<p><strong>Pedro Sánchez</strong> compareció este jueves para aclarar un caso de corrupción y acabó aireando los del <a href=»https://www.elmundo.e»>Partido Popular</a>, según sus propias cuentas e incluyendo en la lista alguno que, en realidad, no fue. Frente a las palabras «<strong>Ábalos</strong>», «<strong>Cerdán</strong>» o «<strong>Koldo</strong>», el presidente del Gobierno tuvo siempre a mano el <i>caso Gürtel</i> en alguna de sus 12 ediciones -se está celebrando ahora el doceno y último juicio-. En particular, la sentencia que le aupó al poder, uno de cuyos pasajes llegó a leer.</p>
El presidentese sacudió las preguntas más comprometidas esgrimiendo los casos de corrupción del PP, que cuantificó: 34 de Aznar y 62 de Rajoy
Pedro Sánchez compareció este jueves para aclarar un caso de corrupción y acabó aireando los del Partido Popular, según sus propias cuentas e incluyendo en la lista alguno que, en realidad, no fue. Frente a las palabras «Ábalos», «Cerdán» o «Koldo», el presidente del Gobierno tuvo siempre a mano el caso Gürtel en alguna de sus 12 ediciones -se está celebrando ahora el doceno y último juicio-. En particular, la sentencia que le aupó al poder, uno de cuyos pasajes llegó a leer.
«En el momento en el que se sustancia la moción de censura allá por el año 2018 lo que hay es una sentencia de la Audiencia Nacional que dice cosas tan graves como las siguientes: que la corrupción del Partido Popular, y cito textualmente, se creó en paralelo un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública central, autonómica y local…».
Otro caso en el que insistió nunca llegó, en realidad, a ser causa. En el frontón en que se convirtió el estrado desde el que respondía, Sánchez se defendió de la imputación de su hermano mencionando la investigación de la Fiscalía al hermano de Isabel Díaz Ayuso por la comisión en una venta de mascarillas. Anticorrupción decidió que no había base suficiente para llevar el asunto al juzgado.
Sánchez esgrimió ese episodio de las mascarillas pese a que fue precisamente una adjudicación del ex ministro José Luis Ábalos para la compra masiva de ese producto la que llevó a Anticorrupción a llevar el caso Koldo, este sí, ante un juzgado de la Audiencia Nacional. El compareciente se refirió en numerosas ocasiones las investigaciones a «la policía patriótica», que vinculó a los primeros intentos de encontrar algo con lo que enredar a su esposa. Mencionó igualmente el caso Púnica, con una mención al millón de euros que se encontró en casa de los suegros del ex dirigente del PP madrileño Francisco Granados.
Pese a la insistencia de algunos de sus interlocutores, ayer el presiente eludió hablar de lawfare en la actuación del juez Juan Carlos Peinado, algo que sí había hecho públicamente en ocasiones anteriores. Sin recurrir al término, sí dijo que hay «una minoría minoritaria» de jueces «que hace política de sus causas judiciales». Añadió que en la causa abierta consta un informe de a UCO que «exculpa de cualquier responsabilidad» a su mujer en el tráfico de influencias. Lo cierto es que ese informe de los primeros compases de la causa no detectaba irregularidades ni las descartaba.
Sobre la causa penal que ayer le tuvo compareciendo no aclaró nada. Reconoció haber recibido dinero en efectivo del partido en alguna ocasión para cubrir sus gastos y haberse encontrado con Víctor de Aldama, pero apenas para las fotos que ya se han hecho públicas. Igual que eludió el lawfare, estuvo lejos de repetir que lo que había confesado el empresario era «una inventada».
El presidente del Gobierno venía con cuentas hechas sobre los casos de corrupción ajenos. «El señor Aznar tiene 34 casos investigados, más de 1.000 millones de euros robados. El señor Rajoy, más de 62 casos de supuesta corrupción investigados y 1.200 cargos incursos en investigación como consecuencia de todas las cosas que hicieron. Entre otras, por ejemplo, hablando de mi familia, la policía patriótica».
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