<p><a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez </a>tiene atada su reelección como secretario general del <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE </a>en el 41º Congreso del partido que dará comienzo este viernes. Sin embargo, todo lo demás está saltando por los aires. Las horas previas a un encuentro en el que los socialistas pretendían cerrar filas con su líder están siendo un goteo de sobresaltos, con los juzgados como protagonistas, que tienen al PSOE aturdido.</p>
Los casos de corrupción que salpican al partido aturden a los socialistas y marcan la previa de un Congreso en el que se anunciarán los cambios en la cúpula de Ferraz
Pedro Sánchez tiene atada su reelección como secretario general del PSOE en el 41º Congreso del partido que dará comienzo este viernes. Sin embargo, todo lo demás está saltando por los aires. Las horas previas a un encuentro en el que los socialistas pretendían cerrar filas con su líder están siendo un goteo de sobresaltos, con los juzgados como protagonistas, que tienen al PSOE aturdido.
La resaca por la declaración de Víctor de Aldama, que apuntó a la presunta corrupción de altos cargos del partido, mantenía a los socialistas en alerta al inicio de la semana. Una alerta que pasó a roja cuando ayer se conocieron los avances de otro de los casos que señala al Gobierno: la causa contra el fiscal general a la que ahora se suma el líder del PSOE-M, Juan Lobato, quien ha puesto en entredicho el papel de La Moncloa en la filtración de los datos del novio de Isabel Díaz Ayuso.
«De aquí al Congreso cualquiera sabe lo que puede pasar. La política ahora va muy rápido», decían algunos socialistas al término de la pasada semana. Y lo que está ocurriendo es que los casos Koldo, Aldama y García Ortiz están forzando a los dirigentes del PSOE a tener que responder por presuntas causas de corrupción cuando es cuestión de días que se celebre el Congreso del que pretendían salir reforzados, y más unidos. Lobato ya se ha desmarcado de ese fin común, al dar a entender que el Gobierno le mintió sobre el origen del correo que se filtró sobre la pareja de Ayuso.
Ayer, el informe de la UCO apuntaba a una «participación preminente» de Álvaro García Ortiz en la revelación de datos confidenciales de Alberto González Amador, novio de la presidenta madrileña investigado por fraude fiscal. El Gobierno ya justificó la actuación del fiscal general al conocer su imputación -denfendía que lo hizo para desmentir un bulo-, y ahora, cuando el cerco se estrecha más aún sobre el máximo responsable del Ministerio Fiscal, el Ejecutivo vuelve a verse cuestionado por sostenerle.
A ello se suma la citación como testigo del dirigente de los socialistas madrileños, que depositó ante notario unos mensajes intercambiados con un cargo de La Moncloa en los que se abordaba el correo filtrado del novio de Ayuso. Lobato ha rechazado dimitir, y en su comparecencia de esta mañana ha disparado contra Sánchez: «Si lo que se me dijo aquella mañana era verdad no veo qué problema hay en acreditar que era lícito».
El dirigente madrileño no es el único sobre el que estará puesto el foco en el encuentro de este fin de semana en Sevilla. La declaración de Aldama ante el juez deja en una tesitura complicada a Sánchez a la hora de decidir qué hacer con su número tres, Santos Cerdán, al que el comisionista de la trama acusa de haber recibido 15.000 euros en un sobre. A las puertas de un Congreso en el que se anunciarán los cambios en la cúpula socialista, la continuidad del secretario de Organización es un «problema con patas»: «Si lo deja, mal, y si lo quita, mal también», apuntaban fuentes del partido hace unos días. El PSOE celebrará su cónclave más esperado con las palabras de Aldama sobrevolando el ambiente, y con ministros como Ángel Víctor Torres, Teresa Ribera y Fernando Grande-Marlaska señalados con nombre y apellidos por el comisionista. «Aldama, al tirar por elevación, ha puesto a todos bajo sospecha», reconocían altos cargos de la formación el pasado fin de semana.
El caso Koldo será protagonista también estos días porque llevará a varios dirigentes del PSOE a comparecer en el Senado para dar las pertinentes explicaciones. La vicepresidenta María Jesús Montero será la primera en hacerlo, este mismo martes, y la seguirán el jueves Ángel Víctor Torres y Óscar Puente. El desfile de estos por la Comisión de la Cámara Alta que investiga la contratación de mascarillas en pandemia se producirá apenas 24 horas antes de que viajen a Sevilla para defender el proyecto renovado de los socialistas.
A las 11 horas de este martes, el camino hacia el Congreso Federal del PSOE ya se presenta lleno de piedras. Juan Lobato, que se aferra al cargo y acusa de «linchamiento» a su partido, declarará ante el juez el viernes, horas antes del pistoletazo de salida del cónclave socialista. García Ortiz tampoco dimite y sigue contando con el respaldo de La Moncloa, pero Vox ya exige al Gobierno su cese tras lo revelado por el informe de la UCO. La pasarela de ministros en el Senado, con la corrupción como telón de fondo, se producirá mientras Ferraz decide cuáles serán finalmente los nombres que entren y salgan de la dirección del partido. Y todo ello con el temor a que Aldama aporte las pruebas que dice poseer y que dejarían al PSOE casi sin salida.
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