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Los de Abascal permiten a Prohens sacar adelante el techo de gasto en Baleares y confían en poder hacerlo en otras comunidades si hay «predisposición a cumplir el acuerdo»
La viabilidad de todo mandato pasa, en gran medida, por poder renovar las cuentas públicas año tras año. Es el principal reproche que hacen desde la bancada del PP a Pedro Sánchez cuando amaga con rendirse y prorrogar, otra vez, los Presupuestos. Pero también es la principal amenaza que hace tambalear los cinco gobiernos autonómicos que los populares, desde la ruptura con Vox el pasado julio, sostienen en solitario.
Con apenas un cuarto de la legislatura cumplido, Jorge Azcón (presidente de Aragón), Carlos Mazón (Comunidad Valenciana), María Guardiola (Extremadura) y Fernando López Miras (Murcia) no pueden resignarse a prorrogar presupuestos de aquí a 2027. Distinta tesitura enfrenta Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), que está ante su último año de mandato y al que un adelanto electoral no parece asustar. Y en ese matiz reside la diferencia de posturas de los barones: los cuatro primeros necesitan a Vox, Mañueco no.
Así, en Bambú ya dan por perdida toda posibilidad de acuerdo de cara a los presupuestos de Castilla y León. «Se han dedicado a destrozar todo lo logrado con nuestra presencia en el gobierno», apunta una fuente de la dirección nacional, que acusa al PP de esa región de «no estar predispuesto» a conceder nada a Vox a cambio de su respaldo para las cuentas. Los últimos pasos del ejecutivo de Mañueco dan cuenta de ello: enterró la Ley de Concordia pactada meses antes con los de Santiago Abascal, retomó el diálogo con los sindicatos y, como portazo final, presentó el proyecto de presupuestos sin una llamada previa a Vox. El mensaje: el PP de Castilla y León «no tiene la más mínima intención» de aprobar las cuentas, en palabras de la oposición.
Distinto rumbo llevan las negociaciones en las otras cuatro autonomías que PP y Vox cogobernaron durante un año. Todo pese a que en Bambú han puesto el listón muy alto, pues exigen a los populares que se comprometan a cumplir «íntegramente» los acuerdos que dieron pie a los ejecutivos de coalición. Esto es: piden a los barones que rectifiquen y que, aquello que en julio se negaron a cumplir -como oponerse a distribuir a menores migrantes para aliviar la crisis que vive Canarias-, se comprometan ahora a hacerlo. El panorama pintaba poco esperanzador, pero ayer en Bambú arrojaron algunos destellos de luz.
«Hay algunos más predispuestos a cumplir el acuerdo y ser imaginativos», trasladan fuentes de la dirección nacional. Y se aferran a ese calificativo de cara a la mesa de negociación con el PP: «Van a tener que esforzarse y ser imaginativos» si quieren el respaldo de Vox. Así, aunque los de Abascal no rebajan sus exigencias de cara a apoyar las cuentas que presenten los populares, sí se abren ahora a que un «gesto» de los barones baste para obtener el ‘sí’ de Vox al techo de gasto, primer paso para aprobar las cuentas. Y de ahí, «partida a partida», confiando en que «sepan negociar».
En ese ambiguo concepto de «imaginativo» enmarcan el «paso adelante» dado por la baronesa Marga Prohens en Baleares. Allí, el gobierno en minoría del PP pactó la abstención de los seis diputados de Abascal a su techo de gasto, comprometiéndose a cambio a fijar una posición coincidente en políticas de inmigración y de lengua, dos de las banderas del partido derechista. Un «gesto correcto», según lo califican desde Bambú, que esperan se replique en el resto de comunidades.
Algunas de ellas ya han empezado a dar esos «pasos». El PP valenciano, uno de los que en Bambú ven más predispuesto a buscar el acuerdo, endureció su discurso migratorio hace un par de semanas, cuando respaldó a Vox en su petición de que los menores llegados irregularmente sean sometidos a pruebas de edad. Un guiño que evidencia un cambio de rumbo, pues semanas antes el ejecutivo de Mazón aseguraba estar «muy lejos de los planteamientos de Vox en inmigración».
Aunque esta clase de gestos no se han visto aún en otras baronías, en Bambú sí esperan que suceda. Fuentes de la dirección nacional deslizan que Guardiola (Extremadura) está «abierta a negociar partida a partida» sus cuentas con Vox, e igualmente Azcón (Aragón) dijo estar dispuesto a «hablar y negociar». En Murcia, donde al PP le serviría con una abstención de los de Abascal, las conversaciones todavía no están en marcha. «Esperamos que todos sepan afrontar el reto».
Paradójicamente, y a pesar de la ruptura con Vox, el Gobierno balear del PP afronta este año un camino menos tortuoso para aprobar las cuentas anuales de 2025 que el que tuvo que recorrer en 2024, cuando todavía tenía a los de Abascal como aliados externos. Entonces le tumbaron inicialmente las cuentas y le obligaron a negociar hasta el último día.
Los populares sacarán hoy adelante el techo de gasto en el Parlamento balear, paso previo y necesario para aprobar los presupuestos en diciembre. Lo harán gracias a la abstención de Vox, pactada este pasado fin de semana entre ambas formaciones.
El PP no tiene mayoría absoluta en la Cámara balear y ha apalabrado ya la posición neutral de los seis diputados de Abascal, cediendo a cambio a fijar una posición coincidente en políticas de inmigración y de lengua. Está por ver si esa promesa se concreta en algo tangible o se queda en un anuncio para que Vox, fracturado internamente en las islas, pueda contentar a su parroquia.
Así, y si no hay nuevos giros de guion, Prohens tiene ya expedito el camino para aprobar los segundos presupuestos de su legislatura, que incluirán un 3,1% más de gasto.
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