrazarse a la agente de la Benemérita que conducía la patrulla y a su compañero. Después les abrazaron a ellos entre sollozos de duelo y agradecimiento.<br>La primera necesidad que tenían aquellos ciudadanos del primer mundo a quienes la brutalidad de la naturaleza les había sustraído de la civilización sin avisar era buscar las huellas del camino de vuelta. Y éstas aparecieron en forma de uniforme verde (el Estado) y de la sociedad civil (una organización solidaria). Desde entonces, la situación ha mejorado. El Ejército ha despejado las carreteras, hay lodo, suciedad y pestilencia, pero miles de vehículos achatarrados van camino del vertedero. Algo es algo.<br>Sin embargo, de lo que no queda rastro es de actividad económica. Hay pueblos donde no ha sobrevivido ni un solo pequeño comercio, donde todos los autónomos se han arruinado, donde las pymes hacen cuentas para decidir si piden ayudas o cierran, donde los trabajadores no tienen vehículo para ir a la fábrica. No hay un conflicto de lucha de clases, de empresarios depredadores contra obreros indefensos, como ha planteado la vicepresidenta<strong> Díaz,</strong> sino la destrucción total del tejido productivo. Hay que regenerarlo entero, hacerlo ya y hacerlo unidos. </p>
Jesús Navarro y Carlos Baño montaron en la pandemia Alicante Gastronómica Solidaria, una ONG d
Jesús Navarro y Carlos Baño montaron en la pandemia Alicante Gastronómica Solidaria, una ONG dependiente de la Cámara de Comercio que se dedicó a cocinar y repartir menús a las personas que se quedaron sin recursos. Empresario del sector de alimentación el primero (La Carmencita) y de la industria culinaria el segundo (Tescoma), reactivaron al día siguiente de la DANA el dispositivo de los tiempos del Covid para abastecer a los pueblos valenciano
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