La amenaza no es nueva y hasta que se concrete, Donald Trump siempre puede cambiar de opinión. Sin embargo, el plazo se acerca y el presidente de Estados Unidos ha insistido este jueves desde el Despacho Oval de la Casa Blanca en que sigue decidido a imponer aranceles del 25% a la importación de productos desde México y Canadá. Alega no solo que no han cerrado sus fronteras al tráfico de drogas y la inmigración, sino que además Estados Unidos tiene un déficit comercial muy alto con ambos países. La imposición (o la amenaza) de aranceles puede servir como forma de presión para renegociar los acuerdos comerciales o forzar un mayor equilibrio en los intercambios.
El presidente alega que los dos países no solo no han cerrado sus fronteras al tráfico de drogas y la inmigración, sino que además Estados Unidos tiene un déficit comercial muy elevado con ambos
La amenaza no es nueva y hasta que se concrete, Donald Trump siempre puede cambiar de opinión. Sin embargo, el plazo se acerca y el presidente de Estados Unidos ha insistido este jueves desde el Despacho Oval de la Casa Blanca en que sigue decidido a imponer aranceles del 25% a la importación de productos desde México y Canadá. Alega no solo que no han cerrado sus fronteras al tráfico de drogas y la inmigración, sino que además Estados Unidos tiene un déficit comercial muy alto con ambos países. La imposición (o la amenaza) de aranceles puede servir como forma de presión para renegociar los acuerdos comerciales o forzar un mayor equilibrio en los intercambios.
“Pondré el arancel del 25% a Canadá, y por separado, el 25% a México, y realmente tendremos que hacerlo”, dijo Trump a los periodistas el jueves mientras firmaba acciones ejecutivas en respuesta al accidente de avión de Washington de la víspera. “Anunciaremos los aranceles a Canadá y México por varias razones”, explicó.
“Número uno es la gente que han vertido en nuestro país tan horriblemente y en tanta cantidad. Número dos son las drogas fentanilo y todo lo demás que han entrado en el país. Número tres son los subsidios masivos que estamos dando a Canadá y a México en forma de déficits”, añadió el presidente.
Preguntado sobre si planeaba que esos aranceles aumentasen con el tiempo, contestó: “Puede que sí o puede que no. Vamos a tomar esa determinación probablemente esta noche”.
Trump también dijo que tomaría una determinación tan pronto como este jueves sobre si los aranceles se aplicarían a las importaciones de petróleo canadiense, una decisión que dependería del precio del crudo. “No necesitamos los productos que ellos tienen. Tenemos todo el petróleo que necesitamos. Tenemos todos los árboles que necesitamos”, añadió, refiriéndose a las principales importaciones procedentes de Canadá.
El republicano amenazó por primera vez con los aranceles del 25% a México y Canadá, sus dos vecinos y principales socios comerciales, en noviembre pasado, siendo presidente electo. Entonces dijo que los aprobaría el primer día en el cargo. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, habló con Trump por teléfono y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se desplazó hasta la mansión de Mar-a-Lago, en Florida, para entrevistarse con él. Pese a las buenas palabras sobre aquellas conversaciones, tras tomar posesión como presidente, el 20 de enero, Trump movió su amenaza al 1 de febrero. México y Canadá han tratado de reforzar el control de sus fronteras para disuadir al presidente estadounidense de poner los aranceles, pero no lo han conseguido por el momento.
De enero a noviembre de 2024, las importaciones de Estados Unidos desde Canadá ascendieron a 699.000 millones de dólares y a 776.000 millones de dólares desde México. La magnitud de los aranceles que Trump promulgará podría tener graves repercusiones en determinadas industrias, como la automovilística y el sector energético.
Los aranceles podrían tener consecuencias económicas dramáticas y desencadenar una guerra comercial al infringir las protecciones del acuerdo de libre comercio entre los tres países. Tanto Canadá como México han amenazado con responder con posibles aranceles de represalia.
Además de los castigos a México y Canadá con gravámenes a sus productos, Trump sigue con la idea de un arancel general para todas las importaciones. También ha prometido aranceles sectoriales sobre productos como los farmacéuticos, los chips semiconductores, el acero, el aluminio y el cobre, que podrían aplicarse ampliamente a muchos países, incluidos Canadá y México.
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