<p><a href=»https://www.elmundo.es/espana/diana-morant.html»>Diana Morant</a> se convirtió hace menos de un año en la primera ministra del Gobierno de <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> que se valió de la plataforma de <strong>Moncloa </strong>para desembarcar como secretaria general en una de las federaciones socialistas clave (<strong>Ángel Víctor Torres</strong> ya era secretario general del PSOE de Canarias cuando se convirtió en ministro). La apuesta clara de Sánchez por su ministra para suceder a <strong>Ximo Puig</strong> en el<strong> PSPV-PSOE</strong> acabó por convencer a sus dos rivales de la conveniencia de pactar para no ir a primarias, un <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/01/25/6793a80f21efa08c3a8b457f.html»>guión</a> que se ha repetido luego en <strong>Madrid</strong>, <strong>Andalucía </strong>y <strong>Aragón</strong>. Ahora bien, que Morant viese allanado ese primer tramo del camino con la etiqueta de «candidata de <strong>Ferraz</strong>» no le evitará tener que bajar al barro de las batallas orgánicas. </p>
Bielsa, que se enfrentó a la ministra por el control del PSPV, aspira ahora a repetir como líder provincial, mientras la dirección autonómica busca forzar que dé un paso al lado
Diana Morant se convirtió hace menos de un año en la primera ministra del Gobierno de Pedro Sánchez que se valió de la plataforma de Moncloa para desembarcar como secretaria general en una de las federaciones socialistas clave (Ángel Víctor Torres ya era secretario general del PSOE de Canarias cuando se convirtió en ministro). La apuesta clara de Sánchez por su ministra para suceder a Ximo Puig en el PSPV-PSOE acabó por convencer a sus dos rivales de la conveniencia de pactar para no ir a primarias, un guión que se ha repetido luego en Madrid, Andalucía y Aragón. Ahora bien, que Morant viese allanado ese primer tramo del camino con la etiqueta de «candidata de Ferraz» no le evitará tener que bajar al barro de las batallas orgánicas.
En concreto, la que se avecina en la provincia de Valencia, donde Morant se la juega en las próximas semanas y donde ya ha comenzado el ruido de sables. Si la secretaria general del PSOE valenciano se ha visto obligada a poner un ojo en esta provincia es porque los hechos han demostrado que no la tiene amarrada a nivel orgánico. El control de la provincia, por tanto, será el principal objetivo de Morant una vez cumpla el trámite del congreso autonómico que celebra el próximo fin de semana.
El actual líder provincial es Carlos Fernández Bielsa, uno de los dos aspirantes a la Secretaría General que tuvo que acabar acatando los deseos de Ferraz y que desde entonces ha lanzado algún que otro pulso a Morant. Bielsa ha vuelto a dejar claro ahora que no piensa renunciar a la reelección como secretario general en la provincia, a pesar de que no cuenta con el apoyo explícito de Morant. De ahí que el próximo congreso provincial sea también para la ministra un examen a su liderazgo.
Bielsa no ha ocultado nunca que su intención era mantenerse como líder del PSPV en Valencia. Aun así, a mediados de enero reiteró públicamente su objetivo apelando a «un proceso tranquilo y de unidad». Desde el entorno del líder provincial se traslada que «ni la militancia ni la ciudadanía entenderían que se creara un conflicto en la provincia en un momento en que el PSPV tiene opciones reales de recuperar pronto las principales instituciones gobernadas por el PP».
Lo que Bielsa deja leer entre líneas es que se pronuncia precisamente porque es consciente de que Morant puede estar preparando alguna candidatura alternativa a la suya. De hecho, en el partido circulan nombres como los del alcalde de Cullera, Jordi Mayor, o el de Riba-roja, Robert Raga. «Bielsa se ha tirado a la piscina para ver si hay algo», resume una fuente socialista.
Sin embargo, el movimiento no ha gustado en el entorno de Morant, que quiere ahora a todo el partido volcado con el congreso autonómico y ninguna distracción. Otra cosa es que desde la dirección autonómica no se estén enviando ya señales a Bielsa para que dé un paso al lado. La clave está en la elección de la nueva ejecutiva autonómica que se visualizará en el congreso de Morant, según las fuentes consultadas. Que Bielsa salga de la dirección será un indicio de que piensa plantar cara.
«Un congreso extraordinario provoca situaciones extraordinarias», explican en el PSPV. De esta forma se justifica el incumplimiento de los estatutos desde el congreso extraordinario que confirmó a Morant como secretaria general en marzo del año pasado. El incumplimiento no es otro que la acumulación de cargos orgánicos, algo que afecta en primera persona a Bielsa, que además de líder provincial es vicesecretario general del PSPV tras su pacto con Morant.
No es el único, pero el mensaje que lanza ahora la dirección de Morant es que hay que acabar ya con las duplicidades. Es decir, si Bielsa se mantiene en la ejecutiva autonómica, se presupone que renunciará a pelear por el liderazgo provincial, lo que significará que habrá firmado la paz con Morant. Si el próximo fin de semana acaba con Bielsa fuera de la ejecutiva, comenzarán a sonar los tambores de guerra. De hecho, el plazo para la presentación de las precandidaturas al congreso provincial acaba una semana después. Las caretas caerán antes del 8 de febrero.
Mientras tanto, siguen enviándose señales. Según el secretario de Organización y mano derecha de la secretaria general, Vicent Mascarell, «la renovación que representa Diana Morant debe plasmarse en toda la estructura del partido». Se entiende que Bielsa no es precisamente la expresión del «liderazgo renovado» que pide Mascarell que, sin embargo, admite que con quien se hará una excepción es con la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. Figura política al alza para el socialismo tras la dana, Bernabé podrá mantenerse en la ejecutiva federal de Sánchez y en la de Morant. «Será lo que quiera ser», en palabras de Mascarell.
Bielsa, por su parte, presume de que los socialistas tienen hoy en la provincia más alcaldías que el PP. En el PSPV, sin embargo, no se olvida que fracasó en su intento de hacerse con la presidencia de la Diputación de Valencia, la única gran institución que pudo haber conservado la izquierda tras la victoria del PP en las elecciones autonómicas y municipales de 2023. El pacto del PP con el partido municipalista de Ens Uneix dio al traste con las opciones de Bielsa, que acabó pagando en sus propias carnes la venganza que se cobró el líder de Ens Uneix, el ex socialista Jorge Rodríguez, con Ximo Puig.
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