<p>España ha pactado con la <strong>OTAN </strong>llevar el gasto militar sólo al 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB). «Ni más ni menos», según ha anunciado el presidente del Gobierno, <strong>Pedro Sánchez</strong>, en una comparecencia que ha llevado a cabo esta tarde y en la que ha dejado claro que el gasto español no escalará hasta el 5%, pese a ser la exigencia establecida desde la Alianza. Este acuerdo se consumó durante este fin de semana, tras intensas negociaciones y con intercambio de cartas entre Sánchez y el secretario general de la OTAN, <strong>Mark Rutte</strong> para certificarlo.</p>
La Alianza firmará un nuevo objetivo de inversión del 5%, pero España tendrá una senda de gasto propia para hacer frente a las obligaciones que le corresponden dentro de la Organización
España ha pactado con la OTAN llevar el gasto militar sólo al 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB). «Ni más ni menos», según ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia que ha llevado a cabo esta tarde y en la que ha dejado claro que el gasto español no escalará hasta el 5%, pese a ser la exigencia establecida desde la Alianza. Este acuerdo se consumó durante este fin de semana, tras intensas negociaciones y con intercambio de cartas entre Sánchez y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte para certificarlo.
La OTAN «dará a España la flexibilidad para determinar su propia trayectoria soberana para alcanzar los Objetivos en Capacidades y los recursos anuales necesarios como porcentaje del PIB, y para presentar sus propios planes anuales», expone Rutte a Sánchez en una carta remitida este domingo, a la que ha tenido acceso EL MUNDO.
España sí firmará el acuerdo que, en la cumbre de la Alianza que comienza el martes, fijará el objetivo de inversión en el 5%. Pero, y esto es muy relevante, podrá disponer de una senda de gasto propia. Tendrá libertad para decidir las cantidades que invierte para cubrir las capacidades y obligaciones que le corresponden, que según las estimaciones del Gobierno son de ese 2,1%.
«España va a necesitar destinar el 2,1% de su PIB para adquirir y mantener todo el personal, el equipamientos e infraestructuras solicitadas por la Alianza para hacer frente a las amenazas y desafíos», ha expuesto Sánchez este domingo en una declaración institucional en La Moncloa sin preguntas de los periodistas. Para Sánchez, el 5% es «desproporcionado e innecesario».
Además, en 2029 se llevará a cabo una revisión del acuerdo que se firme esta semana, para determinar si el 5% del PIB sigue siendo un objetivo necesario. Si las amenazas siguen siendo tan elevadas como ahora y si es necesario mantener el ritmo de gasto.
Ha sido un fin de semana intenso de negociación, desde que se abrió una vía para el entendimiento el viernes pasado, como adelantó EL MUNDO. Sánchez ha estado hablando con líderes europeos en unas conversaciones nada sencillas, mientras su jefe de gabinete, Diego Rubio, ha sido quien mantenía interlocución con el equipo de Rutte. En el Gobierno consideraban «arbitraria» la cifra del 5% -«¿Por qué no un 7, un 9?», se preguntaban con ironía en el seno del Ejecutivo- y que «no estaba argumentada».
«Entiendo que España está convencida de que puede cumplir el nuevo acuerdo de Objetivos en Capacidades con una trayectoria de gasto menor al 5% (3,5% en defensa estricta y 1,5% en gastos relacionados con la seguridad) del PIB», había trasladado Rutte.
Desde el Gobierno, durante el fin de semana trasladaban que su intención no era «bloquear» la cumbre de la OTAN, pero sí que iban a ser «firmes» en su rechazo a llegar al 5% del PIB en gasto militar. Este domingo, tras el acuerdo, Sánchez remitió una carta a Rutte donde tras la flexibilidad acordada para España, le trasladaba que nuestro país «aceptará el proyecto de declaración» de la cumbre.
