<p class=»ue-c-article__paragraph»>No sé qué le hace tanta gracia a su bancada porque éste es un tema muy serio para los ciudadanos». Cuando <strong>María Jesús Montero</strong> se dirigió así al<strong> PP</strong> en la sesión de control parlamentario del miércoles, tanto el propio<strong> Alberto Núñez Feijóo,</strong> como<strong> Cuca Gamarra </strong>o el diputado que interpelaba a la ministra,<strong> Elías Bendodo,</strong> entre otros se estaban riendo, en efecto. La ministra estaba defendiendo lo positiva que es la quita de deuda de 83.000 millones y las sonrisitas de la cúpula del PP no eran sólo pose parlamentaria. Fuentes de Génova explican a <strong>Actualidad Económica, </strong>que Feijóo dispone de datos que prueban que no ha colado esta vez en el país el argumentario de Montero y de <strong>Pedro Sánchez.</strong></p>
El PP cuenta con un sondeo no público que muestra que la mayoría de los ciudadanos critican la condonación y que los socialistas la ven negativa para «la cohesión territorial».
No sé qué le hace tanta gracia a su bancada porque éste es un tema muy serio para los ciudadanos». Cuando María Jesús Montero se dirigió así al PP en la sesión de control parlamentario del miércoles, tanto el propio Alberto Núñez Feijóo, como Cuca Gamarra o el diputado que interpelaba a la ministra, Elías Bendodo, entre otros se estaban riendo, en efecto. La ministra estaba defendiendo lo positiva que es la quita de deuda de 83.000 millones y las sonrisitas de la cúpula del PP no eran sólo pose parlamentaria. Fuentes de Génova explican a Actualidad Económica, que Feijóo dispone de datos que prueban que no ha colado esta vez en el país el argumentario de Montero y de Pedro Sánchez.
Se trata de una encuesta no pública encargada por Feijóo realizada tras el anuncio de la condonación en la última semana de febrero. El resultado -al que ha tenido acceso este diario- es pésimo para el Gobierno. Ni los que declaran ser votantes del PSOE la aprueban y el rechazo de los ciudadanos en general es mayoritario. Es sensata respuesta, porque la quita supone que la deuda cambia de Administración, pero sigue en los bolsillos de los mismos contribuyentes y desata un agravio y un incentivo perverso al gasto, al no estar diseñada con condicionalidad ni formar parte de una reforma del sistema de financiación, según critican instituciones independientes nacionales e internacionales.
El resultado global en la encuesta muestra que el juego del Gobierno con dinero público es contraproducente para sus intereses. La mayoría de los españoles desaprueba total (46,5%) o parcialmente (11,4%) la medida, frente al 14,2% que le da su aval pleno. El 67,8% tiene claro que se hace «por criterios políticos para garantizar apoyos parlamentarios», en vez de económicos. Y también más del 60% opina que «empeorará la cohesión territorial», frente al 8,6% que cree al Gobierno en que la mejorará. Un 4,9% sostiene que se hace «por criterios económicos para mejorar la situación financiera de Cataluña». Y así lo declara también el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, que fue el que anunció la iniciativa del Gobierno central el pasado 24 de febrero. No, en cambio, Junts, que la define como un «café para todos» que se limita a 17.000 millones cuando, en su opinión, debería extenderse a los cerca de 80.000 que adeuda actualmente Cataluña al llamado FLA.
Sobre todo no la tragan el 45,5% de los simpatizantes socialistas, que creen que la quita «empeorará la cohesión territorial de España», frente al 16,6% que apuesta que la mejorará. El 24,5% cree que «no tendrá un impacto significativo» y el resto no se pronuncia. Y preguntados sobre si, con todo, aprueban la medida de su líder, la respuesta es negativa. El 33% la «desaprueba totalmente» y un 13,1%, al menos «en parte». Frente a ellos, sólo el 21% la respalda en su totalidad, mientras que un 19,2% lo hace con reservas. Los votantes de Sumar son aún más hostiles: un 53,9% la consideran perjudicial a la cohesión territorial.
¿Y los nacionalistas? Casi el 50% también la ven negativa para la cohesión, pero a ellos no les importa. Son, claro está, los más cálidos con la quita al llegar al 28,3% de aprobación total, aunque el resto la ve insuficiente.
Montero insistió este miércoles en que incluso las comunidades gobernadas por el PP, que son mayoría, terminarán aceptando la condonación y es verdad que, por ejemplo, ha cuidado tanto a Andalucía, que es difícil para Juanma Moreno negarse, pero Feijóo cuenta también con datos favorables en la encuesta para llevar la batalla hasta el final. El 66,3% de los que se declaran votantes del PP desaprueban totalmente la quita -aunque beneficie a sus gobiernos autonómicos- y son incluso más rotundos que los simpatizantes de Vox, que la rechazan en un 50,2%. Por cierto que la ministra expresó su convicción de que las CCAA del PP morderán el anzuelo durante un intercambio cordial en la misma sesión con la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua. Ésta le pidió, como siempre, que las comunidades forales no pongan ni un céntimo en la quita aunque sea para regiones más pobres y Montero, como siempre, aceptó y prometió «un ajuste» en la aportación vasca y navarra -más prósperas- para evitarles costes.
Por todo este engendro y, pese a las risas parlamentarias, la ministra acertó en esta frase: «Es un tema muy serio para los ciudadanos». Pero no en el sentido que lo dijo.
Actualidad Económica