<p><strong>Juan Carlos Rodríguez Ibarra</strong>, que fue presidente socialista en Extremadura entre 1983 y 2007, ha publicado un artículo en el que en tono muy duro critica las «enormes tragaderas» de sus compañeros de partido que actualmente integran la Ejecutiva nacional, el Comité Federal y los grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado.</p>
En un artículo se pregunta por el «daño» que hacen al partido «los aplausos, las risotadas y las alabanzas constantes» junto a los «ataques» a quienes discrepan
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que fue presidente socialista en Extremadura entre 1983 y 2007, ha publicado un artículo en el que en tono muy duro critica las «enormes tragaderas» de sus compañeros de partido que actualmente integran la Ejecutiva nacional, el Comité Federal y los grupos parlamentarios en el Congreso y en el Senado.
«Han aceptado todo lo que se decidía desde La Moncloa o desde Waterloo sin mantener una mínima discrepancia», les recrimina el ex barón territorial -en un post publicado en su blog- en alusión a los pactos alcanzados para la permanencia de Pedro Sánchez en el Gobierno tras las elecciones de 2023 y, en particular, el acuerdo suscrito con Carles Puigdemont para amarrar los siete votos de Junts a cambio de la amnistía a los encausados por el referéndum ilegal de Cataluña.
Según Ibarra, «el poder omnímodo de uno es la consecuencia de la simpleza» de quienes representan a su partido en el Congreso y en el Senado y de quienes «tenían la obligación de controlar las decisiones del poder Ejecutivo socialista». En concreto, sostiene que el Comité Federal, el máximo órgano de dirección, «no sólo no ha dirigido, sino que no ha circulado por caminos que cualquier socialista consideraba históricamente como transitables».
Además, recrimina que Sánchez dijera el sábado en su intervención de apertura del Comité Federal, transmitida en abierto, que «las críticas siempre serán bien recibidas». «Le faltó añadir: ‘siempre que no vengan de [Emiliano] García-Page‘», ironiza el ex presidente extremeño en defensa del presidente de Castilla-La Mancha, criticado por los ministros asistentes a la reunión del máximo órgano del partido por pedir al presidente que se someta a una moción de confianza o convoque elecciones por la implicación de los dos últimos secretarios de Organización del partido, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, en la presunta trama de cobro de mordidas por amañar contratos públicos.
A Ibarra lamenta que Page fuera recibido en Madrid con gritos de «miserable» y sinvergüenza» por parte de militantes socialistas y le parece «todavía peor los que le calificaron de hipócrita», en referencia a Óscar Puente: «Debe ser que como Page es el único presidente autonómico que lo es por mayoría absoluta, la envidia recome las vísceras de quienes desearían que pasara al grupo de los sanchistas redomados para, perdiendo las próximas elecciones, ser absuelto, perdonado por sus pecados y recibido en el grupo de los perdedores».
En su artículo, el ex presidente de Extremadura lamenta que las opiniones discrepantes con el líder se atribuyan ahora a «resentidos» como en su caso: «Quienes hemos ganado con el PSOE seis elecciones autonómicas y abandonamos nuestra responsabilidad institucional y orgánica por propia voluntad, sin que los electores ni los afiliados nos echaran, podemos ser calificados de otras cosas; desde luego, no de resentidos».
«Quienes derrotamos tantas veces al PP, a los regionalistas y a los comunistas en sus diferentes versiones y disfrazados de lagartera, no podemos ser sospechosos de jugar a favor del PP», añade. «Por eso duele tanto que nosotros, los más antiguos del lugar, seamos malos socialistas frente a los buenos que son los que dicen o defienden a machamartillo lo que hace el PSOE y el Gobierno progresista».
Además, Ibarra sostiene que quienes vienen de «la cultura de la libertad de expresión» no aciertan a comprender «el rancio patriotismo de partido»: «En momentos como los actuales viene bien preguntar por el daño que hacen al PSOE los aplausos, las risotadas, las alabanzas constantes y continuas junto con los ataques a quienes manifestábamos nuestras discrepancias con medidas y forma de proceder del Gobierno y de su presidente».
«La reunión del Comité Federal de abril de 2024, mientras Pedro Sánchez meditaba en su retiro de cinco días, nos dejó la sensación cierta de que los órganos de control en el seno del PSOE pasaron a mejor vida. Y de esos polvos vienen estos lodos. El Comité Federal del sábado pasado certificó esa defunción. ¿Cuántos votos fueron ese día a la ultraderecha como consecuencia de la falta de análisis y de crítica de un Comité que, lejos de dirigir, aplaude?», añade el ex barón autonómico.
También censura que tras la debacle de las autonómicas y municipales de 2023 -cuando los socialistas perdieron seis gobiernos autonómicos y varias capitales de provincia- los dirigentes actuales, «en lugar de realizar un debate sobre las causas que provocaron semejante desautorización de quien asumió el protagonismo» en esa campaña y en la de las generales dos meses después, un Sánchez «cuestionado» fue sin embargo «recibido bajo palio en una reunión conjunta de diputados y senadores socialistas, tratando de evitar cualquier pronunciamiento crítico sobre el deterioro electoral del partido».
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