<p>El tiempo le pasa a <strong>Antonio Sieira</strong> (Madrid, 1974) como a los padres y madres de familia, lento en el día a día y rápido de año en año. Dice que duerme poco, apenas seis horas, «pero a plomo» y afronta despejado la primera entrevista que concede en su vida, exhibiendo sinceridad y cercanía. Sieira es el <a href=»https://www.elmundo.es/especiales/los-mas-ricos/antonio-sieira-mucientes.html»>número 98</a> de la <a href=»https://www.elmundo.es/especiales/los-mas-ricos/index.html»>lista</a> del informe anual <i>Los más ricos de España</i>, publicado en febrero por Actualidad Económica. Desde Madrid, domina el capital y lidera la gestión de<strong> Ignis Energy Holdings</strong>, una de las energéticas más camaleónicas y resistentes a la actual coyuntura del sector, tan volátil en lo financiero como en lo geopolítico.</p>
En apenas diez años, la española Ignis ha seducido a dos grandes fondos de capital riesgo y se ha convertido en uno de los mayores brókers del mercado eléctrico español
El tiempo le pasa a Antonio Sieira (Madrid, 1974) como a los padres y madres de familia, lento en el día a día y rápido de año en año. Dice que duerme poco, apenas seis horas, «pero a plomo» y afronta despejado la primera entrevista que concede en su vida, exhibiendo sinceridad y cercanía. Sieira es el número 98 de la lista del informe anual Los más ricos de España, publicado en febrero por Actualidad Económica. Desde Madrid, domina el capital y lidera la gestión de Ignis Energy Holdings, una de las energéticas más camaleónicas y resistentes a la actual coyuntura del sector, tan volátil en lo financiero como en lo geopolítico.
Ignis es una de esas joyas nacionales anónimas entre el gran público, pero popular entre los primeros niveles de la Administración y los pesos pesados del Ibex 35. «Comenzamos comprando varias plantas de cogeneración [centrales que queman gas para generar electricidad] a punto de ir a concurso de acreedores. Llegamos a acuerdos con los trabajadores y las reflotamos a base de vender energía a picos», recuerda Sieira cuando se le pregunta por los orígenes de Ignis. La firma nació de forma atípica, hace apenas diez años, de la mano de tres ingenieros: Jaime Igea López-Fando, José Sarasola Jáudenes y el propio Sieria, quien trabajó 12 años en Villar Mir Energía y antes en Iberdrola.
Juntos, con él como primer espada, han levantado una multinacional marca España valorada en alrededor de 1.200 millones de euros. Esa tasación es, en buena medida, el resultado de su capacidad de adaptación, un atributo que supo detectar el fondo egipcio Vortex Energy, cuando en 2021 adquirió el 32% del grupo. A día de hoy su comercializadora de gas y luz suma 40.000 clientes y se ha convertido en uno de los mayores traders energéticos españoles -agentes que colocan en la red la producción de otros-, llegando a gestionar por momentos hasta el 12% de la energía que se consume en nuestro país.
El plan de negocio de Ignis enamoró, de nuevo en 2024, a otro titán de la inversión, esta vez al fondo estadounidense KKR. Ambos socios se han comprometido a invertir hasta 400 millones, a través del vehículo P2X, en proyectos de descarbonización industrial en España y otros países. Hidrógeno, amoníaco, acero verde… son apuestas arriesgadas donde otros están bajando una marcha mientras Ignis acelera. El grupo cuenta con un seguro de vida, los «off-taker«, en la jerga de Sieira y del sector, compañías que se han acordado de antemano comprar esa energía, como japonesa Resonac en el puerto de La Coruña y otras que el ejecutivo se resiste a desvelar.
Para terminar de dibujar al personaje, un último flashback. Una década antes de fundar Ignis, las inquietudes de Sieira iban por otros derroteros. El empresario madrileño lideró la creación del partido político Por un Mundo Más Justo (M+J), del que fue el primer candidato. Su mejor resultado llegó en las elecciones al Senado de 2011 y en 2019, cuando superó los 100.000 votos. P+J es uno de los promotores de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la regularización extraordinaria de 400.000 inmigrantes, que en abril de 2024 fue tomada en consideración en el Congreso. Solo Vox votó en contra.
