<p>El <strong>consumo final de los hogares</strong> en <strong>bienes no duraderos</strong> -entre los que figuran alimentos y bebidas, productos de higiene personal o de limpieza- se sitúa todavía<strong> un 1,8% por debajo de los niveles prepandemia,</strong> según los últimos datos de Contabilidad Nacional publicados este miércoles por el INE, pero si se analiza su evolución en precios corrientes -es decir, sin tener en cuenta el impacto de la inflación- se observa que esta partida ha subido un 21%, es decir: compramos menos en volumen pero pagamos más que antes.</p>
Desde 2019 lo que más ha subido es el consumo de las familias en servicios
El consumo final de los hogares en bienes no duraderos -entre los que figuran alimentos y bebidas, productos de higiene personal o de limpieza- se sitúa todavía un 1,8% por debajo de los niveles prepandemia, según los últimos datos de Contabilidad Nacional publicados este miércoles por el INE, pero si se analiza su evolución en precios corrientes -es decir, sin tener en cuenta el impacto de la inflación- se observa que esta partida ha subido un 21%, es decir: compramos menos en volumen pero pagamos más que antes.
En términos generales, el consumo privado se sitúa en volumen un 4,1% por encima de los niveles de 2019, siendo uno de los componentes en los que se ha sustentado el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de los últimos años; pero no todos los elementos del consumo de las familias se han comportado igual. La adquisición de bienes duraderos (electrodomésticos, ordenadores, etc.) ha subido un 18% en los últimos seis años; la de los semiduraderos (ropa, calzado, pequeños electrodomésticos o muebles, entre otros) se mantiene prácticamente igual que entonces, mientras que la de los no duraderos está claramente por debajo.
Coincide que entre estos últimos figuran algunos de los bienes que más se han encarecido en los últimos años, como los alimentos y las bebidas. Según el INE, éstos son hoy un 36,8% más caros que en diciembre de 2019, lo que ha llevado a muchas familias a ser más prudentes a la hora de llenar el carro de la compra.
Por contra, el consumo final de los hogares en servicios dentro del país ha crecido un 10,3% desde entonces, lo que demuestra además un cambio de prioridades en las familias que se ha producido también en otros países de Europa. Ante la disponibilidad de algo de dinero, los ciudadanos prefieren acudir al ocio, ya sea ir a comer fuera o irse de vacaciones.
En total, el consumo de las familias ha subido en el primer trimestre del año un 3,7% respecto al mismo periodo del año pasado, según ha confirmado este miércoles el INE, lo que supone una aceleración respecto a los trimestres precedentes (creció un 3,6% interanual en el último de 2024, un 2,9% en el anterior y un 2,6% en el previo).
En comparación intertrimestral, el consumo de las familias repuntó un 0,6% de enero a marzo.
Los datos del PIB por el lado de la oferta confirman el dinamismo del consumo en servicios, siendo una de las ramas que registra la mejor evolución. Su valor añadido bruto ha subido un 11,6% desde antes de la pandemia, mientras que el de las ramas primarias (agricultura, ganadería, silvicultura y pesca) ha crecido un 4,3%, el de la industria ha avanzado un 1,5% y el de la construcción ha caído un 2,3%.
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