<p class=»ue-c-article__paragraph»>Nunca había pensado en ello. Jamás había sentido la menor empatía hacia los androides que mataba. Jamás había pensado que su psique concibiera al androide como otra cosa que no fuera una máquina dotada de inteligencia, igual que hacía su parte consciente (…) ¿Sentir empatía por una construcción artificial? ¿Algo que finge estar vivo?</p>
Nunca había pensado en ello. Jamás había sentido la menor empatía hacia los androides que mataba. Jamás había pensado que su psique concibiera al
Nunca había pensado en ello. Jamás había sentido la menor empatía hacia los androides que mataba. Jamás había pensado que su psique concibiera al androide como otra cosa que no fuera una máquina dotada de inteligencia, igual que hacía su parte consciente (…) ¿Sentir empatía por una construcción artificial? ¿Algo que finge estar vivo?
-Usted ya sabe lo que eso supondría. Si incluyéramos a los androides en nuestro espectro de identificación empática, tal y como hacemos con los animales…
-No podríamos defendernos a nosotros mismos».
Philip K. Dick publicó en 1968 ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y en 1982, año de su muerte, Ridley Scott estrenó su libre interpretación cinematográfica bajo el título de Blade Runner. El diálogo con el que arranca este texto está extraído de la obra literaria y centra el dilema moral que establece Dick en la novela original. Los cazarrecompensas Rick Deckard(Harrison Ford en la película) y Phil Resch dialogan sobre lo que empiezan a sentir al retirar (matar) a los sofisticados androides que se han rebelado de su trabajo de esclavitud en Marte, donde vive la mayoría de la humanidad. Mucho más inteligentes que las personas sólo pueden ser identificados a través de un test de empatía (de falta de ella) llamado Voigt-Kampff.
Aunque todavía no interactuemos con androides sí lo hacemos con inteligencias artificiales, con las que empezamos a establecer algún tipo de relación empática. Yo no soy capaz de iniciar un diálogo con ChatGPT sin saludarlo previamente y, con mucha frecuencia, le doy las gracias una vez recibo la respuesta a la consulta, sobre todo si es satisfactoria. La lectura en 2025 de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que Dick ambientó en un apocalíptico 1992 con la lluvia ácida corroyendo el planeta, parece descontextualizada y, sin embargo, es asombrosamente actual.
Por un lado, los avances tecnológicos han eliminado casi por completo los problemas de contaminación a través de lluvia ácida que afectaban a algunas ciudades industriales. Sin embargo, Elon Musk anunció el jueves que, con la victoria de Donald Trump, se había llegado «a una bifurcación en el camino de la civilización humana» y que llegaría a Marte. Quienes van a regular la relación entre los seres humanos y las inteligencias artificiales estaban sentados en la primera fila de la ceremonia de investidura. Pedro Sánchez les llamó «tecnocasta». No se les veía muy empáticos. Como a él.
Actualidad Económica