Donald Trump continúa encajando las piezas del rompecabezas de su futuro equipo. El presidente electo ha ofrecido el puesto de consejero de seguridad nacional al congresista por Florida Mike Waltz, según han publicado diversos medios estadounidenses, sin que haya todavía confirmación oficial por parte de Trump ni del designado. Waltz tiene en común con el resto de los elegidos por el presidente electo para altos cargos su lealtad al republicano. Formó parte de la treintena de congresistas que acudieron a Nueva York a rendir pleitesía al líder cuando estaba siendo juzgado por el caso Stormy Daniels y también apoyó los intentos del presidente de revertir el resultado de las elecciones de 2020.
El representante por Florida es partidario de la línea dura con China y crítico con la ayuda a Ucrania
Donald Trump continúa encajando las piezas del rompecabezas de su futuro equipo. El presidente electo ha ofrecido el puesto de consejero de seguridad nacional al congresista por Florida Mike Waltz, según han publicado diversos medios estadounidenses, sin que haya todavía confirmación oficial por parte de Trump ni del designado. Waltz tiene en común con el resto de los elegidos por el presidente electo para altos cargos su lealtad al republicano. Formó parte de la treintena de congresistas que acudieron a Nueva York a rendir pleitesía al líder cuando estaba siendo juzgado por el caso Stormy Daniels y también apoyó los intentos del presidente de revertir el resultado de las elecciones de 2020.
Waltz forma parte del Grupo de Trabajo sobre China de la Cámara de Representantes, que coordina la política sobre cómo debe competir Estados Unidos con la superpotencia asiática. Es uno de los congresistas más beligerantes respecto a China. Pidió que Estados Unidos boicotease los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín debido a su implicación en el origen de la covid y al maltrato que está infligiendo a la minoría musulmana uigur.
También ha sido muy crítico con la OTAN y con la ayuda a Ucrania. “La era del cheque en blanco del Congreso para Ucrania se ha acabado”, escribió el año pasado en un artículo en la web de Fox News. “Detener a Rusia antes de que arrastre a la OTAN y, por tanto, a Estados Unidos a la guerra, es lo correcto. Pero la carga no puede seguir recayendo únicamente sobre los hombros del pueblo estadounidense”, sostenía.
El consejero de seguridad nacional, un cargo desempeñado en la actualidad por Jake Sullivan, es muy influyente en la política exterior de Estados Unidos. Es un interlocutor cualificado del presidente y de líderes internacionales. Se trata de un puesto que no requiere la confirmación del Senado. Implica la coordinación entre las principales agencias de seguridad nacional, informar al presidente y ejecutar sus políticas. Waltz llega al puesto en un momento de conflictos e incertidumbre en el tablero geopolítico.
Waltz, de 50 años, es un veterano de los Boinas Verdes que prestó sus servicios en Afganistán, Oriente Medio y África. Luego desempeñó papeles de asesor en la Casa Blanca, así como en el Pentágono, como director de política de defensa para los Secretarios de Defensa Donald Rumsfeld y Robert Gates. También asesoró a la Administración Bush sobre la política que luego llevó a cabo en el ejército.
Como congresista, ha sido presidente del subcomité de preparación de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes y también miembro de su Comité de Asuntos Exteriores y del Comité Permanente Selecto de Inteligencia.
Criticó muy duramente la caótica retirada estadounidense de Afganistán y pidió que se haga rendir cuentas a los responsables de la muerte de los 13 militares estadounidenses en Abbey Gate. También ha repetido las frecuentes quejas de Trump sobre un ejército woke que el expresidente ha ridiculizado como blando y demasiado centrado en programas de diversidad y equidad.
En una declaración el año pasado recogida por Associated Press, Waltz dijo: “Estoy dispuesto a ponerme manos a la obra para equipar mejor a nuestros militares y dejar de centrarnos en las prioridades woke y volver a centrarnos en ganar guerras. Nuestra seguridad nacional depende de ello”.
Su nombre sonaba también como posible candidato para ser secretario de Defensa, pues Trump sigue queriendo rodearse de sus fieles en los puestos de responsabilidad de su Gabinete. Entre los candidatos para ese puesto suena el teniente general retirado Keith Kellogg, que ocupó cargos de seguridad nacional durante el primer mandato de Trump.
Trump tuvo cuatro asesores de seguridad nacional en su primer mandato, el primero de los cuales, Michael Thomas Flyn, solo estuvo 22 días en el cargo. El entonces presidente también tuvo una relación tormentosa con el segundo y el tercero, el teniente general H.R. McMaster y John Bolton, fueron finalmente despedidos por Trump debido a sus desacuerdos. Robert O’Brien fue el cuarto y duró hasta el final del mandato del anterior presidente.
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