<p class=»ue-c-article__paragraph»>En el ADN de <strong>Shakers</strong> concurren tres fenómenos: la inteligencia artificial, el autónomo y la filosofía del teletrabajo. La empresa madrileña fue fundada en 2021, está dirigida por <strong>Héctor Mata</strong> (CEO) y <strong>Nico de Luis</strong> (COO), y funciona como una plataforma que conecta a empresas y trabajadores por cuenta propia con perfiles tecnológicos en torno a proyectos muy específicos. El autónomo fija sus condiciones, la compañía deposita el dinero ante la intermediaria Shakers y la orquesta comienza a tocar. Mata y De Luis aseguran que alrededor del 40% de las firmas que cotizan en el Ibex recurre a esta fórmula. En el otro extremo de la plataforma hay unos 10.000 autónomos validados.<br>Bajo el foco no hay números oficiales de facturación («los fondos no nos dejan darlos»), pero hay indicios de que la cosa va bien. Los ingresos en 2024 crecieron un 650% respecto al curso anterior. A mediados de mayo se anunció el cierre de una ronda de inversión de 14 millones que lideró <strong>Partech</strong> y contó con el concurso de <strong>Brighteye Ventures, Athos Capital, Wayra</strong> y <strong>K Fund. </strong>La herramienta ya opera en Portugal y apunta ahora a Italia, mercados sin una competencia clara, a diferencia de lo que ocurre en el norte de Europa, donde las misiones ad hoc que unen a organizaciones bien establecidas y profesionales independientes no son tan exóticas.<br>Entre los puntos diferenciales de Shakers destaca una apuesta fortísima por la IA, con ocho escuadrones internos maquinando soluciones a destajo. Estas se concretan en tres bloques que describe Mata. El primero es Shakers AI, pensado para empresas (publican el proyecto en la web y los algoritmos ayudan a definir los requisitos, el alcance y los perfiles que mejor se integran en aquel). Ahí los resultados se materializan en cinco minutos «frente a los dos meses que emplearía una consultora» y frente al coste asociado a dicho servicio. El segundo bloque es <strong>Shakers Lab</strong> y persigue en esencia articular y engrasar una modalidad de trabajo revolucionaria, la que coloca en el mismo equipo, codo con algoritmo, a humanos y agentes virtuales. El tercer bloque, <strong>Shakers Mind, </strong>está volcado en la operativa interna y la mejora de la eficiencia. En el tablón de los objetivos se ha escrito una fecha (2027) que queda vinculada a un hito: conseguir que entonces haya 150 personas en plantilla y 150 agentes que les ayuden en aspectos del negocio como las ventas, la atención al cliente y las finanzas.</p>
La plataforma madrileña trabaja con el 40% del Ibex para conectar a empresas y ‘freelancers’ en proyectos con un alto valor añadido.
En el ADN de Shakers concurren tres fenómenos: la inteligencia artificial, el autónomo y la filosofía del teletrabajo. La empresa madrileña fue fundada en 2021, está dirigida por Héctor Mata (CEO) y Nico de Luis (COO), y funciona como una plataforma que conecta a empresas y trabajadores por cuenta propia con perfiles tecnológicos en torno a proyectos muy específicos. El autónomo fija sus condiciones, la compañía deposita el dinero ante la intermediaria Shakers y la orquesta comienza a tocar. Mata y De Luis aseguran que alrededor del 40% de las firmas que cotizan en el Ibex recurre a esta fórmula. En el otro extremo de la plataforma hay unos 10.000 autónomos validados.
Bajo el foco no hay números oficiales de facturación («los fondos no nos dejan darlos»), pero hay indicios de que la cosa va bien. Los ingresos en 2024 crecieron un 650% respecto al curso anterior. A mediados de mayo se anunció el cierre de una ronda de inversión de 14 millones que lideró Partech y contó con el concurso de Brighteye Ventures, Athos Capital, Wayra y K Fund. La herramienta ya opera en Portugal y apunta ahora a Italia, mercados sin una competencia clara, a diferencia de lo que ocurre en el norte de Europa, donde las misiones ad hoc que unen a organizaciones bien establecidas y profesionales independientes no son tan exóticas.
