<p>El Gobierno va a tratar de nuevo esta semana de que el catalán, así como el gallego y el euskera, <strong>se conviertan en lenguas oficiales</strong> en la Unión Europea. No sólo eso, también ha elevado el tono de manera notable en esta cuestión y asegura que la no oficialidad supone una «discriminación». Y que si no es en la votación del día 18 la medida saldrá adelante en algún momento. </p>
El Gobierno quiere llevar a votación la cuestión este el próximo día 18 y el ministro eleva el tono: «Ningún estado va a poder esconderse detrás de de que no conoce suficientemente la propuesta española»
El Gobierno va a tratar de nuevo esta semana de que el catalán, así como el gallego y el euskera, se conviertan en lenguas oficiales en la Unión Europea. No sólo eso, también ha elevado el tono de manera notable en esta cuestión y asegura que la no oficialidad supone una «discriminación». Y que si no es en la votación del día 18 la medida saldrá adelante sin ninguna duda en algún momento.
«El día 18 o lo conseguimos o avanzamos hacia conseguirlo. Y desde luego, lo que vamos a exponer muy claramente es que esto tiene que poderse oficializar pronto. Esto es una discriminación hacia España y hacia nuestra identidad nacional», ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares este lunes desde Bruselas.
«Hay estados que en estos momentos tienen más de un idioma como un idioma oficial. Mañana puede entrar en la Unión Europea un Estado que tenga más de una lengua oficial. ¿Por qué no podría España? Muchos de estos estados estamos hablando de que tienen algunos cientos de miles de hablantes. Nosotros estamos hablando de comunidades autónomas donde viven 20 millones de europeos que conviven con varias lenguas, solamente el catalán», ha proseguido.
Y todavía más, de una forma solemne y con términos casi bélicos. «No puedo garantizar que el 18 sea el día el día D pero un día habrá un día D«. Esto es, que ha dado por hecho la oficialidad de las lenguas.
Ni el tono ni la certeza con la que se ha expresado Albares ha su llegada a la reunión entre la UE y la Vecindad Sur son habituales. Y coinciden no sólo con uno de los momentos más complicados del Gobierno sino con la decisión de entregar el independentismo la Hacienda catalana. No se antoja en absoluto casual.
Albares también ha explicado que el Gobierno no tiene todavía la unanimidad que se necesita para sacar adelante la medida. «Pero va a haber un debate en cualquier caso sobre el memorándum que hemos enviado tras el [CAG] Consejo de Asuntos Generales del mes de mayo, y que va a permitir que ningún estado pueda ya decir ni esconderse detrás de que no conoce suficientemente la propuesta española o que hay aspectos que no son suficientemente claros», ha incidido el ministro.
El Gobierno ya trató de sacar adelante la medida en mayo, pero al constatar que no contaba con la unanimidad necesaria la retiró de la votación. Países muy relevantes como Alemania o Italia mostraron dudas sobre aspectos financieros de la oficialidad o, también, por el problema que podía suponer en términos de precedentes para otros países.
Según ha revelado Albares, el Gobierno envió a todos los países un extenso documento en el que se abordan todas estas cuestiones. Ese memorándum que señala y que, en su opinión, va a ser la clave de la oficialidad de las lenguas.
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