<p class=»ue-c-article__paragraph»>«El aforamiento se ha realizado en fraude de ley mediante una manipulación apresurada y torticera». El demoledor auto del <strong>Tribunal Superior de Justicia de Extremadura</strong> (TSJEx) pone contra las cuerdas, política y judicialmente, al líder de los socialistas extremeños, <a href=»https://www.elmundo.es/espana/miguel-angel-gallardo.html»>Miguel Ángel Gallardo</a>, en su intento de apartar a toda costa del caso del hermanísimo a la jueza de Instrucción de Badajoz, <strong>Beatriz Biedma</strong>. Su jugada, el denominado <i>aforamiento exprés</i>, en una carrera sin precedentes que duró 28 horas, con el fin de convertirse en diputado antes de que la jueza anunciara la apertura de juicio oral, ha acabado por caer en saco rato.</p>
El Tribunal Superior extremeño dice que el movimiento del líder regional del PSOE para aforarse constituye un «fraude de ley» y devuelve el caso a la jueza de Badajoz
«El aforamiento se ha realizado en fraude de ley mediante una manipulación apresurada y torticera». El demoledor auto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) pone contra las cuerdas, política y judicialmente, al líder de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, en su intento de apartar a toda costa del caso del hermanísimo a la jueza de Instrucción de Badajoz, Beatriz Biedma. Su jugada, el denominado aforamiento exprés, en una carrera sin precedentes que duró 28 horas, con el fin de convertirse en diputado antes de que la jueza anunciara la apertura de juicio oral, ha acabado por caer en saco rato.
El ya ex presidente de la Diputación de Badajoz está procesado en la causa del hermano de Pedro Sánchez, acusado de prevaricación administrativa continuada y tráfico de influencias, junto a otros 10 altos cargos de la Diputación, incluido el propio David Sánchez Pérez-Castejón.
La resolución del órgano jurisdiccional superior -precisamente el que buscaba Gallardo- supone un auténtico varapalo para el ex presidente de la Diputación de Badajoz. No sólo por el fondo -devuelve el caso completo al Juzgado de Instrucción nº3-, sino también por la forma al dejar a Gallardo sin argumentos para la defensa de su causa y del propio hermano del presidente del Gobierno. A partir de ahora, le será difícil de mantener que todo se trata de una «persecución política» protagonizada por una jueza que «desde el principio se ha abonado a las tesis de las asociaciones de ultraderecha», como se defendía una y otra vez. Desde ayer, este argumentario -se ha llegado a hablar de lawfare por parte de reconocidos cargos socialistas extremeños- se ha caído a plomo. Tanta polémica, tanta carrera, tantas dimisiones forzadas de hasta cinco compañeros de partido para que no ocuparan el escaño autonómico no han servido finalmente para nada. No habrá privilegios. El caso volverá a Biedma hasta que acabe su investigación y luego pasará a la Audiencia Provincial, como era su curso hasta que el ex presidente de la Diputación inició -o le aconsejaron-, ante el asombro de todos, una carrera por ser diputado cuando había dado su palabra de no hacerlo hasta que no acabara el caso en el que se encuentra implicado el hermano del presidente del Gobierno y se investiga su presunto trato de favor para conseguir un cargo de alta dirección.
Ya no se trata de la opinión de una jueza vilipendiada e investigada por la fontanería sino de toda una sala del TSJEx, en la que confiaban todos los procesados que el caso se diluyera. En concreto, han sido los tres magistrados al unísono de la Sala Civil y Penal -la presidenta de dicho organismo, María Félix Tena, la ponente Manuela Eslava y el juez Antonio María González; todos de diferentes sensibilidades- han firmado un auto sumamente duro contra Gallardo. La instructora lo tildó hace unas semanas de fraude de ley. El mismo concepto ha sido el elegido por el TSJEx. «Realizó una serie de maniobras de las que resultan la manipulación inadmisible», resalta el auto.
«Me siento maltratado y pisoteado en mis derechos», decía hasta hace unos días Gallardo, que una vez conocido el auto del TSJEx cambió de estrategia de defensa y ya no apuntó a los jueces. Esta vez no interpondrá recurso «por coherencia y responsabilidad política», dijo ayer en X. Desde ahí añadió que «es indiferente el juzgado que deba determinar sobre la causa abierta».
Los argumentos jurídicos de la Sala son rotundos: «Aforamiento no comporta impunidad y sembrar la duda sobre la independencia de algunos magistrados sobre otros constituye un ataque injusto a los principios de independencia judicial».
Basado en el caso del procés, al que cita la Sala en varias ocasiones para su argumentación con el fin de evitar «privilegios», el TSJEx considera que «ante el previsible inmediato dictado del auto de apertura del juicio oral», Gallardo promovió «unas precipitadas maniobras de renuncia de los candidatos 19,20, 21 y 22».
Se refiere, y los cita, a los que iban delante de él en la lista, que además hicieron ir a un notario a la sede del PSOE de Extremadura en Mérida «un día antes» de la dimisión de la que era diputada regional María de la Cruz Rodríguez, a la que luego quiso colocar -eso no lo dice el auto- como subdelegada del Gobierno para compensarla por su renuncia al escaño. «Debemos anticipar nuestra absoluta discordancia con lo argumentado por el Ministerio Fiscal» debido a que «se ha instrumentalizado dicho acceso [el de Gallardo al cargo de diputado extremeño] con el único fin gozar de la prerrogativa del aforamiento».
Además, pone de relevancia que la renuncia de los cuatro anteriores a Gallardo en la lista del PSOE no se comunicó a la Mesa de la Asamblea, tan sólo a la Junta Electoral de Zona: «Se traslada a cualquier observador imparcial una más que aparente unidad de acción y un acuerdo de voluntades entre los candidatos no electos, incluido el propio Gallardo, entonces ya secretario general del PSOE, y contra el que se dirigía un procedimiento penal».
Además, el auto le recuerda que se comprometió a no adquirir la condición de diputado hasta que no terminara la investigación judicial: «Es evidente que pudo hacerlo un año antes si su objetivo, como manifiesta en la actualidad, no era el aforamiento sino realizar la función de oposición en la Asamblea propia de su cargo orgánico en el partido». Se refiere a cuando ganó las primarias.
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