<p>Los principales nombres con los que se escribe la historia del sanchismo empiezan a ser los protagonistas de la leyenda negra del<a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»> PSOE</a>. La corrupción se ha llevado por delante a todo el clan del <strong>Peugeot</strong>, que es el núcleo fundacional de la era abierta por <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> en el partido en <strong>2017</strong>. El equipo con el que recorrió España con su coche para volver a ser secretario general: <a href=»https://www.elmundo.es/e/jo/jose-luis-abalos.html»>José Luis Ábalos</a>, <a href=»https://www.elmundo.es/espana/santos-cerdan.html»>Santos Cerdán</a> y <a href=»https://www.elmundo.es/espana/koldo-garcia.html»>Koldo García</a>. Los tres están siendo investigados en este momento por el<strong> Tribunal Supremo</strong> por cohecho, organización criminal y tráfico de influencias. Ahora, en medio de este gran escándalo, el pasado sábado llegó un cuarto golpe para el presidente del Gobierno. Otra persona de su círculo más cercano aparece manchada, aunque por asuntos bien distintos a la corrupción: <strong>Francisco Salazar</strong>, Paco. En su caso se trata de los testimonios de varias mujeres en los que denuncian episodios de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/2025/07/05/6868e200e85ecec2378b456e.html»>«acoso sexual» </a>y de comportamientos machistas. El <i>shock</i> por estas revelaciones, además en el día en el que Salazar iba a ser ascendido en el organigrama de la dirección del PSOE, ha supuesto la caída de otro de los grandes artífices de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias contra<strong> Susana Díaz</strong>. Con él, llega el dramático final del equipo más cercano que lo ha estado acompañando en los años de ostracismo y de resurrección.</p>
La defenestración del acusado de «acoso sexual» se une a las de Ábalos, Cerdán y Koldo
Los principales nombres con los que se escribe la historia del sanchismo empiezan a ser los protagonistas de la leyenda negra del PSOE. La corrupción se ha llevado por delante a todo el clan del Peugeot, que es el núcleo fundacional de la era abierta por Pedro Sánchez en el partido en 2017. El equipo con el que recorrió España con su coche para volver a ser secretario general: José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García. Los tres están siendo investigados en este momento por el Tribunal Supremo por cohecho, organización criminal y tráfico de influencias. Ahora, en medio de este gran escándalo, el pasado sábado llegó un cuarto golpe para el presidente del Gobierno. Otra persona de su círculo más cercano aparece manchada, aunque por asuntos bien distintos a la corrupción: Francisco Salazar, Paco. En su caso se trata de los testimonios de varias mujeres en los que denuncian episodios de «acoso sexual» y de comportamientos machistas. El shock por estas revelaciones, además en el día en el que Salazar iba a ser ascendido en el organigrama de la dirección del PSOE, ha supuesto la caída de otro de los grandes artífices de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias contra Susana Díaz. Con él, llega el dramático final del equipo más cercano que lo ha estado acompañando en los años de ostracismo y de resurrección.
Hay que remontarse al año 2017. Ábalos, Cerdán y Salazar fueron en esencia los fontaneros que llevaron la campaña de Sánchez en las primarias y que le ayudaron a dar la madre de todas las batallas orgánicas en el PSOE. El entonces ex secretario general, repudiado por el aparato tras su traumática salida el 1 octubre de 2016, se enfrentaba a la todopoderosa Susana Díaz, a quien apoyaba prácticamente todas las estructuras del PSOE. La federación de Andalucía, por supuesto, la más importante y numerosa del partido. Y también la mayoría de las baronías territoriales.
Ábalos, Cerdán y Salazar armaron la estrategia de la campaña y, sobre todo, fueron quienes construyeron de la nada la red de apoyo que fue levantándose por toda España. Literalmente militante a militante, a través de contactos, mensajes y encuentros, mientras que Sánchez hacía su gira con el Peugeot 407.
Los tres unieron poco a poco y organizaron a los afiliados descontentos -que aún tenían abierta la herida de que el PSOE facilitara la investidura de Rajoy y que por el camino se sacrificara a Sánchez-. Aquella red de apoyo fue capital: Sánchez consiguió más de 57.000 avales para presentarse y asestó el golpe de gracia a Díaz, que luego se remató con la votación de las primarias en la que el repudiado se impuso a la favorita por más de 10 puntos.
Aquel triunfo de Sánchez en las primarias, inesperado y rodeado de épica, forjó en el imaginario colectivo la leyenda de un hombre capaz de sobreponerse a las adversidades más grandes y de salir victorioso. Sin embargo, ahora que han pasado los años, la historia se empieza a reescribir. La epopeya ha mutado en tragedia. No por lo que consiguió, que eso es historia de la política, sino porque los principales colaboradores de aquella etapa -y que seguían hasta ahora a su lado- están cayendo uno a uno en desgracia. Y con sus escándalos están hundiendo a Sánchez y poniendo en riesgo su presente y futuro como presidente del Gobierno.
Como en muchas otras circunstancias que rodean a Sánchez, hay que consultar el Manual de resistencia para calibrar cómo de importantes eran esos protagonistas. Salazar aparece en varios momentos clave del libro del presidente. Uno de ellos es la gestión de los avales. «Sólo tres personas sabíamos el número de avales recogidos: Santos Cerdán, Paco Salazar y yo», dice. O sea, el secreto mejor guardado de su candidatura.
Conseguir los 57.000 avales, que Sánchez subraya en el libro como determinantes para su victoria ante Díaz, fue obra de ellos dos y también de Ábalos, que organizaron la red por la que los militantes fueron recogiendo apoyos para la candidatura «en cada pueblo y en cada ciudad».
En esta historia Koldo García tiene reservado un papel llamativo y que denota la enorme confianza que se depositaba en él, más allá de que ayudara a Cerdán y Ábalos en el engranaje de la estructura. «El día de la entrega [de los avales en Ferraz] era el 4 de mayo. Las dos noches anteriores, Koldo, un miembro de la candidatura, se quedó a dormir en la oficina para custodiarlos. Como anécdota, valga contar que una vecina del edificio le ofreció su baño para que se duchara porque él no quería dejarlos sin vigilar ni un solo momento», cuenta Sánchez.
Cuando recuperó la Secretaría General del PSOE, Sánchez premió a Ábalos, Cerdán y Salazar con cargos de la máxima relevancia en la dirección del partido y les mantuvo dentro de su más reducido núcleo de confianza. Los tres conformaban, en esencia, el corazón del sanchismo. Los dos primeros asumieron el aparato del PSOE, mientras que Salazar ha estado desde 2017 como responsable de Análisis Electoral, es decir, siendo clave en la organización de las campañas electorales.
Asimismo, Salazar dio el salto a la Moncloa tras la moción de censura de 2018. Ha estado en tres etapas distintas y siempre en el círculo de máxima confianza de Sánchez. Ahora era coordinador institucional de la Presidencia del Gobierno. El pasado sábado iba a ser nombrado adjunto en la nueva secretaría de Organización. Pero se cruzaron las acusaciones de acoso y tuvo que renunciar a todos los cargos. Con él se diluye definitivamente y de manera traumática el equipo de Sánchez en las primarias.
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