<p class=»ue-c-article__paragraph»><strong>Wayne Griffiths</strong>, CEO de <strong>Seat </strong>y <strong>Cupra</strong>, insistió ayer en su rechazo a los<strong> aranceles a los coches eléctricos chinos</strong>. «Porque si alguien es más competitivo que tú, la solución no es ponerle trabas u obstáculos, sino intentar igualarle» señaló. Y porque el impacto que pueden tener va mucho más allá de frenar las<strong> ventas del SUV Tavascan</strong>. Este modelo es fabricado en China y tiene que pagar una <strong>tasa extra del 20,7%</strong> que ahora mismo está asumiendo a pérdidas la compañía.</p>
El directivo rechaza limitar la competencia de esta forma, y advierte de que los aranceles tendrán un impacto más allá del mercado asiático
Wayne Griffiths, CEO de Seat y Cupra, insistió ayer en su rechazo a los aranceles a los coches eléctricos chinos. «Porque si alguien es más competitivo que tú, la solución no es ponerle trabas u obstáculos, sino intentar igualarle» señaló. Y porque el impacto que pueden tener va mucho más allá de frenar las ventas del SUV Tavascan. Este modelo es fabricado en China y tiene que pagar una tasa extra del 20,7% que ahora mismo está asumiendo a pérdidas la compañía.
El directivo hizo una correlación rápida: esta situación pone en riesgo el proyecto de ese coche, y eso amenaza a Cupra, algo que pone en peligro a la propia Seat SA, dijo en un encuentro con periodistas tras la presentación de resultados del fabricante en 2024. De hecho, lo puso en ese contexto: «En solo dos meses de aplicación, hizo que perdiéramos seis décimas en nuestro margen operativo, que se quedó en el 4,4% frente al 5% que nos habíamos marcado como objetivo. Durante un año completo, eso son cientos de millones que resultan incompatibles con el ritmo de inversiones, más de 1.000 millones por ejercicio, que hemos llevado a cabo en los últimos cinco años».
Según Griffiths, llevan tiempo negociando una reducción de las tasas, al igual que logró Tesla, que paga menos de un 9% adicional. Y cuentan para ello con el apoyo tanto del Gobierno de España como del de Alemania. «Esperábamos tener una solución en este trimestre y, de no conseguirlo, tendremos que activar otros escenarios». Uno de ellos sería reducir la producción y ventas del Tavascan, lo que obligaría también a recortar en los volúmenes de modelos como los Seat Ibiza y Arona, mucho menos rentables, con su consecuente impacto en el empleo.
Lo ideal, dijo el directivo británico, sería que la solución que se está buscando en la legislación europea «tuviera efectos retroactivos. Con toda la controversia que ha creado dentro de la propia UE, creo que ésta también desea una salida positiva».
El año pasado, Seat SA logró unos beneficios operativos récord de 633 millones de euros, en tanto que la rentabilidad se mantuvo estable en el 4,4%, considerando una facturación de 14.530 millones de euros (+1,4%). Mientras, las ventas alcanzaron los 558.100 vehículos (+7,5). Precisamente el grueso de esos resultados se debieron al impacto de Cupra, que ha permitido elevar el importe medio por coche vendido un 35% desde 2029 y supuso ya más de la mitad de los ingresos totales de la empresa.
Precisamente para no dañar los balances, Griffiths reconoció que habían renunciado (igual que Skoda) a participar en el proyecto del Volkswagen ID.1, el eléctrico de menos de 20.000 euros que se hará finalmente en Palmela (Portugal), aunque también optaron al proyecto la planta de Martorell y dos alemanas. La decisión parece, más bien, de corte ‘político’ para que sea la marca matriz la que aproveche el tirón de este coche y gane el protagonismo eléctrico que no ha logrado hasta ahora.
«Me fui de Anfac para centrarme en consolidar la rentabilidad y los proyectos de la compañía, así que no me arrepiento de ello. Por eso tampoco vamos a sumarnos al ID.1. Es más, tampoco es el momento para un Seat eléctrico, con un mercado de este tipo de coches de sólo el 5%. Tendría que llegar al 30% o el 40% y, además, ser rentable». En este sentido, también apuntó a que hasta 2030 no decidirán si siguen fabricando automóviles de combustión o no.
El CEO también explicó que estarán presentes en el Automobile Barcelona, que se celebrará a partir del 10 de mayo, justo el día que se cumplen 75 años del nacimiento de Seat. Pero explicó que su participación, algo que le pidió la Generalitat después de su rechazo inicial, se ha hecho con la condición de este salón «se reinvente» al estilo del IAA de Múnich, mucho más interactivo con la ciudad y atractivo para los jóvenes. Si sigue aferrado al formato clásico y no asume una renovación completa, «se va a morir, si no se está muriendo ya» dijo.
Actualidad Económica