<p>Uno cruza la puerta principal del pabellón 9 de Ifema y se encuentra ante sí una escultura en tono cobrizo, similar a un tronco, y una pintura de un gorila sobre una rama. Es el fruto de poner a conversar a <a href=»https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/11/07/672a5318fdddff5a1c8b4593.html»>Miquel Barceló</a> y <a href=»https://www.elmundo.es/papel/cultura/2024/11/08/672e405b21efa08a298b458f.html»>Ai Weiwei</a> como parte de los estands que las galerías Elvira González y Neugerriemschneider han montado en la feria de arte contemporáneo ARCO. Si uno se va perdiendo entre los infinitos pasillos que componen el laberinto artístico en que se han convertido dos de los espacios del recinto madrileño se puede tropezar, casi sin darse cuenta, con obras que superan las siete cifras de <strong>Joan Miró</strong> o <strong>Juan Gris</strong>. También con otras, de menor valor monetario que no por ello artístico, de <strong>Salvador Dalí, Eduardo Chillida, Jaume Plensa, Bernar Venet, Heidi Bucher</strong>…</p>
La feria de arte contemporáneo ahonda este año en los conflictos políticos candentes, que se unen a las pinturas de Joan Miró, Juan Gris o Salvador Dalí
Uno cruza la puerta principal del pabellón 9 de Ifema y se encuentra ante sí una escultura en tono cobrizo, similar a un tronco, y una pintura de un gorila sobre una rama. Es el fruto de poner a conversar a Miquel Barceló y Ai Weiwei como parte de los estands que las galerías Elvira González y Neugerriemschneider han montado en la feria de arte contemporáneo ARCO. Si uno se va perdiendo entre los infinitos pasillos que componen el laberinto artístico en que se han convertido dos de los espacios del recinto madrileño se puede tropezar, casi sin darse cuenta, con obras que superan las siete cifras de Joan Miró o Juan Gris. También con otras, de menor valor monetario que no por ello artístico, de Salvador Dalí, Eduardo Chillida, Jaume Plensa, Bernar Venet, Heidi Bucher…
Y, entre todos los grandes nombres, un considerable número de obras de clara tendencia política que van marcando la pauta de lo que es el gran evento del arte contemporáneo español que empieza hoy en Madrid. ARCO 2025 es, por supuesto, una feria de pintura, escultura, performances, videoinstalaciones. Pero también una ventana para que los artistas expongan las cuestiones sociales que les afligen, les mueven o simplemente les interesan. Y este año, a juzgar por las que están expuestas, ese es el interés mayoritario. Con mayor o menor grado de polémica, con mayor o menor acierto, pero con intención. Si en anterior ediciones destacaban las temáticas relacionadas con la sexualidad o el cambio climático -todas aún presentes en lo expuesto- este año el auge del populismo se presenta como el gran tema de conversación.
Al acercarse al stand que ha montado la galería ADN, en una de sus esquinas refulge la sonrisa blanquecina de Donald Trump, escoltado por las de Giorgia Meloni, Elon Musk, Santiago Abascal o Viktor Orbán. Todos ellos estuvieron presentes, de un modo u otro, en la cumbre que reunió a los líderes de los partidos de extrema derecha -Patriots- el pasado mes de febrero en la capital española. Ahora todos ellos, como imágenes de una vajilla blanca que está introducida en un lavavajillas a rebosar de platos, forman parte de la obra White Washing del artista Eugenio Merino, valorada en 22.000 euros. «Es un evidente comentario irónico de que hay que limpiar todo el sustrato ideológico que parece estar ensombreciendo a los países occidentales, de los que conforman la Comunidad Europea del Carbón y del Acero a los de América», apunta Miguel Ángel Sánchez, director de la galería. que apuesta por dar voz a «las artes políticas y sociales».
Es por eso que antes de acceder a su espacio, casi imperceptible, en el suelo aparecen unos zapatos de ejecutivo con monedas en su interior y a su alrededor. Bajo el nombre Fausto, por la obra de Goethe, esa es la propuesta que el portugués Fabio Colaço hace para exponer cómo el mundo actual está vendiendo su alma al diablo que él considera el capital.
Apenas a unos metros, como parte de la exposición de la galería Luis Adelantado, se puede ver una videoinstalación en la que Alex Reynolds ha recogido con la ayuda de una inteligencia artificial todas las ruedas de prensa que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha dado sobre la Guerra en Gaza entre octubre de 2024 y la actualidad. Sobre una pantalla de televisor van apareciendo los periodistas preguntando y las respuestas de los distintos portavoces de la Casa Blanca han sido cortadas para expresar que esa respuesta no importa, que es siempre similar. «Veréis las caras perplejas de quienes preguntan antes de que la IA haga el corte», explica Olga Adelantado, directora de la galería que fundó su padre.
Aprovechando que la feria de arte contemporáneo se celebra en los pabellones de Ifema, el artista Ramón Blanco, como parte del stand de la galería Freijo de Madrid, ha presentado una obra que se compone de una cortina de metales con un número inscrito: 7.291. Esa es la cifra de personas que se establece que fallecieron en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia y de las que se ha hecho responsable –especialmente desde la izquierda– a los protocolos del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid acudirá mañana a la presentación del evento de arte contemporáneo.
«Pasar por aquí sin recordar a gente que perdió la vida de forma muy dramática se me hacía raro como artista. Me pareció que era un sitio para hablarlo recordarlo y poner en la memoria de todos que esto sucedió y que todos lo hemos sufrido», expone Blanco en conversación con este diario. «No es una frivolidad, ni una cosa gratuita, ni una cuestión de oportunismo», expone el artista, que afirma que tiene relevancia el hecho porque sucedió en Madrid y tiene que ver «con una serie de decisiones políticas». «No es un hecho que nos haya venido sobrevenido sino que es fruto de alguien que toma decisiones políticas sobre nuestras vidas y que nos afectan. Y esta ha tenido unas consecuencias muy tristes y muy brutales».
Además de ese arte político, la edición 2025 de Arco también cuenta con una serie de obras del arte del siglo XX con un alto valor tanto artístico como económico. Las dos piezas de mayor valor que se pueden encontrar forman parte de la colección de la galería de Leandro Navarro: Tête aux trois cheveux devant la lune, una pintura de Joan Miró del año 1976, con un valor de 1,6 millones de euros, y Pipe et paquet de tabac, pintada por Juan Gris en 1922 y valorada en 1,25 millones. En la galería Lelong se puede encontrar también un Miró por 1,2 millones y en Guillermo de Osma un boceto de Salvador Dalí que perteneció a la colección de la actriz italiana Sophia Loren.
En el extremo opuesto, F2 Gallery cuenta con la obra de menor cotización entre las enviadas por los expositores con Glaciar I, de Inma Herrera, que se puede adquirir por 300 euros. Además EL MUNDO y La Lectura también cuentan con un estand propio en el que se puede observar la obra de Dagoberto Rodríguez, que convierte el espacio en un gimnasio donde cada una de las pesas lleva el nombre de un maestro de la literatura universal.
Durante la inauguración hoy de la feria se hará también un homenaje a la recientemente fallecida Helga de Alvear, figura imprescindible del galerismo español de las últimas décadas.
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