Entre los puntos diferenciales de Shakers destaca una apuesta fortísima por la IA, con ocho escuadrones internos maquinando soluciones a destajo. Estas se concretan en tres bloques que describe Mata. El primero es Shakers AI, pensado para empresas (publican el proyecto en la web y los algoritmos ayudan a definir los requisitos, el alcance y los perfiles que mejor se integran en aquel). Ahí los resultados se materializan en cinco minutos «frente a los dos meses que emplearía una consultora» y frente al coste asociado a dicho servicio. El segundo bloque es Shakers Lab y persigue en esencia articular y engrasar una modalidad de trabajo revolucionaria, la que coloca en el mismo equipo, codo con algoritmo, a humanos y agentes virtuales. El tercer bloque, Shakers Mind, está volcado en la operativa interna y la mejora de la eficiencia. En el tablón de los objetivos se ha escrito una fecha (2027) que queda vinculada a un hito: conseguir que entonces haya 150 personas en plantilla y 150 agentes que les ayuden en aspectos del negocio como las ventas, la atención al cliente y las finanzas.
Vale la pena detenerse un minuto en ese mix a lo Blade Runner entre humanos y bots. Shakers ha peinado el mercado, ha identificado a los agentes desarrollados por terceros que mejor casan con los perfiles tecnológicos de sus autónomos y estas semanas ha comenzado a implementar los primeros grupos híbridos a las órdenes de las empresas contratantes, que son las que inyectan gasolina a la scaleup mediante el pago de una comisión media del 15% sobre el coste total del proyecto.
También desempeña la IA un rol crucial en el cribado de ese 7% de perfiles freelance premium que la compañía madrileña selecciona para formar parte de la herramienta. «Queremos tener certezas de que elegimos a los mejores y para ello compramos hace año y medio la plataforma de IA Rviewer, una firma de Barcelona especializada en verificar habilidades tecnológicas. Como autónomo puedes inscribirte en Shakers y probar tus conocimientos. Tenemos más de 350 tests y al final te decimos en qué percentil te sitúas y qué proyectos te pueden encajar. En una segunda fase que arranca ahora, también medimos las soft skills. Son los agentes de IA los que se encargan de las entrevistas. Nos permiten obtener hasta 1.000 data points del candidato, al que así asignamos una puntuación. Las empresas que terminan contratando a estas personas se sorprenden del grado de afinidad que somos capaces de propiciar».
Un discurso demasiado elogioso hacia el autónomo corre el riesgo de tapar las dificultades que afrontan. Shakers ultima un ramillete de servicios adicionales para ellos, incluidos seguros de salud y planes de pensiones. Según Mata y De Luis, los expertos en IA, diseño de producto o ciberseguridad son activos muy anhelados por empresas de primer nivel «que ya no necesitan 1.000 trabajadores en nómina para crear tecnología, sino equipos pequeños con una formación muy concreta y funcionando por proyectos». Son profesionales globales que prefieren la flexibilidad «a pisar una oficina» y «las misiones de seis meses al mismo trabajo toda la vida». Según un informe del Foro Económico Mundial y Morgan Stanley, en 2035 el 70% de los trabajadores del conocimiento operarán bajo demanda.
Si al freelance (al menos al que domina la innovación y la disrupción) le aguardan buenos tiempos, es de suponer que el trabajo en remoto no sufrirá la involución que ya parece experimentar en algunas organizaciones deseosas de que el empleado vuelva a la oficina. Lo de calentar la silla ante la mirada de halcón del jefe es un clásico español, pero De Luis y Mata advierten de la inmensidad de este error. «Los mejores profesionales de las empresas que quieren volver a lo de siempre se han ido a otro sitio y de repente esas empresas han tenido que recurrir a autónomos que trabajan en remoto. ¿Pones por delante la habilidad de la gente o la presencialidad? Hay que pensarlo muy bien, porque se pierden ventajas competitivas enormes. El talento hoy es global, nadie puede pretender contratar en un radio de 14 kilómetros de la oficina. En contra de lo que malintencionadamente se publica, la productividad se dispara en remoto. Los objetivos se marcan por hitos, no por horarios».
Shakers no es una ETT. Es una plataforma que conecta dos extremos de la balanza con libertad para alcanzar un acuerdo y definir tarifas. Nada de falsos autónomos ni de triquiñuelas que son carne de inspección laboral. «Generamos oportunidades de muchísima calidad, eso es lo que hacemos», zanjan ambos emprendedores. «Hablamos de freelancers que sobrepasan en la mayoría de los casos los 100.000 euros de facturación al año». Ese melón, por cierto, se abrirá a todo tipo de profesionales, no sólo los tecnológicos, «hasta llegar al punto de conectar a cualquier trabajador con cualquier empresa».
«Deberíamos ser capaces de conservar y mejorar ese lugar tan único que España ocupa en el mundo. Si se multiplican las oportunidades, será el mejor país del planeta, atrayendo a los mejores de fuera y combinando ese elemento con quienes vuelven del extranjero y quienes nunca se fueron». El granito de arena de Shakers, plataforma aparte, es Shaking VC, un fondo para fases tempranas con tickets que rondan los 100.000 euros.
Actualidad Económica