- A la vez que Ignis han surgido decenas de firmas energéticas ligadas al negocio renovable, ¿por qué su proyecto es diferente?
- No somos Solaria, que no tiene algo como P2X. Ni Iberdrola, que también tiene proyectos de hidrógeno y de data center. Con toda la humildad del mundo, no tenemos los millones de cosas que tiene una gran empresa como Iberdrola, tampoco los reinos de taifas que tienen, donde el director financiero no se habla con el de desarrollo o con el de personal. Tienes unos problemones brutales dentro de las empresas grandes como para plantearte ‘oye, tengo un cliente al que hay que darle una solución que engloba todo’. Y nosotros, con toda la humildad del mundo, trabajamos muy bien en equipo, somos muy cercanos. No tenemos ego. El ego hay que matarlo todos los días cuando sale uno de casa. Creo que nuestra ventaja es esa, ser capaces de dar soluciones innovadoras a la industria electrointensiva.
- ¿Le preocupa la competencia por el cliente?
- De la competencia renovable con la que empezamos, muchos se han quedado solo en el ámbito del desarrollo, otros han llegado hasta aquí, hasta ser también productores independientes de energía (IPP). Pero nosotros siempre pensamos que hay un universo de demanda ahí fuera y que lo tienes que saber atender. Fue una obsesión desde el principio diversificarnos en la cadena de valor y también geográficamente porque esto viene por olas. Ya lo hemos vivido.
- Ha mencionado a los centros de datos, ¿también están ahí?
- Tenemos muy buena posición en el negocio de los data center gracias a nuestra actividad de renovables, ya que tenemos 3.000 megavatios (MW) en promoción en la Comunidad de Madrid, y estamos cerrando acuerdos con distintos agentes para posibilitar su desarrollo en Madrid, Castilla y León y Aragón.
- ¿Ve en la limitación de la red eléctrica un freno potencial para ese tipo de proyectos?
- No es verdad. España tiene una red mallada, no hay quien la hunda. Tenemos los tiempos de fallos de conexión más bajos de Europa. En California, donde estamos haciendo renovables, se va la luz cada dos por tres. California, dos veces la economía española. Hay una falacia dentro del sector de que la red no soporta toda esa demanda y es todo lo contrario. Lo que pasa aquí es lo que ocurre tantas veces en la vida: nuestra debilidad es también nuestra fortaleza.
- ¿A qué se refiere?
- Como Francia nos ha aislado tradicionalmente del mercado eléctrico europeo, nos hemos tenido que abastecer nosotros solitos. Nos hemos mallado muy bien, hemos tenido mucha capacidad de autogeneración, hemos desarrollado mercados segundarios y de cogeneración, y lo hemos resuelto solos. Gracias a eso tenemos una red importantísima. Lógicamente, ahora tendremos que hacer algunos retoques, pero ¿qué es para España una inversión en reforzarla de 200 o 300 millones de euros, cuando lo que te viene son billions, billions y billions de inversión en centros de datos? Solo Amazon va a invertir miles de millones en Aragón, y Amazon es uno de seis.
- Si el tapón no es la red, ¿por qué las eléctricas achacan a la falta de redes la mitad de las peticiones de acceso y conexión que rechazan en España?
- Falta conexión. Enchufe y cable. Falta, por ejemplo, que el Ministerio no haya querido ampliar las subestaciones de la red eléctrica de la Comunidad de Madrid y las distribuidoras no tienen cable. Pero las renovables sí tienen cable. Se están haciendo muchos proyectos colgados de parques renovables. Eso se está empezando a negociar. Yo sólo conozco una operación cerrada, y es nuestra, donde un renovable se ha asociado con un promotor. Es la primera que yo conozco. Pero van a venir muchas. Esto, con los data centers lo están haciendo también empresas como Solaria o Iberdrola.
- ¿Está democratizada la red eléctrica en España? En otras palabras, ¿hay fair play en el acceso a la red de distribución que gestionan las grandes eléctricas integradas tradicionales?
- No te lo puedo decir, no tengo experiencia eso. Nuestros proyectos no están en la red de distribución, sino aguas arriba, en la red de transporte, cuya gestión es de Red Eléctrica. Pero es un tema, es un tema [se ríe].