La OTAN, por su parte, mantiene que el objetivo de gasto sigue siendo el 5% bajo la fórmula 3,5%+1,5%. La primera parte corresponde al gasto militar clásico, y la segunda a aspectos relacionados con la seguridad como las infraestructuras críticas o los ciberataques. Y que España finalmente tendrá que llegar a ese dato para cubrir todas las capacidades militares que se le exigen como miembro de la Alianza. El Gobierno, ya se ha apuntado, considera que esto no es así, que con el 2,1% es suficiente, y ahí está la clave del acuerdo.
Sánchez decidió ir al choque con la OTAN y con Trump sabedor del rechazo que genera entre sus socios de gobernabilidad el aumento del gasto militar. En una posición de extrema debilidad tras destaparse una presunta trama corrupta en el PSOE y el Gobierno, el jefe del Ejecutivo decidió esta confrontación para, primero, apartar el foco de esa crisis, y, segundo, para evitar que sus socios, muy molestos por la corrupción, tuvieran un nuevo motivo para liquidar ya la legislatura.
Esta presión de sus socios, sumado al hecho de que gastar un 5% del PIB suponía volver a poner en jaque la palabra de Sánchez, hizo que el Gobierno pusiera en marcha toda la maquinaria diplomática. Cuando se anunció un plan de inversión en seguridad y defensa de 10.471 millones, Sánchez prometió que se hacía sin tocar «un céntimo del gasto social». Tener que gastar 80.000 millones al año, suponía como ha reconocido Sánchez, «incumplir nuestra palabra y despilfarrar miles de millones y no nos haría estar más seguros ni ser mejores aliados «.
La Moncloa estima que el compromiso del 5% en gasto militar supondría tener que desembolsar 350.000 millones en los próximos años. Y eso, ha expuesto supondría tener que «subir a cada trabajador los impuestos en unos 3.000 euros anuales, eliminar las prestaciones por desempleo, enfermedad o maternidad, reducir en un 40% las pensiones o recortar a la mitad la inversión estatal en educación desde los cero años a la universidad.
«España no va a gastar el 5% del PIB pero su participación, su peso y su legitimidad siguen intactos con todos los derechos y deberes que conlleva», ha expuesto Sánchez. «Cada miembro de la OTAN, como países soberanos que somos, decidimos si queremos asumir o no esos sacrificios. Y nosotros elegimos no hacerlo».
De ahí que, en parte este choque con la OTAN fuera no sólo una cuestión de principios, que también, sino de supervivencia política. De evitar un nuevo flanco de ataque por parte de sus socios, que hiciera caer definitivamente el castillo de naipes.
Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha manifestado que «la prensa internacional mantiene que el objetivo final sigue siendo el 5%», que Sánchez «debe contestar a todas las dudas que están surgiendo» y que «no puede pretender seguir mintiendo a todo el mundo». «La política exterior es algo serio, no una cortina de humo para tapar la corrupción», ha escrito en su cuenta oficial de X.
Además, el líder de la oposición considera que, «propaganda al margen», lo que ha hecho el jefe del Ejecutivo es decir que «va a comprometer el gasto militar para los próximos 10 años, sin Presupuestos y sin pasar por el Congreso»: «O sea, ha acordado que España pague, pero cuando él ya no esté. Patada para delante».
Sánchez, a su vez, le ha respondido por la misma vía adjuntando en el mensaje la carta en inglés sobre el acuerdo enviada por el secretario general de la OTAN. «Toma, Alberto. Que alguien te la traduzca. A ver si eso aclara tus dudas», ha ironizado.
Yolanda Díaz ha indicado que «la negativa a cumplir con el aumento de gasto exigido por la OTAN apunta en la dirección correcta». «Dijimos que ni los recortes ni el rearme eran el camino. Dijimos que la legislatura necesitaba un giro de 180 grados. Seguiremos empujando para desplegar la agenda social que este país necesita», ha afirmado la dirigente de Sumar, socio minoritario de la coalición, a través de la red social Bluesky.
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