<p>El desmantelamiento <a href=»https://www.elmundo.es/economia/2025/05/24/68309b7cfdddff7c058b456d.html»>nuclear</a> irrumpirá con fuerza en los institutos de España a partir del próximo curso. Enresa, el ente público que gestiona los residuos atómicos y el cierre de centrales, quiere realizar hasta<strong> 900 talleres</strong> en tres años para alumnos de cuarto de ESO y Bachillerato, es decir, para jóvenes de 15 y 16 años en adelante. El objetivo es explicar qué es Enresa y qué ocurre tras la desconexión de los reactores. Lo que subyace bajo estas charlas es el empeño de la empresa estatal en <strong>mejorar su «aceptación social»</strong> y «generar confianza en la seguridad» de sus actividades, sobre todo, las derivadas del apagón atómico.</p>
Enresa, el ente público que gestiona el cierre de centrales, refuerza su presencia en institutos para mejorar la «aceptación social» ante la gestión de los residuos del apagón atómico
El desmantelamiento nuclear irrumpirá con fuerza en los institutos de España a partir del próximo curso. Enresa, el ente público que gestiona los residuos atómicos y el cierre de centrales, quiere realizar hasta 900 talleres en tres años para alumnos de cuarto de ESO y Bachillerato, es decir, para jóvenes de 15 y 16 años en adelante. El objetivo es explicar qué es Enresa y qué ocurre tras la desconexión de los reactores. Lo que subyace bajo estas charlas es el empeño de la empresa estatal en mejorar su «aceptación social» y «generar confianza en la seguridad» de sus actividades, sobre todo, las derivadas del apagón atómico.
Enresa lleva desde principios de los 2000 realizando actividades en institutos. Hasta ahora, sus acciones de divulgación se habían centrado en territorios próximos a las centrales nucleares o a instalaciones atómicas relevantes, como El Cabril (Córdoba), el centro de almacenamiento para residuos de baja y media actividad. Ahora, el ente público quiere reforzar su influencia en institutos situados en las inmediaciones de centrales en proceso de cierre, como Santa María de Garoña (Burgos) e, incluso, en territorios ajenos a la órbita nuclear.
La sociedad estatal bajo el paraguas del Ministerio de Transición Ecológica está licitando el diseño de 200 talleres al año para alumnos de la Comunidad de Madrid, donde no hay ningún reactor. El contrato, por un año y ampliable a otros dos, tiene un valor estimado de 74.000 euros. Hasta ahora, explican fuentes de Enresa, las actividades de divulgación en esta región «se hacían con personal propio y en nuestro centro de información de la sede social Madrid». Ahora busca una empresa especializada que asuma una campaña exclusivamente destinada a los más jóvenes.
«Está previsto que pronto comiencen también en el entorno de Santa María de Garoña para explicar el proceso de desmantelamiento de dicha central, además del servicio público que cumple Enresa», completan fuentes oficiales de la entidad. Este concurso se lanzó hace unos meses, por un valor estimado de 81.750 euros. Contempla la celebración de hasta 100 talleres anuales, para un máximo de tres años (prórrogas incluidas). Se impartirán en centros escolares situados en la zona de influencia de dicha central, en las provincias de Burgos y Álava.
En los dos concursos, Enresa hace referencia al séptimo Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), aprobado por el Gobierno en 2023, cuyo principal cambio fue pasar de un único almacén centralizado (ATC) que iba a custodiar los residuos de todas las centrales españolas, a un modelo de siete almacenes individuales. Ello disparó el coste del plan de cierre.
Según recuerdan las licitaciones de Enresa, el citado plan establece que «la aceptación social es un componente estratégico fundamental en el óptimo desarrollo de la gestión de los residuos radiactivos» porque, como argumentan, esta actividad conlleva una percepción social de riesgo que «con frecuencia no obedece a parámetros científicos».
En definitiva, para Enresa es crucial su credibilidad a ojos de la población, incluidos los más jóvenes. Así lo contempló su Plan de Comunicación 2024-2027, que ya hablaba de «acciones destinadas a divulgar la actividad de la empresa a la sociedad, entre ellas los talleres al público escolar», recuerdan fuentes de la entidad. La medida despegará con el próximo curso escolar.
En total, Enresa quiere celebrar casi un millar de talleres en tres años en un momento clave para el proceso de cierre nuclear. El sector vive una situación de tensión sin precedentes. La presión de Iberdrola y Endesa, las grandes propietarias del parque atómico, para retrasar el cierre de sus centrales es creciente, y su pulso con el Gobierno encara la cuenta atrás en el caso de instalaciones como Almaraz, que debe desconectarse en 2027.
Las dos eléctricas han demandado al Gobierno y a Enresa por aspectos vinculaos al proceso de cierre, principalmente, por haberles subido, en 2024, un 30% la llamada tasa Enresa. Se tratra del pago anual que las dueñas de las centrales deben aportar para que la entidad pública gestione sus residuos radiactivos.
En paralelo al millonario pulso judicial -solo Endesa e Iberdrola reclaman 800 millones, como adelantó este medio-, cuyo resultado podría dilatarse varios años; Enresa sigue adelante con el plan de desmantelamiento. Y Moncloa y las empresas continúan enrocándose en público mientras negocian el futuro del sector por debajo la mesa.
Actualidad Económica