- La faceta de bróker es uno de los puntos fuertes de Ignis, ¿cuál es su posición en ese negocio?
- En el mercado diario movemos el 7%, pero en el mercado de servicios de ajuste, en ocasiones, llegamos a mover hasta el 10% o el 12%. En España hay nueve mercados eléctricos. Dos que los gestiona OMIE, que es el operador del mercado, y siete que gestiona Red Eléctrica, el operador del sistema. De esos siete mercados los hay zonales, para resolver desajustes que puedan producirse en nudos concretos de la red, y hay otros que son de tiempo real. Hay uno de dos horas, donde te avisan con ese tiempo y arrancas la central; otro de 15 minutos, que funciona igual, para equilibrar oferta y demanda, y hay otro de cuatro segundos, donde somos muy líderes, ahí están las grandes eléctricas, nosotros y poca gente más.
- La entrada de renovables ha triplicado el coste para el consumidor de los servicios de ajuste desde 2019, ¿la volatilidad es viento de cola para su negocio?
- Claro. En el mundo todos los lugares donde estamos viven una de estas tres fases. Unos están desarrollando renovables, como Filipinas, donde no hay un solo megavatio renovable y están como locos por ponerlo en marcha. Otros, como California o Reino Unido, dos islas energéticas, tienen un movidón porque su índice de penetración de renovables es bastante alto y han optado por invertir un pastizal en baterías carísimas para gestionarlo. En España, estamos en otra pantalla, resolvemos los problemas de balance entre oferta y demanda con unos activos en los que ya se ha invertido. La oferta se baja cuando falta demanda diciéndole a las plantas eólicas y solares que bajen carga. Es algo instantáneo, se hace en segundos con un algoritmo… y con 300 de nuestros profesionales que trabajan en el tiempo real del mercado eléctrico.
- ¿Acabará España costeando también baterías carísimas o cree que ese balanceo será suficiente para equilibrar un sistema 100% verde?
- España ha resuelto ese tema de forma muy barata y muy sofisticada, con mercados, agentes, competitividad y regulación y es un país pionero. España tiene ahora el mercado eléctrico más sofisticado del mundo, con 21.000 negociaciones al día. Estamos hablando con el regulador del mercado de California para explicarles lo que hacemos en España y están alucinando. También en Grecia. Y en Filipinas han venido a ver a Red Eléctrica. El nuestro es un modelo, de verdad, a exportar a nivel mundial. El mercado eléctrico español es brutal y no lo sabe nadie. Cuando se llega a un 60% o 70% de renovables y ya se ha resuelto, digamos, el tema de su gestión con baterías, por ejemplo, estos países empiezan a pensar que, si hubieran tenido un sistema eléctrico bien mallado y agentes y regulación modernos, no habrían necesitado invertir tanto en baterías. Aquí, por ahora, nos hemos librado de las baterías
- KKR, su socio en moléculas verdes, invierte en baterías…
- Nos preguntan todos los días y les decimos que no lo hagan. Hay gente en España que está luchando para que haya baterías, pero aquí no tienen mucho sentido. En Australia, California, o Chile sí lo tiene. En California nosotros mismos tenemos una gran batería que con un contrato nos pagan el 100% de la inversión. Aquí no pasa.
- Hablando de socios, en su día se decantaron por el gigante egipcio EFG Hermes, dueño de Vortex, operación que tuvo que pasar el filtro del Gobierno, ¿qué inclinó la balanza?
- Hicimos un proceso en 2020 con Citi para buscar un socio. Tardamos un año en cerrar con Vortex, en septiembre de 2021, y lo elegimos entre universo de players muy interesante porque tenía el mejor perfil estratégico y personal. Negociamos durante días hasta altas horas y se notaba que era un socio con el que llegar a acuerdos. Negociando conoces mucho a la gente. De las tres ofertas finalistas que recibimos fue la que menos nos valoró. Nosotros no vendíamos, ampliábamos capital, pero fueron los que menos nos valoraron, en 650 millones antes de la operación. Después de la ampliación, en casi 1.000 millones. Hubo otros que nos tasaron en 750 y 800 millones, pero los rechazamos. Buscar un socio no es como comprar un coche, vas a convivir muchos años, hay que llegar a muchos acuerdos, van a venir buenas y malas. Realmente creo que acertamos.
