<p>De reunión en reunión. Así ha transcurrido la mañana entre los socios de Gobierno. Tras la del <a href=»https://www.elmundo.es/e/co/consejo-de-ministros.html»>Consejo de Ministros</a> de todos los martes, <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> y <a href=»https://www.elmundo.es/espana/yolanda-diaz.html»>Yolanda Díaz</a> han mantenido un encuentro para hablar del gasto en Defensa. «Normalidad» trasladan desde <strong>La Moncloa</strong> ante el hecho de que presidente y vicepresidenta segunda tengan que protagonizar una reunión pública, dada la <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/03/11/67d013d8fc6c83b9728b4578.html»>división de posturas</a> que hay entre los socios sobre el gasto militar. Para restar dramatismo, enmarcan la reunión en la ronda que Sánchez tendrá con los partidos el jueves y como deferencia hacia su socio.</p>
El jefe del Ejecutivo traslada a su vicepresidenta el compromiso de España de llegar al 2% del PIB en gasto en Defensa, previsto para 2029, pero que se trata de acelerar
De reunión en reunión. Así ha transcurrido la mañana entre los socios de Gobierno. Tras la del Consejo de Ministros de todos los martes, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han mantenido un encuentro para hablar del gasto en Defensa. «Normalidad» trasladan desde La Moncloa ante el hecho de que presidente y vicepresidenta segunda tengan que protagonizar una reunión pública, dada la división de posturas que hay entre los socios sobre el gasto militar. Para restar dramatismo, enmarcan la reunión en la ronda que Sánchez tendrá con los partidos el jueves y como deferencia hacia su socio.
Fuentes del Gobierno explican que el jefe del Ejecutivo ha trasladado a Díaz las cartas que España tiene encima de la mesa: hay un compromiso de llegar al 2% del PIB en gasto en Defensa, que estaba fijado para 2029, pero que se va a intentar acelerar. Esto es, cumplir esa meta cuanto antes. Un mensaje que ya trasladó Sánchez desde Bruselas, al participar en el Consejo Europeo extraordinario para hablar de Defensa, la semana pasada.
«Ha habido buen ambiente», dicen en el Gobierno, para un encuentro en el que Sánchez sí ha querido hacer hincapié en que el aumento del gasto militar no supondrá una merma del gasto social. Este es un asunto que no convence a los partidos que integran la coalición que Díaz representa en el Gobierno. «No es verdad que esta inversión desmedida y desorbitada en Defensa no vaya a tener consecuencias en términos de política social», contraoponen desde IU.
Y es que todos los partidos de la alianza de Sumar pactaron el lunes por la noche una posición de mínimos para rechazar cualquier aumento del gasto militar. Lo hicieron en una mesa de socios celebrada a última hora de la tarde donde, a pesar de los matices, se salió con una posición unitaria de cara a la reunión en La Moncloa.
Tras la cita en Moncloa, Sumar ha hecho público un comunicado en el que considera que el aumento del gasto en Defensa de los países que forman parte de la UE de forma individual «no garantiza la superación de los problemas de coordinación y falta de interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de los distintos países de la UE. No garantiza una mayor autonomía estratégica, ni mayores cuotas de seguridad compartida».
Pero esta posición no invalidaría la intención del Gobierno, toda vez que el aumento del gasto militar que tiene que acometer España se hace en el marco de las presiones y las exigencias que emanan tanto desde la Comisión Europea como desde la OTAN. No se trata, por tanto, de una decisión individual de España.
El discurso público que mantiene la formación de Díaz es el de «avanzar hacia un modelo de defensa y de seguridad europeo autónomo, defensivo y disuasorio, que apueste por el multilateralismo y la defensa de la paz y la seguridad en el marco de Naciones Unidas». Se trata de un comunicado con palabras menos duras y contundentes que las que emplean los partidos que integran este movimiento.
Desde esta formación señalan que Díaz ha trasladado a Sánchez la necesidad de avanzar en la autonomía estratégica de Europa y que le ha expuesto que es necesario un balance y un diagnóstico «transparente de las necesidades» y un «proyecto claro que se haga cargo del cambio de paradigma geopolítico global que estamos viviendo tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y con la guerra en Ucrania tras la invasión por parte de Rusia».
La intención de Sánchez, en este tipo de encuentros, que el jueves continuará con los grupos parlamentario del Congreso salvo Vox, es la de informar al resto de formaciones de cómo está la situación y cuál es la visión del Gobierno: hay que cumplir el compromiso de elevar el gasto en Defensa, pero se está jugando la partida en Europa, donde España persigue que se trate de un gasto «mancomunado», que la Comisión Europea haga trasferencias directas a los países a fondo perdido, como durante la pandemia, y que no sólo se habla de Defensa, sino también de seguridad, lo que permite diversificar y ampliar el gasto a partidos que no tienen que ver sólo con tanques o armas.
Esta amplitud de lo que significa el concepto de Defensa es precisamente a lo que se agarra Díaz para lidiar con el fuerte rechazo que provoca esto en sus partidos aliados. Por eso Sumar incide en diferenciar «gasto militar» y «gasto en Defensa». El equipo de la vicepresidenta segunda desliza que hay cuestiones como la ciberseguridad, la seguridad en su más amplio sentido o la tecnología que podrían ser aceptables. Y que todo eso es muy distinto a armas, munición o vehículos de guerra. En todo caso, esa diferenciación no resuelve el conflicto interno. Pues Izquierda Unida, Chunta Aragonesista o Compromís son abiertamente contrarios a cualquier gasto en Defensa, incluso en el caso de que no haya ninguna merma en la inversión social.
En cuanto al debate en su conjunto, desde Moncloa no aclaran cómo se va a articular ese aumento del gasto en Defensa, toda vez que en el Congreso sus socios rechazan esta posición y tendría que contar para ello con los votos del PP.
Una opción para seguir elevando el gasto sería mediante acuerdos y trasferencias a Defensa aprobadas en el seno del Consejo de Ministros, algo que ya se hace -desde la llegada de Trump se han aprobado así partidas por valor de unos 2.500 millones de euros-, que no precisan de pasar por el Congreso. Ocurre que se trata de subidas limitadas y que no permitirían al Gobierno cumplir con esa meta de llegar al 2% antes de 2029.
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