<p>El frío está siendo tan fuerte en el invierno argentino, que esta semana incluso nevó en la periferia de <strong>Buenos Aires</strong>, algo sumamente inusual. Pero ese frío no lo sienten todos por igual: el sector de mayor poder adquisitivo del país se lanzó en los últimos tiempos a una feroz compra de <strong>viviendas</strong>, <strong>automóviles</strong>, <strong>yates </strong>y <strong>vuelos al exterior</strong>, en tanto que los sectores menos pudientes, incluyendo a buena parte de la clase media, cuida al milímetro sus gastos, a tal punto que cayeron las ventas en los <strong>supermercados</strong>.</p>
El desempleo llegó al 7,9% en el último trimestre, y el salario real acumula tres meses de caída. El presidente asegura que para mediados de 2026 la inflación habrá sido «exterminada» de Argentina
El frío está siendo tan fuerte en el invierno argentino, que esta semana incluso nevó en la periferia de Buenos Aires, algo sumamente inusual. Pero ese frío no lo sienten todos por igual: el sector de mayor poder adquisitivo del país se lanzó en los últimos tiempos a una feroz compra de viviendas, automóviles, yates y vuelos al exterior, en tanto que los sectores menos pudientes, incluyendo a buena parte de la clase media, cuida al milímetro sus gastos, a tal punto que cayeron las ventas en los supermercados.
La clase alta «está sobreconsumiendo en forma explícita en dólares (viajes, compras en el exterior, atesoramiento), ahora sin vergüenza porque el gobierno legitima la riqueza», señaló el consultor Fernando Moiguer en un reciente informe titulado La Argentina pesificada versus la Argentina dolarizada.
«La clase media clásica se achica y sobrevive, y la clase media-baja y baja se empieza a dar cuenta de que no tiene lugar en este nuevo modelo productivo, no está preparada para el cambio que se está dando», añade Moiguer, que en el informe destaca que el 50 por ciento de los argentinos no llega a fin de mes.
El gobierno de Javier Milei ha logrado reducir notablemente la inflación, que recibió un nivel del 200 por ciento anual del peronista Alberto Fernández. Y aunque el 1,5 por ciento mensual de mayo fue celebrado como un éxito, pese a que la cifra espantaría a cualquier país europeo, el dato clave es el elevadísimo nivel de los precios en Argentina, con valores por momentos disparatados. Y en parte esa es la explicación de la caída del 6 por ciento de las ventas en supermercados.
La economía argentina está en transición, abandonando el modelo de fuerte injerencia y presencia del Estado para convertir al país en «el más liberal del mundo», según el presidente. Pero en ese camino, las distorsiones son notables, y la recuperación económica en que insiste el gobierno no es advertida por todos los sectores sociales.
También influye el reciente anuncio de que los argentinos podrán volcar al mercado y al sistema bancario sus dólares guardados «bajo el colchón» sin temer ningún tipo de control ni sanción. Esa novedad, y el dólar barato que sostiene Milei en un año de elecciones, explican en buena parte cifras como un 94% de aumento de patentamientos de autos en el último año o del 80% de viajes al exterior: es notable la cantidad de turistas argentinos ciudades como Madrid, Barcelona, Roma, París, Berlín, Miami, Nueva York, Los Ángeles o Rio de Janeiro.
Al norte de Buenos Aires, en las zonas costeras sobre el Río de la Plata, cada vez más lanchas y lujosas embarcaciones surcan las aguas marrones del río más ancho el mundo: es otro producto del virtual «blanqueo» lanzado por el gobierno para esos dólares guardados bajo el colchón y que la economía, con un Banco Central aún en situación de reservas negativas, necesita desesperadamente para ganar impulso y crecer en forma sostenida.
Las señales son sin embargo contradictorias. El desempleo aumentó del 6,4% al 7,9% en el último trimestre, y el salario real acumula tres meses de caída. El presidente Milei sostiene su confianza y asegura que para mediados de 2026 la inflación habrá sido «exterminada» de la Argentina, un país con una larga y persistente cultura inflacionaria.
Pese a los datos duros para las clases bajas y buena parte de la clase media, Milei mantiene un nivel de apoyo importante, de aproximadamente un 50% de los votantes.
¿Cómo se explica esto? Se trata de un «desencanto con esperanza», dice Moiguer. Las expectativas de que el futuro será mejor influyen más que el presente duro.
«Son expectativas activadas más por la necesidad de creer que por una convicción real, pero que hasta ahora le han servido al gobierno para mantener promesas vigentes pese a las penurias actuales», señaló el analista Jorge Liotti.
Actualidad Económica