- Y después llegó KKR…
- Con KKR compartimos P2X. Ha entrado en una cartera de proyectos dentro y fuera de España. Pero no solo en la construcción de plataformas de producción de hidrógeno para el acero, el metanol u otros usos… sino de todas las renovables que van asociadas a esos proyectos, que muchas veces suponen más del 50% de la inversión. KKR ha entrado en una cartera incipiente de renovables de miles de MW en Castellón, Coruña, Sevilla… son cientos de MW de electrolizadores que implican miles de MW detrás para abastecerlas. Son proyectos gigantescos cuya inversión total sería de 40.000 millones. La sociedad conjunta, Ignis P2X, se verá en septiembre, tiene un valor en libros de en torno a 180 millones de euros.
- ¿La venta a gran escala de hidrógeno verde es rentable?
- Depende del sector. Tenemos clientes que están dispuestos a pagar la diferencia, como en el acero verde o el SAF (combustible sostenible para aviación ), pero en sectores como el marítimo, todavía estamos esperando. Tenemos mucha confianza en que llegará. La clave está en establecerse en los nichos donde hay off-takers. Lo primero que hacemos al invertir en un proyecto es asegurar eso.
- Han acometido una gran expansión, ¿le preocupa no poder rentabilizarla por la caída de precios eléctricos?
- Los PPA (contratos de venta de energía a plazo) que hemos firmado con empresas como Henkel, Equinix, Cisco… tienen contrapartes buenísimas. Con ellos sorteamos la depresión de precios del corto plazo y nos permiten seguir ejecutando proyectos. Con el control de caja salvamos el equity y con los PPA saldamos la deuda. Nuestras inversiones en activos en España e Italia son muy prudentes, e invertir en desarrollo y en gestión de energía es poco dinero. Son máquinas y nóminas, pero no es tanto dinero y es gente crea mucho valor.
- Su internacionalización les ha llevado hasta Estados Unidos, ¿Donald Trump le quita el sueño?
- Supone la apuesta por los combustibles fósiles y un detrimento en el desarrollo de renovables, pero no nos afecta porque estamos en California y Texas con proyectos bastante maduros, que ofrecen precios muy competitivos. No nos preocupa no viabilizarlos, pero es cierto que todo lo que nos iba a venir de Biden no va a llegar [los incentivos fiscales]. Tendremos menos rentabilidad, pero los proyectos seguirán siendo viables. Además, en el mercado de gestión de la energía va a haber mucha volatilidad, por eso nos estamos metiendo de lleno. Por un lado, perdemos, por otro, mantenemos la apuesta.
- ¿Veis oportunidades en el interés de Emiratos por España como polo de inversión verde europeo?
- Para nosotros es una oportunidad de inversión. Emiratos tiene una empresa de aluminio tan grande como Alcoa, están impulsando a lo bestia los data centers y el hidrógeno con Mubadala y otros fondos soberanos. Los emiratíes conocen España fenomenal y cuando dicen que es momento de invertir, está bien tirado. En 1870 había 10 hornos altos en España, 300 en Inglaterra y 200 en Francia, aquella ola de industrialización no la cogimos. Y las posteriores tampoco por guerras civiles, dictaduras y demás. Tenemos una oportunidad enorme de reindustralizar España, como una economía bastante verde, creando empleo y conocimiento.
- ¿Han tenido contacto con Emiratos?
- No puedo deciros. Nuestros socios son árabes.
- La energía de Ignis es clave para la continuidad de Alcoa en San Cribao, ¿saldrá adelante?
- Lo único que puedo decir es que hemos firmado con el Gobierno y la Xunta un protocolo de intenciones que fija las obligaciones de los gobiernos central y regional y de la empresa para arrancar operaciones en la fábrica, y viabilizar los 1.000 puestos de trabajo que estaban comprometidos por el anuncio de Alcoa, en enero de 2024, de parar y vender.
- ¿Cómo ve a Ignis en cinco años?
- Es posible una salida a Bolsa o una venta a otro fondo. Nosotros seguiremos siendo fundadores y accionistas mayoritarios. Si viene un socio nuevo, tendrá que asumir que tiene un compañero de viaje que lleva en plan de negocio y que en el día a día somos los que tomamos las decisiones.
Actualidad Económica